La política y abogada venezolana Delsa Solórzano se ha destacado en el mundo de la política por ser una empedernida defensora de la libertad de expresión y de los derechos humanos. Es diputada a la Asamblea Nacional por el estado Miranda y se desempeña como vicepresidenta de la Comisión de DD HH de los Parlamentarios de la Unión Interparlamentaria Mundial.
Se ha pronunciado en reiteradas oportunidades contra el “fraude electoral” que se realizará el domingo 6 de diciembre, en alusión a las parlamentarias; y llama en cambio a participar masivamente en la Consulta Popular convocada del 7 al 12 de diciembre por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
La Consulta Popular es muy importante, porque nos va a permitir expresarnos y además que el mundo sepa lo que verdaderamente piensa Venezuela. El país rechaza el fraude del 6 de diciembre, sigue pidiendo a gritos ayuda internacional humanitaria para tratar de solventar la grave crisis y que vamos a seguir luchando”, expresó la diputada en exclusiva para El Diario.
—¿Qué la llevó a decantarse por la política?
—Yo creo que la política me eligió a mí. Eso es una vocación, cuando uno nace para servir a los demás, la vida te elige a ti. Para mí es un honor luchar por Venezuela, no quiero hacer otra cosa que no sea luchar por mi país. Siempre supe lo que quería ser, hacia dónde iba, nunca tuve la duda, como muchos jóvenes, sobre qué ser cuando sea grande. Yo decía “voy a ser político y activista de derechos humanos”. Nunca hubo dudas en qué quería y hacia dónde quería ir, nunca.
—¿Quiénes contribuyeron en su formación política?
—No quiero sonar egoísta, pero en primer término diría que la vida te va formando. Evidentemente en el camino vas encontrando gente de la que aprendes y que puede ser ejemplo para ti, bien porque lo vives de manera directa o porque lo lees en los libros, etc. Creo que de cada experiencia política que he tenido o he vivido, aprendí muchísimas cosas.
Haber aprendido a pegar afiches, a hacer una pancarta en la universidad para mí han sido experiencias inigualables. O haber aprendido a montar un padrón electoral o armar un centro de votación o lo que sea, porque he crecido en la política desde las bases. Yo no es que llegué siendo la dirigente nacional o la presidenta de un partido, yo tengo una carrera política. Empecé desde la dirigencia estudiantil. Entonces, cada una de las cosas que he vivido y que me ha tocado asumir como responsabilidad han sido ganancia y creo que hoy día me son de suma utilidad para el ejercicio de la política en tiempos de crisis.
—¿Qué recuerda de su época de estudiante?
—Lo diferente que era. Las campañas internas de la universidad, los mecanismos de alianza, era completamente distinto a lo que vivimos ahora. Si bien es cierto que había represión contra los estudiantes, yo quiero rescatar que siempre los estudiantes en Venezuela han sido muy combatidos y siempre han protestado por distintas causas. En mi época se protestaba por causas como el alza de la harina pan con conciencia, que eso se debía a razones políticas, pero que hubiera un muerto en la universidad a causa de la represión, como el caso de Belinda que resultó asesinada en la universidad, eso era un escándalo y era uno en un millón. Ninguna muerte se justifica, pero no hay el mínimo punto de comparación entre eso y lo que vivimos ahora.
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