Varios cadáveres de jóvenes guerrilleros del frente 33 de las disidencias de las Farc quedaron tendidos en campamentos enclavados en el Catatumbo. Todos llevaban botas y uniformes nuevos, con camisetas que tenían estampados los rostros de Pedro Antonio Marín, alias Tirofijo e ‘Iván Mordisco’, jefe de las disidencias.
Una serie de videos en poder de inteligencia militar contienen estas imágenes que están dejando al descubierto lo que el país aún no ha visto sobre la barbarie que al menos un centenar de guerrilleros del Eln viene ejecutando en esa región del país, dejando cifras parciales de 80 muertos, incluidos civiles, y 41 mil desplazados.
EL TIEMPO tuvo acceso a esas imágenes, de las que solo algunas son publicables por respeto a las víctimas. Allí, guerrilleros del Eln narran cómo aniquilaron a las disidencias y, con nombre propio, mencionan a guerrilleras a las que asesinaron por la espalda y a otros combatientes cuyos cadáveres fueron atados de pies y manos a palos mientras los despojaban de sus fusiles y radios de comunicación.
Ese material hará parte de las investigaciones contra la cúpula del Eln por la tragedia humanitaria que desataron en esa región del país, que ya llevó al presidente Gustavo Petro a suspender la mesa de diálogo con el Eln y a la Fiscalía, a reactivar las órdenes de captura contra sus cabecillas.
Pero, a la vez, dejan al descubierto el poder armado de los ‘elenos’ que, mientras hablaban de paz con la delegación del gobierno Petro, se movilizaban desde Arauca para ejecutar la masacre, pasando por territorio venezolano con la anuencia o complicidad de fichas de esa dictadura.
El factor Venezuela
EL TIEMPO tuvo acceso a un informe reservado de inteligencia –expuesto a almirantes y generales de la República– en el que los propios militares revelan factores que han llevado a que esa guerrilla se fortalezca mientras el Ejército pierde impacto en esa región y en otros 10 polvorines que están abiertos en diferentes zonas.
A mitad de semana este diario reveló que para el Ejército es claro que el Eln ya es una guerrilla binacional. En documentos de inteligencia se habla de una proporción de un colombiano por tres venezolanos en sus filas.
Y se cree que Venezuela los apoya como una especie de barrera de contención en la frontera para evitar una operación contra el régimen.
Los ceses al fuego
En los videos de la toma al Catatumbo se oyen los dos acentos mientras subversivos recorren zonas arrasadas.
Y en el informe de inteligencia militar se señala que ese y otros grupos armados han crecido a la sombra de los amagues de paz y los ceses al fuego, mientras el Ejército de Colombia disminuye en pie de fuerza. Entre 2012 y 2024 han salido de las filas 70 mil militares.
Mientras que el Eln pasó de 1.300 hombres en armas, cuando arrancó el proceso de paz con las Farc, a 6.200, con poderosas redes de inteligencia incluidas.
Y en un primer corte a los ceses al fuego decretados los primeros 6 meses de 2023, se contaron los días en los que el Ejército no pudo hacer operaciones contra algunas organizaciones criminales.
“Miren. Con ‘Calarcá’ llevábamos 750 días de cese al fuego; al Eln se le dieron 371 días; Segunda Marquetalia, 181 días; Autodefensas, 181 días; y ‘clan del Golfo, 79”, se le escucha decir a un alto oficial mientras muestra una gráfica.
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