Según estimaciones del vicepresidente del Colegio de Ingenieros de Carabobo, en el estado se reporta un déficit de aproximadamente 83% en la generación interna de energía eléctrica
Kevin Arteaga González | El Carabobeño
Detrás de los cortes eléctricos que afectan a los carabobeños hay un problema estructural. De las seis termoeléctricas existentes en el estado, solo una genera electricidad: la planta Pedro Camejo, en Los Guayos, la cual aporta 100 megavatios de los 600 que en promedio requiere Carabobo actualmente. Esto representa una cobertura de solo 17% de la demanda interna.
Así lo informó este lunes 14 de septiembre el vicepresidente del Colegio de Ingenieros de Carabobo, Nizar Richani, durante la tercera transmisión de El Carabobeño en Vivo, a través de @el_carabobeno en Instagram. La entrevista, en la que se abordó el tema de la crisis eléctrica que afecta a la región, estuvo moderada por la periodista Dayrí Blanco.
Hace aproximadamente 15 años la demanda interna de la entidad carabobeña era de al menos mil 500 megavatios, de los cuales unos 700 correspondían al consumo de su otrora robusto y pujante parque industrial, recordó Richani. Sin mayores inconvenientes, este requerimiento podía ser cubierto al 100% con generación interna, ya que solo Planta Centro generaba hasta dos mil megavatios.
El vicepresidente del gremio de ingenieros resaltó que, en total, Carabobo producía tres mil megavatios distribuidos entre Planta Centro, Pedro Camejo, Castillito y Planta del Este. Las últimas dos dependían de la empresa Electricidad de Valencia, posteriormente expropiada por el gobierno, y cubrían todo el circuito centro norte de la ciudad, así como también gran parte de la Zona Industrial de Valencia.
Se trata de un “sistema blindado” que contaba con la generación interna de las regiones, mediantes sus plantas termoeléctricas, más la energía suministrada por el Complejo Hidroeléctrico Simón Bolívar, más conocido como Hidroeléctrica de Guri, en Bolívar. Ambas formas de generación conectadas al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y al sistema interconectado, por lo que cuando una fallaba, la otra cubría la falla y viceversa.
Pero ese panorama cambió. Con el parque industrial prácticamente paralizado, la demanda interna pasó de mil 500 megavatios a 600, mientras que la generación registró una caída mucho más estrepitosa debido a la falta de reinversión de recursos y ausencia de mantenimiento: de los sólidos tres mil megavatios que generaba el estado, hoy solo produce 100.
El déficit reportado en Carabobo es cubierto por el ya colapsado SEN, que también debe enviar energía al resto de las regiones del país que se encuentran en las mismas condiciones, sin capacidad de producir su propia energía a través de las plantas termoeléctricas. “Es una situación crítica”, advirtió el especialista.
El servicio eléctrico es de suma importancia porque de él depende el funcionamiento de todo el sistema de distribución, tratamiento y potabilización del agua. Plantas como la Alejo Zuloaga, encargada de potabilizar el agua que es enviada a la Gran Valencia, requiere de electricidad para mantenerse operativa.
Además, debido a la aguda escasez de gas que se registra en el estado desde hace más de cinco meses, la electricidad se convirtió en una alternativa para los carabobeños para poder cocinar.
Cortes programados
Corpoelec raciona a diario alrededor de 100 megavatios de los entre 400 y 500 megavatios que debería enviar desde la Hidroeléctrica de Guri. A pesar de esto, el gerente regional de Distribución de la empresa estatal en Carabobo, Jesús Arcadio López, insiste en que no se está ejecutando algún plan de racionamiento programado.
“Lo que sucede es que ellos le dan otro nombre a los cortes programados en los diferentes sectores”, explicó Richani. “Sí existe un corte programado (…) porque no contamos con la generación suficiente para cumplir con los megavatios que en las horas picos está requiriendo el estado. No es un cálculo hipotético, somos todos testigos de eso”.
Sin embargo, el ingeniero reveló que extraoficialmente supo sobre algunos trabajos de recuperación en algunas instalaciones termoeléctricas, como Planta Centro (en una de sus unidades), Termo Carabobo y La Cabrera. De materializarse el arranque de las plantas, se sumarían unos 200 megavatios que aliviarían a la región central, principalmente a Carabobo.
Al ser consultado sobre una posible fecha para el arranque de estas tres termoeléctricas que estarían siendo recuperadas por Corpoelec, respondió: “Creemos que se han tardado. Esto era previsible. No debimos llegar a este punto”.
A su juicio, una de las claves para la recuperación del servicio eléctrico y otros está en la desmonopolización por parte del Estado, a través de la incorporación del sector privado como una alternativa. Para esto lo que falta es falta voluntad política, recursos y buena ciencia, agregó.
Lago de Valencia
El Lago de Valencia, cuya cuenca es endorreica, representa un riesgo latente, debido a que está a seis metros sobre el nivel del mar (msnm) por encima de su cota máxima, que es 408. Hoy, a causa de ese crecimiento descontrolado, su nivel supera los 414 msnm. “Hay que detenerlo y bajarlo a 408”.
Para Richani el lago representa uno de los problemas ecológicos “más complejos del mundo”, ya que a su cuenca van a parar las aguas servidas de gran parte de la Gran Valencia y, al ser una cuenca endorreica, requiere de algún tipo de trasvase o drenaje para controlar su nivel.
“Mientras no se le dé solución al crecimiento del lago, no se podrá solucionar el problema de calidad y distribución de agua”, sostuvo.
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