De acuerdo con un reporte de la agencia especializada Argus, las reservas de gasolina con que cuenta el país se almacenan en Cardón y en este refinería había solo 15.140 barriles de carburante de 91 octanos y 1.890 barriles de 95 octanos, según un reporte fechado el 15 de julio pasado, obtenido por el medio.
Pdvsa, según un reporte de Angus, produce solo alrededor de 25,000 b/d de gasolina en Cardón, donde las reparaciones ayudadas por Irán y China han tenido resultados limitados hasta ahora.
Asegura la agencia en su reporte que «las existencias de gasolina han regresado a niveles críticamente bajos después de que Pdvsa agotó los envíos iraníes que llegaron a fines de mayo y principios de junio, enfrentando sanciones estadounidenses que están diseñadas para ahogar el suministro como parte de una campaña de ‘presión máxima’ para expulsar al presidente Nicolás Maduro».
La escasez de gasolina en Venezuela se evidencia por el regreso de largas líneas de vehículos en el número cada vez menor de estaciones de servicio que permanecen abiertas, incluidas las bombas que venden combustible subsidiado y otras que ofrecen precios dolarizados bajo un nuevo sistema de precios y racionamiento presentado por el gobierno a fines de mayo.
La situación se replica a lo largo del país, especialmente en áreas fronterizas, que enfrentan hace años un desabastecimiento crónico.
El pasado 1 de junio, tras la llegada de cinco buques de Irán con 1,5 millones de barriles de gasolina e insumos para tratar de reactivar las paralizadas refinerías de Venezuela, entró en vigencia un aumento en las tarifas del combustible.
El litro de gasolina de alto octanaje subió a 50 centavos de dólar, aunque se mantiene un alto subsidio con una tarifa equivalente a 2,5 centavos de dólar, pero solo válida con límites de consumo y registro previo. Ello vino acompañado de la promesa del gobierno de Nicolás Maduro de abastecer las 1.568 gasolineras del país.
Sostener las importaciones de gasolina será complicado, dice el economista José Manuel Puente, profesor del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa). «No hay flujo de caja» por la caída de las vitales exportaciones petroleras y, al mismo tiempo, la presión por las sanciones aumentará, comenta a la AFP.
Antes del colapso de la economía de Venezuela, la agencia Argus asegura que la demanda de gasolina rondaba los 350,000 b/d, mientras que el diesel se situó en 200,000 b /d, incluida la generación de energía.
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