El Instituto Experimental Jardín Botánico y Provita presentan la nueva edición del Libro Rojo de la Flora Venezolana, publicación evalúa el estado de conservación de más de 6.100 especies de plantas en el país.
El Instituto Experimental Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela (UCV), con el apoyo de la ONG ambientalista Provita, presentó la segunda edición del Libro Rojo de la Flora Venezolana. La publicación, que evalúa el estado de conservación de más de 6.100 especies de plantas en el país, determinó que cinco de ellas se han extinguido y otras 559 están en situación de amenaza.
De acuerdo con los investigadores, las especies que se consideran extintas son Microlejeunea valenciana y Hunzikeria steyermarkiana, nativas de Carabobo; Marsdenia smithii, oriunda de Lara; y Desmanthodium blepharopodum, de Trujillo. Mientras que se determinó extinta en Venezuela a Paspalum standleyi, que se encontraba en Sucre, aunque en otros países del continente todavía hay individuos.
Mientras la Microlejeunea valenciana es una briofita hepática (pequeñas plantas que suelen crecer en lugares húmedos), las otras cuatro entran en la categoría de plantas superiores (las que poseen flores y semillas).
El Libro Rojo de la Flora Venezolana toma en consideración los criterios de evaluación del riesgo de extinción de las especies establecidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En la edición participaron unos 150 expertos de diversas instituciones venezolanas, quienes trabajaron en la evaluación del estado de conservación de las 6.121 especies estudiadas, más de 4 veces la cantidad evaluada en la primera edición (1.419 especies) en el año 2003.
Las especies evaluadas en esta oportunidad representan el 32% de las especies vasculares reportadas para el país, incluyendo pteridófitos, gimnospermas, dicotiledóneas y monocotiledóneas. En esta edición se incluyó además un grupo de especies de algas, briófitos y hongos.
«En un país megadiverso como el nuestro, estos estudios (sobre la flora) son absolutamente necesarios tomando en cuenta la reducción marcada de las poblaciones vegetales como resultado del deterioro ambiental de bosques, sabanas, páramos y de otras formaciones naturales presentes en el territorio nacional», apuntó Ana Audrey Huérfano, editora de la publicación.
La actividad humana, principal amenaza
Según la publicación, el principal factor de amenaza para la flora venezolana es «la expansión e intensificación de las actividades agropecuarias», que produce la pérdida y la degradación del hábitat silvestre.
Los otros dos elementos que afectan a la flora silvestre venezolana son: la extracción de las plantas o partes de estas de sus hábitats naturales, ya sea para su aprovechamiento específico o como daño colateral de otros fines como el desmalezamiento descontrolado; y la modificación de los sistemas naturales producto de la tala y la quema deliberada, los cambios en el flujo de aguas naturales y la construcción de playas en zonas litorales.
Provita ha acompañado de cerca la elaboración de los libros rojos de flora venezolana desde la primera edición y para esta segunda edición igualmente prestó asesoría desde el inicio del proyecto, además de apoyar en la búsqueda de aliados para facilitar la culminación del proyecto y su divulgación.
«Este libro responde a la necesidad de continuar trabajando en el marco de una problemática ante la cual no se puede ser indiferente ya que el declive de las especies continúa ocurriendo y los procesos de deterioro ambiental se siguen agravando», advirtió Ariany García-Rawlins, coordinadora de Especies Amenazadas de Provita.
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