Los agentes de seguridad del Estado han incurrido en todo tipo de crímenes al momento de detener a los presos políticos. En el 95 % de los casos de tortura registrados por el Instituto Casla se ha evidenciado prácticas de violencia sexual.
La ONG detalló que la gran mayoría de las víctimas fueron desnudadas, sufrieron actos lascivos, recibieron amenazas de violación o, incluso, fueron violadas por funcionarios.
El instituto Casla también reportó que dos mujeres detenidas por razones políticas fueron ultrajadas sexualmente.
«Por lo menos 30 personas (36%) fueron víctimas de intento de violación, cinco víctimas (6%) fueron amenazadas con violarlas mientras eran torturadas, otras cinco (6%) sufrieron graves lesiones en sus genitales, dos personas (3%) fueron objeto de actos lascivos violentos y una fue brutalmente violada».
Según las estadísticas que maneja la defensora de DDHH, Tamara Suju, el 53 % de las víctimas de tortura son civiles y el 47 % militares.
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