De acuerdo con el balance del sector industrial en Venezuela ofrecido por Conindustria, el gremio -que venía trabajando a 21% de su capacidad instalada debido al colapso económico del país- actualmente trabaja al 18% de su capacidad tras la llegada del covid-19.
Por Reymar Reyes– Analítica
Según Francisco Acevedo, primer vicepresidente de Coindustria, los productores de calzado son los más afectados por el covid-19 por el impacto colateral que provocó el cierre de centros, comercios y tiendas nivel de calle, excluidos de la flexibilización de la cuarentena.
De la misma forma, el cierre de las ferias de comida en centro comerciales afectó a las industrias proveedoras de envases, cajas, vasos y productos similares.
Al respecto, Conindustria sostiene que es más costoso tener las empresas paralizadas que asumir los costos de los protocolos de bioseguridad para prevenir el coronavirus, pues las proyecciones indican que la convivencia con la pandemia se extenderá durante varios meses.
Sin embargo, para Acevedo, en medio de la pandemia, la problemática más apremiante es la de lograr que las políticas públicas estén orientadas a interconectar a los actores de la economía y no a tratarlos como islas. Manifiesta que la toma de decisiones aisladas dificulta, aún más en cuarentena, el sostenimiento de los industriales.
Coherencia entre políticas públicas e interconexión de los actores económicos
El balance ofrecido por Acevedo indica que los productores industriales de alimentos, medicinas y de otros rubros de primera necesidad están teniendo problemas para acceder a la materia primera o movilizar sus productos acabados debido a la falta de criterios únicos a lo largo y ancho del país.
A su juicio, el régimen de Maduro ha tomado decisiones en las que se considera a los actores económicos de manera aislada y no como nodos interconectados: alcabalas, salvoconductos y cuarentenas radicales son, apenas, algunos de los obstáculos que se interponen entre proveedores, fabricantes y detallistas.
Frente a esto, Acevedo manifiesta la necesidad de cambiar la estrategia de flexibilización de la cuarentena “siete por siete”, el cual ha impedido la continuidad de sus operaciones debido a que las líneas de producción de grandes fábricas no pueden reactivarse de la noche a la mañana, cada siete días, sin previo aviso.
Además, según el representante de Conindustria, no ha existido un flujo de información especial con las autoridades de gobierno que les permita planificar la logística, los suministros de materia prima y establecer mecanismos de trabajo estables con antelación.
A pesar de Nicolás Maduro hable del sistema “siete por siete” como un triunfo, al menos cinco entidades del país estarán próximos a cumplir 21 días en cuarentena radical de acuerdo con las medidas anunciadas el 26 de julio para el Distrito Capital, Miranda, Vargas, Zulia, Bolivar y Táchira.
La necesidad de reactivarse
Ya son varios los gremios venezolanos que se han pronunciado en pro de reanudar las actividades económicas bajo el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad sugeridos por las autoridades nacionales e internacionales.
Y es Venezuela ya venía enfrentando una crisis humanitaria compleja en la que enmarcaba una debacle económica sin precedentes y que ha generado problemas sociales crónicos.
Consecomercio aboga por el sostenimiento del deteriorado aparato productivo que queda en el país y la inclusión de otros sectores a las actividades cotidianas de la nueva normalidad.
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