Un pequeño banco de Antigua y Barbuda, pero controlado por venezolanos, está en el centro de algunas operaciones financieras del régimen de Nicolás Maduro. Creado en 2008 y con rastro difuso durante años, el North International Bank comenzó a despuntar en 2016 cuando se autorizó su operación en Caracas. Desde entonces canaliza millones de dólares de paso a y desde las arcas de la ‘nomenklatura’ revolucionaria.
Por Roberto Deniz & Isayen Herrera / Armando. Info
A falta de puente aéreo, entre Venezuela y Antigua y Barbuda hay un corredor financiero. Por algunos bancos diminutos de la también diminuta nación insular de las Antillas orientales pasan millones de dólares asociados a contratos del chavismo con empresas fantasmales, así como operaciones de corresponsalía. Al mismo tiempo y en igual proporción, la relación entre los Gobiernos de Nicolás Maduro y Gaston Browne se hace cada vez más estrecha.
Uno de esos bancos es el North International Bank (NIB), con sede en Antigua pero controlado por ejecutivos venezolanos. En agosto de 2016 la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) venezolana otorgó la autorización para que el banco designara un representante en Caracas. “Promover e informar a residentes venezolanos de los productos y servicios” que el banco “puede ofrecer” fue una de las justificaciones del ente regulador de la banca venezolana para otorgar la licencia, contenida en la Gaceta Oficial 40.970 del 19 de agosto de 2016.
Para el momento de esa autorización el gobierno de Donald J. Trump no había aplicado sanciones económicas contra el régimen chavista. Sin embargo, la administración de Maduro se apresuró a usar los servicios del North International Bank como banco corresponsal de entidades financieras estatales como el Banco del Tesoro o el Banco del Desarrollo Social (Bandes) y para los millonarios pagos a los intermediarios contratados para el suministro de alimentos para los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). Antigua es una de las jurisdicciones con mayor secreto bancario, según el índice de la ONG Tax Justice Network.
Por ejemplo, apenas once meses después de la aprobación de la Sudeban, 425 millones de dólares de un pago del Gobierno de Nicolás Maduro en favor de Group Grand Limited, comenzaron a pasar por una cuenta bancaria del North International Bank. Group Grand Limited es la firma registrada en Hong Kong tras la cual se escondieron los empresarios colombianos Alex Saab Morán y Álvaro Pulido Vargas para controlar con productos mexicanos las importaciones para los Clap desde el mismo inicio del plan estatal ideado por Maduro.
Los detalles de esa transacción están en el contrato CPVX-CJ-CONT-0086-2017 entre la estatal Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex), encargada de centralizar las importaciones públicas, y la compañía de Hong Kong. El documento muestra al North International Bank junto al Rabobank holandés como canales de la transacción destinada a las arcas de Group Grand Limited y de la que 50% se pagó de forma anticipada.
Del contrato se desprende también que la dupla colombiana, favorecida ampliamente con millonarios negocios por Nicolás Maduro desde 2013, cobró 37 dólares por cada caja Clap, tres dólares más que por cada combo de un contrato previo. Un año después, en octubre de 2018, la Procuraduría General de México denunció irregularidades como sobrefacturación o mala calidad en los envíos de Group Grand Limited para el Gobierno venezolano.
Para el momento del convenio, firmado por el mayor general de la Fuerza Aérea Giuseppe Yoffreda, representando a Corpovex, ni Saab ni Pulido habían sido incluidos en la lista Ofac de sancionados por el Departamento del Tesoro estadounidense, ni tampoco habían sido acusados de lavado de dinero en un tribunal del sur del estado de Florida, eventos que ocurrieron a mediados de 2019. Tampoco la Guardia Di Finanza italiana les había congelado activos, como hizo en noviembre del año pasado.
Sin embargo, ya para entonces Armando.info había revelado que detrás de Group Grand Limited se camuflaban los empresarios colombianos, quienes pocos años antes enfrentaron a una acusación de la Fiscalía ecuatoriana por varios delitos presuntamente cometidos con la compañía Fondo Global de Construcción. Con esta misma empresa la dupla de empresarios había firmado un contrato multimillonario en 2011 con el Gobierno de Hugo Chávez para levantar viviendas prefabricadas en zonas populares, lo que marcó el inicio de la era dorada de sus negocios con la autodenominada Revolución Bolivariana y, de paso, condujo al propio Alex Saab al palacio de Miraflores, en una de sus escasas apariciones públicas.
La de Group Grand Limited no es la única transacción financiera ligada a los Clap que ha pasado por jurisdicciones destacadas por su opacidad financiera. Los propios Saab y Pulido han usado empresas de Emiratos Árabes Unidos, mientras que otros intermediarios han recibido pagos millonarios en bancos de Hong Kong y Suiza.
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