La ONG Cecodap documentó cómo perciben las familias el inicio del año escolar 2020-2021. Es un comienzo atípico en el que la pandemia mantiene confinada la educación. Padres, madres y cuidadores fueron consultados. 85 % opina que no hay condiciones en los centros educativos para actividades presenciales o semipresenciales.
Por Carmen Victoria Inojosa – Crónica Uno
El 5 de octubre se espera que, por orden de Nicolás Maduro, sean reabiertas las escuelas como parte del “sistema de cita escolar”, una decisión anunciada el 15 de septiembre. A la fecha, no hay información que oriente sobre cómo funcionará este programa. Para entonces, se explicó que las escuelas serían centros de asistencia pedagógica para padres, madres y alumnos en la semana de flexibilización. Este lunes también comienza a regir un plan de racionamiento de la gasolina por 30 días.
En medio de la pandemia, las medidas de higiene y saneamiento se han vuelto urgentes. “A más de siete meses de la pandemia no se adoptaron las medidas necesarias para preparar a los centros educativos ni para asumir un proceso educativo a distancia, ni para garantizar las condiciones de bioseguridad indispensables para una modalidad semipresencial”, asegura Cecodap en su informe. La infraestructura educativa, la dificultad en el acceso a servicios, la precariedad de las condiciones laborales de los docentes, la falta de combustible y transporte público regular , así como limitaciones en cuanto a la cantidad y calidad de medidas de bioseguridad necesarias para recibir a los estudiantes, no permiten que sea posible que los estudiantes vuelvan a las aulas.
Para este informe sobre la Situación actual de la educación a distancia en Venezuela fueron consultadas, del 11 al 18 de septiembre, 500 personas de estratos socioeconómicos C, D y E. Contó con el apoyo técnico de Datanálisis en el levantamiento de los datos y procesamiento estadístico.
Las familias (83 %) también dijeron no estar de acuerdo con retomar actividades presenciales o semipresenciales mientras persista el coronavirus. “No existen condiciones materiales, de acceso a servicios básicos y transporte que permitan acceder de manera adecuada a las escuelas”, afirma Cecodap.
Calidad educativa deficiente
Entre las preocupaciones destaca la calidad educativa que se ha impartido desde el 16 de marzo, cuando las escuelas cerraron sus puertas. 72 % califica la educación a distancia con niños y adolescentes como mala o deficiente. Las constantes fallas de electricidad e Internet son “una barrera que dificulta conducir procesos de calidad en torno a la educación a distancia”.
Entre las medidas que deben implementarse respecto al año escolar, 78 % sostiene que hay que reforzar y nivelar los contenidos impartidos durante el año escolar anterior. “Se observa que no existen lineamientos claros y uniformes por parte del Ministerio de Educación que permita desarrollar procesos de educación a distancia bajo criterios de calidad y especialmente adaptados en contexto que impone la pandemia”, se lee en el informe.
La salud mental también ha sido una materia pendiente durante la pandemia en las escuelas. 87 % de los estudiantes no han recibido apoyo emocional por parte de los centros educativos. “Observamos con preocupación que frente a un contexto que amenaza de forma tan explícita la salud mental, los centros educativos presentan marcadas dificultades para ofrecer apoyo psicosocial”, señala la ONG.
Cecodap explica que este resultado tiene múltiples causas: “Falta de una política pública en materia de salud mental, que imposibilita el acceso a recursos financieros, técnicos, humanos y logísticos que permitan ofrecer el apoyo requerido a la población de niños, niñas, adolescentes, sus familias y los docentes”.
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