El oro no solo se está extrayendo en el Arco Minero del Orinoco sino también dentro del Parque Nacional Canaima, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco. A tan sólo 20 kilómetros del Salto Ángel o Kerepakupai Vená (su nombre en lengua pemón), operan una veintena de balsas mineras y un yacimiento de oro a cielo abierto a donde acuden a diario a trabajar cientos de hombres y mujeres empujados por el desplome del turismo, principal actividad económica de la región.
Por:Lisseth Boon y Lorena Meléndez G./alianza.shorthandstories
Tras un recorrido aéreo sobre el sector occidental de Canaima y más de 30 horas de navegación por el río Carrao que bordea el Auyantepui, Runrun.es comprobó en directo cómo los mineros extraen el metal no sólo en los linderos sino también dentro del parque nacional como parte de una red extractivista que involucra a indígenas, instituciones oficiales, empresarios y militares.
En Canaima, los yacimientos son controlados por sus propios habitantes originarios: los pemones, quienes empujados por el desplome del turismo se han dedicado a la minería ilegal para subsistir.
El oro extraído de este paisaje milenario sale a bordo de avionetas turísticas, cuyo propietario es un empresario local a quien el Ministerio Público venezolano señala como miembro de una red de contrabandistas que traslada el mineral desde Venezuela hasta islas del Caribe.
Ese mismo personaje está vinculado a una posada de lujo dentro del parque en donde, según los pemones, se fraguó el ataque armado ordenado por Nicolás Maduro del 8 de diciembre de 2018 «para acabar con la minería», un hecho que cambió por completo a Canaima y sus habitantes.
La extracción de oro en Canaima cuenta con el aval de organizaciones indígenas que, de acuerdo con fuentes consultadas, surgió en el último lustro para organizar la actividad minera.
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