La extradición a Miami de Alex Saab. Este boliburgués colombo-venezolano es señalado por ser el presunto testaferro de Nicolás Maduro. En Estados Unidos tiene cargos por lucrarse ilícitamente con el programa de alimentos del gobierno de Venezuela, conocido como CLAP, y por blanquear 350 millones de dólares junto a su socio Álvaro Pulido Vargas. Pese a la decisión del tribunal, la última palabra la tiene la Corte Suprema.
Hace poco más de un mes la defensa del boliburgués colombo-venezolano Alex Saab confiaba en que liberaran pronto a su cliente, en arresto domiciliario en Cabo Verde gracias a una decisión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao). Pues lejos de lo que esperaban, el Tribunal de Apelación de Barlavento aprobó este lunes la extradición a Estados Unidos. Por eso ahora la defensa de Saab dice que apelarán la decisión “de la manera más enérgica posible” ante el Tribunal Supremo de Cabo Verde, que tomará una decisión en los próximos 15 días.
“Es nuestra intención señalar lo que supone un grave desprecio por parte del Tribunal de Apelación de Cabo Verde al Honorable Tribunal Regional de la Cedeao”, dijo la defensa de Saab en un comunicado.
José Manuel Pinto Monteiro, abogado de Saab en Cabo Verde, criticó el proceso llevado en Barlavento.
Mientras “un número significativo de los argumentos” planteados para liberar a Saab “han sido aceptados hoy por un Tribunal del Reino Unido en su sentencia de negarse a extraditar a Julian Assange a los Estados Unidos”, esos mismos argumentos “han caído en oídos sordos en Barlavento”, dijo Pinto Monteiro en declaraciones que recoge la agencia EFE.
“Además, la negativa ciega a reconocer la inmunidad e inviolabilidad de Alex Saab frente al derecho internacional consuetudinario establecido desde hace mucho tiempo tendrá repercusiones a largo plazo para Cabo Verde”, agregó el abogado.
Por qué EEUU quiere a Alex Saab
Alex Saab es conocido por ser el máximo representante de la boliburguesía internacional, como se conoce a aquellos que se lucraron con los negocios millonarios del chavismo.
En 2017 y desde el exilio, la exfiscal general de Venezuela Luisa Ortega Díaz lo acusó de ser uno de los testaferros de Nicolás Maduro. En Venezuela, la oposición lo acusa de sobornar a los diputados que se rebelaron contra Juan Guaidó en un intento de arrebatarle la Asamblea Nacional. También tiene cargos en Estados Unidos por beneficiarse ilícitamente con el programa de ayudas alimenticias del gobierno de Maduro, conocido como CLAP, y por blanquear 350 millones de dólares junto a su socio Álvaro Pulido Vargas.
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