Calles llenas de basura, monte que crece parejo en plena vía pública, calzadas full de huecos, aceras resquebrajadas, postes caídos, poca iluminación pública y anarquía por parte de buhoneros, todo parece una descripción de un pueblo abandonado e inhóspito, pero en realidad describe las caóticas condiciones en las que se encuentra la ciudad de Barquisimeto, cuyo único brillo con el que cuenta es el de sus crepúsculos.
Daimar Díaz | La Prensa de Lara
Larenses lamentan ver cómo la ciudad cada día luce más fea y desordenada y cómo las obras de embellecimiento son realmente un paño de agua tibia que se aplica en zonas focalizadas, casi por donde «pasa la reina».
«El aseo urbano sólo pasa por las zonas céntricas, pero en las comunidades y calles menos transitadas se acumulan las montañas de basura», manifestó Sonia Araujo, una ama de casa que asegura que hay avenidas por las que da terror caminar.
Lismary Torres, una habitante de la zona centro de Barquisimeto, comenta que ante la falta de gasolina el aseo urbano no cubre las rutas hacia las comunidades con frecuencia, por lo que la gente que vive en zonas adyacentes al casco central, saca su basura y la deja en cualquier esquina, aun cuando no toca pasar el camión del aseo.
Los huecos en las calzadas son otras de las manifestaciones de dolor que sufre la capital larense. Importantes avenidas y calles, así como también calles en comunidades del oeste, presentan grave deterioro del asfalto y huecos que ocasionan daños a vehículos y representan un peligro latente. La avenida Florencio Jiménez, las carreras 16 y 18, calle 21, 32, 33 y 34 son ejemplo de cómo el asfalto se ha ido levantando mientras el plan tapa huecos no acude en su auxilio.
«Las calles no sirven, esto es tierra y tierra que se mete para las casas y cuando llueve es un caos porque se hacen pichaques y hay que esperar que el agua baje para poder salir», expresó María Oliveros, habitante del sector Cerritos Blancos.
El alumbrado público es otro de los elementos que falta en la ciudad, y es que muchas de las calles quedan en penumbras en horas de la noche, siendo espacios perfectos para la delincuencia. Además la falta de mantenimiento ha ocasionado accidentes, como por ejemplo un poste que se cayó en la avenida Carabobo con 29 hace seis meses.
«Este poste de luz se cayó hace seis meses y hasta la fecha no han venido a arreglarlo, hasta que se termine de caer o cause un daño mayor no harán nada porque no les importa que la calle esté oscura y que eso se preste para la delincuencia», aseveró Elisabeth Gallardo, vecina de la zona.
Emily Sánchez, una joven ama de casa de El Tostao, no se limitó al describir las terribles condiciones en las que viven en la zona. Una vez que el vehículo entra al sector por la chicharronera, son descomunales los huecos con los que debe sortear, además el monte crece sin parar a los costados de la vía.
«Da miedo pasar por esas calles que están full de monte, porque da la sensación de que va a salir alguna culebra u otro animal, es increíble que el gobierno sólo se concentre en mantener bonitas las calles del este y las del oeste o centro están abandonadas», relató.
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