Argentina pidió a la OEA presionar a Venezuela para que permita la salida de los seis opositores venezolanos que se encuentran refugiados en su embajada en Caracas; mientras que EEUU condenó «en los términos más enérgicos» la continua negativa de Nicolás Maduro de concederles salvoconducto.
Argentina dijo el miércoles que el gobierno del presidente Nicolás Maduro continúa hostigando a seis opositores políticos que permanecen desde hace meses refugiados en la embajada argentina en Caracas, e instó a la Organización de Estados Americanos a que cumpla con su responsabilidad y presione a Venezuela para que permita la salida segura de esas personas.
Por su parte, Estados Unidos condenó «en los términos más enérgicos la continua negativa de Nicolás Maduro y sus representantes a conceder un salvoconducto a las personas refugiadas» en la delegación argentina, actualmente bajo custodia brasileña.
“El gobierno venezolano no solo ha negado los salvoconductos que permitirían su salida segura, sino que ha adoptado acciones de hostigamiento totalmente inaceptables,” expresó el canciller argentino Gerardo Werhein.
“Los asilados están sometidos a cortes de agua, interrupción de la electricidad, restricciones en el ingreso de alimentos y la constante presencia de fuerzas de seguridad en los alrededores de la sede diplomática”, agregó.
Las declaraciones de Werhein tuvieron lugar en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA convocada especialmente para abordar la situación de los asilados en la embajada argentina en Venezuela, en el día internacional de los derechos humanos.
Poco después, el Departamento de Estado de EEUU dijo en un comunicado que «el acoso constante pone en peligro la seguridad de la misión (diplomática) y de las personas que puedan estar buscando refugio temporal».
«Exhortamos a Maduro y a sus representantes a que dejen de emitir órdenes de arresto por motivos políticos contra miembros de la oposición democrática y a que garanticen un salvoconducto para las personas refugiadas en la Embajada argentina», afirmó.
Asedio a la embajada argentina en Caracas
A finales de noviembre los seis opositores habían denunciado que agentes de inteligencia y policías venezolanos se apostaron durante varias horas en los exteriores de la embajada argentina en la que se encuentran refugiados.
El partido Vente Venezuela, liderado por la exlegisladora María Corina Machado y al que pertenecen la mayoría de los seis opositores refugiados en la embajada argentina, denunció entonces lo que calificó como “un nuevo asedio por funcionarios encapuchados”.
Hace ocho meses, en marzo, los opositores Pedro Urruchurtu, Magalli Meda, Claudia Macero, Humberto Villalobos, Omar González y Fernando Martínez Mottola ingresaron a la embajada argentina, en Caracas, después de que la fiscalía de Venezuela ordenó su detención, acusándolos de propiciar supuestos actos violentos para desestabilizar al gobierno de Maduro.
La semana pasada en su programa semanal en la televisión estatal, el ministro de Relaciones Interiores de Venezuela, Diosdado Cabello, afirmó que la denuncia de asedio policial a la residencia del embajador de Argentina en la capital venezolana se trata de una “farsa”.
En su programa “Con el Mazo Dando”, el ministro difundió un video con supuestas fotos en las que se podía leer: “entrega de agua potable en la Embajada de Argentina”. No dio otros detalles.
Pero el canciller argentino reiteró el miercoles hostigamiento y dijo que las prácticas del gobierno venezolano en la embajada no pueden ser toleradas porque vulneran el derecho internacional que consagra el derecho al asilo y la inviolabilidad de las sedes diplomáticas en cualquier país del mundo. Pidió a la OEA que actúe con firmeza y determinación.
“Aceptar esta situación los convertiría en cómplices de la arbitrariedad”, dijo Werhein. “Exigimos la concesión inmediata de los salvoconductos para que estas personas puedan abandonar el país de forma segura y sin restricciones”.
El diplomático manifestó que cada día que pasa «aumenta la angustia y la incertidumbre para los asilados. Cada día que pasa sin una acción conjunta se debilita la confianza en la capacidad de esta organización para hacer de garante de los derechos fundamentales y el respeto a la dignidad humana.”
Brasil aceptó custodiar el edificio de la embajada argentina en agosto, tras la decisión del gobierno venezolano de expulsar al personal diplomático argentino por las declaraciones de su presidente, Javier Milei, de que no reconocería “otro fraude” en Venezuela tras las polémicas elecciones del 28 de julio.
Pero un mes más tarde el gobierno de Maduro revocó a Brasil la autorización de custodia alegando que tenía pruebas sobre el uso de las instalaciones “para la planificación de actividades terroristas e intentos de magnicidio”, lo cual fue rechazado por los dos países involucrados.