El balsero que huye y pone en peligro su vida para escapar del socialismo se ha convertido en un símbolo de la miseria y de lo que el disidente cubano, Manuel Cuesta Morúa identifica como “la geopolítica de la pobreza” de un modelo que acumula 60 años de fracaso. Venezuela se ha unido a este símbolo y cada acción del régimen madurista, como las leyes del odio, las comunas, la militarización y el control económico, lo que hacen es ratificar la hermandad de ambos países en ese propósito común.
Francisco Olivares | El Estímulo
En la medida en que “avanza” la revolución socialista de Nicolás Maduro, las imágenes de gente madrugando en una cola para obtener alimentos o gasoil se asemejan a las que ahora se difunden en Cuba, gracias a celulares y a pesar del limitado acceso a las redes sociales. Hoy, los balseros son otra imagen compartida.
Otro punto que nos une a la isla del “mar de la felicidad” son los balseros y migrantes que diariamente intentan abandonar “las bondades” del socialismo, y arriesgar sus vida atravesando rutas fronterizas para llegar al estigmatizado imperio del “capitalismo mundial”.
El pasado domingo 25 de abril se conoció de nuevo la tragedia de balseros venezolanos en el Golfo de Paria. Al menos murieron y otros 11 desaparecieron después de que un bote de migrantes naufragara en Boca de Serpiente, una de las rutas de navegación utilizada por los lancheros para trasladarlos a Trinidad y Tobago.
Los balseros venezolanos habían partido desde La Horqueta, en el oriental estado de Delta Amacuro, y naufragaron estando todavía en aguas venezolanas. Esta ruta de escape del país está siendo utilizada de manera frecuente por quienes viven en la zona nororiental que no tiene otra vía para llegar a las islas del Caribe.
Los pobladores de Sucre y Delta solo tienen esta vía como opción dada la distancia y el costo en dólares para viajar por tierra hacia el sur del continente, desde donde un gran número de migrantes salen caminando por las trochas terrestres de las cerradas fronteras de los estados Táchira, Apure, Amazonas, Bolívar y Zulia.
La cifra de caminantes y balseros está arribando a varios cientos de mil de venezolanos, según datos de ACNUR, la división de la ONU para los refugiados.
Según datos de FundaRedes, desde 2019 hasta la fecha han desaparecido en aguas del Caribe cerca de 270 venezolanos, al ponerse en manos de “tratantes de personas” para llegar a Trinidad, Aruba o Curazao.
Interceptan cubanos
Como un punto en común con Venezuela, hasta febrero de este año 2021, cerca de 100 migrantes cubanos han sido interceptados en alta mar desde octubre pasado en su intento por cruzar el estrecho de Florida para llegar a Estados Unidos, reportó la Guardia Costera estadounidense.
El pasado lunes 27 de abril, la Guardia Costera de EEUU devolvió a otros dos balseros cubanos a Cuba. La dependencia del Departamento de Seguridad Nacional señaló en un comunicado que los migrantes fueron repatriados en el buque Isaac Mayo.
Los balseros habían sido rescatados por la tripulación del petrolero STI Brixton el 22 de abril, cuando fueron vistos agitando los brazos desde una balsa, aproximadamente a 163 kilómetros al suroeste de Marathon, en el sur de Florida. Los últimos repatriados fueron 14 balseros interceptados el pasado 10 de abril en una precaria embarcación a 35 millas al noroeste de Key West. Tras ser rescatados los cubanos presentaban signos de deshidratación y quemaduras solares.
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