La Asamblea Nacional, electa 2015, advirtió este martes que el caso del avión retenido en el aeropuerto internacional de Ezeiza, en Buenos Aires, ratifica los estrechos vínculos de la dictadura de Nicolás Maduro con el terrorismo iraní.
Durante una sesión ordinaria de la Comisión Delegada del Parlamento, el diputado electo 2015, Carlos Paparoni indicó que el avión Boeing 747 Dreamliner, con matrícula venezolana YV 3531, es propiedad de empresas iraníes, al asegurar que no hay evidencias de un contrato de venta entre las aerolíneas Emtrasur, filial de la venezolana Conviasa, y Mahan Air.
El parlamentario opositor acusó a Maduro de ocultar ese avión utilizado para transportar armamento: “Cuando vemos quiénes eran los pasajeros, en el caso de los iraníes a bordo del avión, hay que resaltar que no existe un contrato de venta que se conozca. Es Maduro quien tapó un avión que fue utilizado para transportar armamento”.
Para Paparoni debe existir una especie de alquiler que paga Conviasa a Mahan Air para utilizar ese avión. Reveló, además, que parte del itinerario de los 32 viajes realizados por la aeronave tuvieron como destino países como Rusia, Bielorrusia, Myanmar, Irán, Nigeria, Bangladesh, Pakistán y Paraguay.
“Todos estos destinos tienen algo en común: las relaciones trasnacionales de grupos vinculados con el terrorismo y el crimen organizado en cada uno de esos países”, dijo el diputado opositor.
Asimismo, alertó que los nexos del régimen chavista con el extremismo islámico “cada día se hacen más simbióticos, siendo una válvula de tiempo para la desestabilización de todo el continente”.
El parlamentario Omar González también participó del debate sobre el caso del avión venezolano-iraní: “Muchas hipótesis giran alrededor de este acontecimiento, donde destaca el traslado de armas y drogas”.
“Llama la atención poderosamente que entre los venezolanos detenidos figura un alto ejecutivo de la empresa Conviasa, nada más y nada menos que el Gerente de Finanzas ¿Qué hace el Gerente de Finanzas en la tripulación de este avión?”, se preguntó.
El diputado Sergio Vergara indicó que este caso refleja el uso que hace la dictadura de Maduro “del aparato estatal y sus empresas para camuflar actividades irregulares y la complicidad de otros países”.
El dirigente opositor recordó que, uno de los tantos hechos que prueban los vínculos contra los regímenes de Caracas y Teherán, es que el piloto de origen iraní “es miembro de las Fuerzas Quds”, movimiento de la Guardia Revolucionaria persa, considerada una organización terrorista por Estados Unidos.
Durante la sesión, el diputado Williams Dávila indicó que la dictadura chavista elude las sanciones internacionales utilizando este tipo de aerolíneas.
Por su parte, la oposición venezolana pidió a organismos internacionales activar los mecanismos de cooperación de inteligencia para frenar estas acciones. “Proponemos que la OEA abra una investigación sobre este caso porque entre sus atribuciones destaca la necesidad de afianzar la paz y la seguridad del continente”, señaló González.
“Es importante que se perfeccionen estos mecanismos de cooperación de inteligencia porque para nadie es un secreto que Venezuela, mientras sigamos teniendo este régimen, no va a ser un país que pueda promover democracia”, agregó Dávila.
El escándalo del vuelo de Emtrasur que llegó a Buenos Aires el 6 de junio con 19 personas a bordo, cinco de ellos iraníes, sumó un nuevo capítulo con la primera declaración oficial de parte de la tripulación. Entrevistados por la venezolana Orlenys Ortiz, que se describe como “comunicadora política’’, pero que estaría vinculada al chavismo, César Pérez, presidente de Emtrasur; y Mario Arraga, gerente de Finanzas de la empresa, dieron su insólita versión en la que intentaron justificar su presencia en el sospechoso vuelo.
La palabra de Arraga como vocero del grupo de venezolanos sorprendió porque hasta ahora no se sabía que la filial de carga de Conviasa había enviado a un funcionario jerárquico en ese vuelo. ¿Un gerente de Finanzas para un trayecto supuestamente de rutina o de entrenamiento? Pérez, el presidente de la empresa, dijo que autorizó el viaje del hombre administrativo para contactarse con “los enlaces en los aeropuertos” porque era el primer vuelo a la Argentina, pero no dio más detalles, ni la entrevistadora venezolana se los pidió.
Ambos negaron todo tipo de irregularidades, aún cuando el ministro de la Secretaría Nacional Anticorrupción de Paraguay, René Fernández, confirmó que al menos un tripulante del avión está vinculado con asociaciones terroristas. El paraguayo aseguró que el piloto del avión, el iraní Gholamreza Ghasemi, efectivamente tiene relación con la Fuerza Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Es más, la secretaría de inteligencia de Paraguay alertó que los demás iraníes seguirán siendo empleados de la aerolínea Qeshm Fars Air, sobre la cual pesan sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ser propiedad de Mahan Air, también sancionada por EEUU.
Ni Pérez ni Arraga dieron muchos datos sobre los iraníes, que también están retenidos en Buenos Aires, y solo aparecieron en la transmisión de YouTube Pérez, desde Caracas, y Arraga, desde Buenos Aires.
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