El empresario barranquillero Álex Naím Saab, señalado testaferro de Nicolás Maduro, sabía que tenía contados sus días en libertad.
El Tiempo
Hace menos de dos semanas, en una corte de Manhattan, se descubrieron piezas procesales que confirmaron que Estados Unidos le estaba cerrando el cerco al colombiano, calificado como la piedra angular de una red corrupta del régimen de Maduro, dedicada al lavado de activos y a mover oro y dólares hacia Irán y Turquía.
LA DEA y el FBI planeaba darle un golpe de mano, siguiendo por satélite los movimientos de su flotilla de aviones que se mueven por Venezuela, Alemania, Rusia, Italia e Irán.
Y el viernes, a las 6:30 de la tarde (hora colombiana), uno de ellos aterrizó en uno de los aeropuertos de Cabo Verde –país insular de África–, cuyas autoridades fueron alertadas de que Saab tenía circular azul de la Interpol, para su localización, y una roja (que aún estaba fresca) para su arresto internacional.
“Sabíamos que iba a reunirse con una comisión de Irán para liberar un barco con gasolina retenido en la isla. Estábamos esperando que cometiera un error y lo cometió”, le una fuente federal. Y agregó que la tripulación del avión –G5000, de matrícula T7JIS– no lo reportó como pasajero, pero los investigadores sabían que iba ahí.
Puja judicial
Para ese momento, agentes federales ya estaban en la isla con el propósito de evitar que el colombiano se les fuera de las manos, como pasó con el general (r) Hugo ‘Pollo’ Carvajal cuando lo capturaron en Aruba (2014) y luego en España (2019).
El sábado, hacia las 10 de la mañana, la portavoz del Departamento de Justicia, Nicole Navas, confirmó el arresto y el hecho de que estaba vinculado al proceso que se le sigue a Saab y a su socio Álvaro Pulido por el delito de blanqueo de capitales.
En efecto, una corte de Miami señala que, al menos desde 2011, Saab y su socio (conocido también como Germán Rubio Salas) están conspirando para lavar millones de dólares provenientes del negocio de las cajas de alimentos subsidiadas, conocidas como Clap. Así mismo, que pagaron jugosos sobornos para la fabricación de casas subsidiadas. Incluso, en un video Sabb aparece firmando un convenio entre Colombia y Venezuela, de ‘Misión Vivienda’.
Para el gobierno Trump es claro que Saab es la ruta para llegar a bienes y cuentas bancarias de Maduro y de su séquito en el exterior. Y para ubicar el paradero de los lingotes de oro y dólares que han salido de Venezuela a Turquía, Rusia e Irán.
Inicialmente, fuentes oficiales aseguran que el vuelo en el que llegó el barranquillero a Cabo Verde habría salido de Caracas, estaba cargando combustible en la isla y seguía para Rusia e Irán. Pero otra versión señala que venía de Teherán.
Gente del entorno de Saab –que confirmaron la noticia en primicia– dijeron que iba en compañía de un colombiano. Y que la segunda llamada que Saab hizo tras su detención fue a Venezuela.
En ese momento, se inició una carrera contra el reloj para que Estados Unidos lo reclamara, a pesar de no tener tratado de extradición con Cabo Verde, una pequeña isla con autonomía (tras ser colonia de Portugal) pero con poca estabilidad política.
Sin embargo, en septiembre de 2019, Estados Unidos y Cabo Verde firmaron una carta de acuerdo bilateral en materia de apoyo de justicia penal, que haría viable su extradición. Si bien está centrada en temas de narcotráfico, también cobija lavado de dinero y crimen organizado. Por eso, el fiscal de Miami Michael Nadler gestiona su extradición y frena su posible expulsión a Caracas.
Marpia Domínguez, una exfiscal auxiliar, nieta del dictador dominicado Leonidas Rafael Trujillo, es la abogada de Saab en Estados Unidos. Foto: Archivo Particular
De manera paralela, en Venezuela empezaron a explorar la posibilidad de reclamarlo, alegando alguna función dentro del aparato productivo del régimen.
El sábado en la noche, el régimen de Maduro emitió un comunicado en el que calidica de arbitraria e irregular la detención de Saab y anuncia que ejercerá mecanismos para que se le respete el debido proceso y sea puesto en libertad.
En el pronunciamiento oficial señalan que la captura se hizo con base en una circular roja que salió el 13 de junio. Sin embargo, la retención de Saab fue 24 horas atrás.
Es claro que Saab sabe muchos secretos de Maduro y de sus ‘secuaces’ y que el régimen es el más interesado en que guarde silencio. No solo sabe sobre fortunas personales, edificadas en el saqueo al país, sino, además, de acuerdos con Irán, Turquía y Rusia, temas geoestratégicos para Estados Unidos.
Y aún no se sabe la línea que va a usar su defensa en Estados Unidos. Su abogada es María de los Ángeles Domínguez Trujillo, una curtida exfiscal federal auxiliar, nieta del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo.
Pero sus allegados no descartan que pidan que sea deportado o expulsado a Colombia, su país de origen. Si bien acá se le sigue un proceso por lavado de activos, no tiene orden de captura y la circular roja que pidió la Fiscalía fue negada por el juez del caso.
Lo único vigente es un proceso por extinción de dominio, en el que esta semana se le incautaron 8 propiedades, valoradas en 9,7 millones de dólares, incluida la mansión en Barranquilla, con dos canchas de tenis, que construyó tras demoler 5 casonas en el exclusivo barrio El Golf.
¿Negociación secreta?
Quienes han tenido acceso al barranquillero dijeron que está visiblemente afectado. Además, que está preocupado por la suerte que tendrían sus familiares –hoy en Venezuela– en caso de que sea llevado a Estados Unidos.
“Hace unos meses circuló la versión de que Saab había enviado mensajes al gobierno Trump para una eventual negociación, de cara a los cargos que le elevaron. Pero nunca se confirmó nada”, dijo una fuente enterada del caso.
Sin embargo, no se descarta que el dinero que estaba blanqueando a través del otrora respetado profesor de la Universidad de Miami, Bruce Bagley, estuviera relacionado con esos acercamientos.
Aunque en el expediente contra Bagley no se señalaba quién era el dueño de los 2 millones de dólares que se blanquearon en esa operación, EL TIEMPO ya lo había anticipado y el profesor se encargó de ratificarlo en la audiencia del 1 de junio en la que aceptó cargos.
Acorralado por la evidencia, terminó admitiendo que los dólares eran de Saab, a quien conoció a través de un señalado narcoparamilitar colombiano.
Con una hipoteca a cuestas, una esposa discapacitada, 73 años de edad y una inminente condena (cercana a los 5 años), el profesor Bagley se reventó ante el juez de distrito Jed Rakoff dentro de un caso en el que están involucradas al menos 10 personas más.
El brillante profesor confesó que había conocido a Saab desde 2017, por intermedio de Jorge Luis Hernández Villazón, alias Boliche, supuesto testigo protegido del Gobierno de Estados Unidos, quien no tiene procesos ni allá ni en Colombia.
Uno de los giros de Saab, por 473.000 dólares, fue detectado en Nueva York y por ese será condenado el profesor (ver nota anexa).
Sin embargo, EL TIEMPO estableció que se indagan otros movimientos de dinero e incluso varias reuniones en Miami a las que habría asistido Saab, de las cuales estaban enteradas agencias locales.
Además, que los mismos agentes que monitoreaban los vuelos de su flotilla privada les seguían la pista a jugosos giros por México, Hong Kong, los Emiratos, Venezuela, Suiza y Turquía. Por ahora, la suerte de Saab está en manos de la pequeña isla y de las gestiones de los agentes federales que aspiran llevárselo a Miami antes del martes.
‘Boliche’, el ventilador contra Saab en Miami
Sin saberlo, el profesor Bruce Bagley terminó convertido en uno de los eslabones claves para que Estados Unidos llegara hasta Álex Saab.
Según lo confesó en una corte de Manhattan, llegó al hoy capturado a través del colombiano Jorge Luis Hernández Villazón, alias Boliche.
‘Boliche’, miembro de una prestante familia de Valledupar, es pariente de José Guillermo ‘Ñeñe’ Hernández, el oscuro ganadero que desató la llamada ‘Ñeñepolítica’, según le dijeron a EL TIEMPO allegados a esa familia.
Terminó siendo mano derecha de Salvatore Mancuso en temas de narcotráfico. En efecto, mientras ‘Boliche’ vivía en una mansión del barrio Campestre de Barranquilla, sacaba toneladas de coca por Bahamas. Pero entró en desgracia cuando se le embolató un cargamento a Nicolás Bergonzoli, alias Julián, y luego a Mancuso. Eso lo obligó a huir hacia Venezuela y a buscar un arreglo en Estados Unidos.
Cuando el profesor Bagley se dio cuenta de que quien lo había delatado era su otrora amigo, decidió contarlo todo.
Le admitió a la Corte lo que ya sabían agentes del FBI: que ‘Boliche’ fue quien le presentó a Saab, hace cuatro años, para una asesoría en trámites migratorios y en negocios.
Visiblemente golpeado, Bagley admitió que terminó prestando dos de sus cuentas bancarias para que Saab le hiciera varios giros a ‘Boliche’. El FBI rastreó cerca de 10 giros, entre noviembre de 2017 y octubre de 2018, desde bancos ubicados en Emiratos Árabes y Suiza.
Pero el profesor se encargó de entregar más detalles. Dijo que él se quedaba con el 10 por ciento del dinero que Saab enviaba y que el resto se lo pasaba a alias Boliche. Incluso, dijo que abrió una segunda cuenta para ese fin.
Para conocer la versión de Saab, EL TIEMPO le escribió el jueves a su abogada en Estados Unidos, María de los Ángeles Domínguez Trujillo, pero no respondió los mensajes que se le dejaron.
También se le marcó a alias Boliche al celular que le suministró a una agencia federal, pero cuando contestó dio otro nombre y colgó.
A Bagley le leerán su condena el 1 de octubre próximo, pero, dentro de su expediente, hay pistas para llegar a otras 10 personas que asesoraban al hoy capturado y que son el nuevo blanco de la justicia de Estados Unidos para presionar al régimen de Nicolás Maduro.
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