Las reuniones en Venezuela suelen incluir bebidas alcohólicas, una costumbre que con el pasar de los años y la grave crisis económica en el país se ha transformado. En un galpón cerca del Mirador del 23 de Enero, en Caracas, Francisca Gómez despacha todos los días gran variedad de licores, al mayor y al detal, a los que llama “artesanales”. Ofrece cocuy, ron y anís, bebidas caseras, sin cuidados en su preparación ni permisos sanitarios para la venta.
El lugar es muy popular no solo en la parroquia. Las personas van desde Catia, El Valle o San Martín a comprar estos licores que no tienen un sabor particular, pero son mucho más accesibles respecto al precio del licor tradicional.
Gómez está consciente de los altos costos en los establecimientos comerciales, lo que ocasionó un repunte de sus ventas. Desde hace meses suele haber largas colas en las afueras del sitio para adquirir las bebidas. La más vendida es el cocuy, un litro cuesta Bs 4.200, mientras que el ron artesanal se oferta en Bs 8.000 y el anís está en Bs 30.000.
La grave crisis económica que atraviesa el país, con una inflación anual de 445.000% hasta junio, ha golpeado el paladar del venezolano promedio, quien cambió el ron y las cervezas por bebidas mucho más accesibles.
La Organización Mundial para la Salud reveló que Venezuela descendió nueve puestos en la lista de consumo per cápita (litros de alcohol puro) en 2018. Para la fecha se estableció en 5,6; mientras que en 2015 era de 8,9.
El peligro de ingerir cocuy
El cocuy de penca, bebida popular en los estados Falcón, Lara y Yaracuy, ahora se vende en todo el territorio nacional debido a su bajo costo. En Caracas, por ejemplo, este tipo de licor se oferta en todos los sectores populares. Los vecinos de las barriadas lo compran para revenderlo. Todos buscan la bebida por su bajo costo pero evaden el peligro mortal de consumirla.
A pesar de que no hay cifras oficiales, los medios nacionales refieren que en lo que va de 2019 más de 20 personas han muerto por ingerir cocuy “artesanal”. En estos casos la bebida era ligada, no cumplía con el proceso de fermentación requerido o tenía alcohol absoluto no apto para el consumo humano. Sin embargo, Francisca Gómez asegura que la calidad de sus productos está garantizada.