Haber sido leal a Chávez no es garantía para evitar la cárcel de la dictadura. Numerosos son los ejemplos de altos oficiales y dirigentes sindicales que han caído en desgracia solo por tener diferencias con el régimen de Maduro.
De acuerdo con la periodista Sebastiana Barráez, la lista de los militantes del chavismo que han sido encarcelados, desaparecidos u obligados a huir del país crece progresivamente. A los interminables nombres de oficiales importantes para la revolución, como el general en jefe Raúl Isaías Baduel, los mayores generales Cliver Alcalá Cordones, Miguel Rodríguez Torres y Hugo Armando Carvajal Barrios, el general de División Jesús Alberto Milano Mendoza, entre muchos otros, también se suma el de líderes sociales como Alcedo Mora o detenidos como Rodney Álvarez y el sindicalista Rubén González.
El ex comandante del Ejército, ex ministro de la Defensa y amigo personal de Hugo Chávez tiene desde el 2009, con un lapso de dos años en libertad con presentación, hasta hoy preso en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin); uno de sus hijos fue encarcelado a consecuencia de la Operación Gedeón y a otro más recientemente por otra causa. Contra Baduel conspiró el celo de Chávez a la ascendencia y liderazgo que tenía como alto oficial, que amenazara su permanencia en el poder.
Alcalá por su parte se negó a reconocer a Maduro desde el mismo momento en que Chávez lo designó como sucesor, salió del país casi simultáneamente que a Rodríguez Torres lo detenía el SEBIN y lo entregaba a la DGCIM. Desde Colombia montó una Fuerza de Tarea con militares venezolanos para sacar a Maduro del poder. Se entregó a la DEA en marzo y ahora está en juicio en Estados Unidos.
Rodríguez Torres, al igual que Baduel y Alcalá, pertenece al grupo de los llamados Febreristas. Cumplió con el asalto a la residencial presidencial La Casona, durante la intentona golpista del 4F, acompañó a Chávez, dirigiendo la policía política, durante todo el Gobierno y continuó después con Maduro, quien lo destituye como Ministro del Interior en el 2014. Desde el 13 de marzo 2018 está preso, actualmente en la cárcel de máxima seguridad en el Fuerte Tiuna.
En el caso de Carvajal Barrios, conocido como El Pollo, fue un hombre emblemático de Inteligencia Militar en tiempos de Chávez. A él se debe que los militares llegaran a ser generales, porque era el principal filtro en los ascensos. Como acérrimo oponente a la presencia de los cubanos no permaneció más que unos meses en el Gobierno de Maduro. Su cercanía con Diosdado Cabello le permite ser electo parlamentario a la Asamblea Nacional. En febrero 2019 manifiesta su apoyo a Juan Guaidó. En abril 2019 es capturado en España atendiendo la solicitud de extradición por parte de EEUU quien lo señala de narcotráfico. Actualmente se encuentra oculto en un lugar desconocido.
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Milano Mendoza fue incondicional de Chávez, fue comandante del Regimiento de la Guardia de Honor presidencial y se mantuvo fiel a la revolución. Su separación del chavismo llegó con Nicolás Maduro, quien en el 2017 lo dio de baja, cuando el alto oficial ya no tenía simpatías con el Gobierno de turno. Reaparece en Bogotá con un comunicado, a finales de enero 2019, uniformado y rodeado de militares, manifestando a través de un comunicado: “No podemos seguir siendo indiferentes ante el inmenso reclamo social de miseria que recorre nuestras calles manifestado por el pueblo en los últimos años en innumerables protestas pacíficas, brutalmente arremetidas por la dictadura, con un saldo de más de 160 jóvenes e innumerables heridos… Con suma vergüenza vemos como muchos de nuestros generales y almirantes se arrodillan ante el vicepresidente del Partido de gobierno que cada día abona más el terreno para propiciar un conflicto armada entre hermanos, tampoco lo vamos a permitir”.
Alcedo desaparecido
En las inmediaciones de la Plaza El Llano de la ciudad de Mérida, capital del estado andino con el mismo nombre, vieron al dirigente social Alcedo Mora Márquez, junto a los hermanos colombianos Jesús Esneider y Eliezer Antonio Vergel Medina, quienes estaban solicitando refugio en Venezuela. Ese 27 de febrero de 2015 los tres hombres desaparecieron.
Alcedo es un conocido dirigente popular y militante de la organización PRV-Ruptura, quien trabajó en la Gobernación de Mérida y era dirigente social de la revolución bolivariana; sus familiares denunciaron que él tenía 92 folios con evidencias probatorias y desaparece justo cuando iba a presentar una denuncia formal ante las autoridades competentes sobre presuntos hechos de corrupción en PDVSA.
Su hijo, Alcedo Mora Carrero, acaba de denunciar que es “una desaparición orquestada por agentes de Estado y funcionarios del Gobierno”. En un sonido señala a “Diosdado Cabello, Tarek William Saab y Nicolás Maduro Moros. En la parte regional (Mérida) denunciamos al ex gobernador Alexis Ramírez y al ex secretario de Gobierno Luis Martínez Rico mejor conocido como Luis Petróleo por su vínculo con la empresa petrolera Pdvsa”.
“A cinco años de la desaparición de mi padre queremos encontrarlo con vida. Pedimos al Gobierno que aparezca Alcedo Mora. A cinco años no hemos recibido ningún tipo de respuesta”.
Rechaza el silencio del Fiscal General nombrado por la Asamblea Constituyente, doctor Tarek William Saab. “Ha ocultado pruebas y evidencias, manteniendo el silencio del caso y engavetado”.
“En el nombre del Socialismo, en el nombre de una revolución todavía existan desaparecidos, torturados, presos políticos y es algo que la familia Mora rechazamos contundentemente”.
Considera crimen de lesa humanidad “que ciudadanos comunes, dirigentes sociales y campesinos, obreros, sean desaparecidos, torturados y sean asesinados por funcionarios del Estado, ante la vista gorda del Gobierno venezolano para que a nivel internacional no se sepa”.
Rodney y Rubén
Las organizaciones sociales consideran hay 150 trabajadores, dirigentes sociales presos, desaparecidos y/o con casa por cárcel. Dos casos son emblemáticos, por ser hombres alguna vez relacionados al chavismo, dirigentes obreros y representantes de trabajadores en Ferrominera.
Rodney Antonio Álvarez Rodríguez es un dirigente obrero de izquierda, quien siendo trabajador de Ferrominera, se declaró en rebeldía y eso le ha costado la libertad. El 9 de junio 2011 estaba prevista una asamblea de trabajadores de Ferrominera del Orinoco, para elegir la comisión electoral del sindicato. Hay testigos y debió quedar plasmado en las cámaras de seguridad que un directivo sindical militante del Partidos Socialista Unido de Venezuela (PSUV) asesinó a tiros al obrero Renny Rojas.
Eso sirvió de excusa perfecta para que la Fiscalía con dos abogados al servicio del entonces gobernador del estado Bolívar, general de división (Ej) Carlos Rangel Gómez, responsabilizaran a Rodney días después. Desde entonces el líder obrero está preso. El general Rangel, quien era amigo de Chávez pero no de Maduro, se fue a vivir a México, para no tener que responder por las gravísimas acusaciones que habían en su contra. Así el único que quedó como acusador fue el fiscal, quien ni siquiera va a las audiencias.
“A los compañeros obreros que son claves como testigos y han declarado a mi favor, los han encarcelado”, denunció Álvarez quien permanece preso desde hace nueve años.
A Rúben González, secretario general de Sintraferrominera, lo detuvieron en una alcabala, el 30 de noviembre 2018, cuando regresaba de una marcha en reclamo por el contrato colectivo y tablas salariales. ¿La excusa? Dijeron que había un expediente de un año antes, donde lo acusaban de “agredir a funcionarios militares”.
Un tribunal militar acusó a González de dos de los tres delitos que le había imputado la Fiscalía Militar: ultraje al centinela y ultraje a la Fuerza Armada Nacional. En agosto 2019 el juez lo condena a 5 años y 9 meses de prisión en la cárcel La Pica, en el estado Monagas.
Así se imponen los intereses de quienes necesitaban sacar a Rubén González del camino de Sintraferrominera, para abrirle las puertas a un sindicato que no exigiera al Gobierno los beneficios contractuales para los trabajadores.
No es la primera vez que Rubén ha sido detenido y condenado por impulsar acciones de presión a favor de los sindicalizados, pero sí es la primera que es juzgado por un tribunal militar y sentenciado en condiciones de absoluta vulnerabilidad.
No hay duda de que el régimen de Maduro ha tenido poca consideración con los otrora amigos de la revolución. Unos presos, otros huyendo e incluso muerto como ocurrió con quien fue presidente de CITGO, ministro de Petróleo y presidente de la estatal PDVSA, Nelson Pablo Martínez, quien murió, en diciembre 2018, luego de no recibir atención médica a tiempo en los sótanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, por lo que se le contaminó una válvula del corazón y le dio una septicemia con falla renal, hepática, cardíaca, cerebral y circulatoria.