Victangela Jiménez, secretaria de formación de Unidad Visión Venezuela en Apure, alertó este viernes que la entidad es uno de los estados más “deprimidos”, con alto porcentaje de pobreza crítica, y donde el sistema de salud se está viendo afectado por la crisis y la escasez de medicamentos.
“El sistema de salud está llegando al colapso en nuestro estado. Dispensarios, ambulatorios, CDI y hospitales. Los programas de salud fueron suprimidos de los hospitales y solo prestan servicio de información; aunado a eso, vemos farmacias vacías, sin medicinas o paliativos para enfermedades graves o comunes”, señaló Jiménez.
Acotó que Apure no escapa de la discriminación, ya que solamente a través de Farma Patria, es que se pueden obtener algunos medicamentos. “Se trata un edificio que se encuentra justamente al frente del Hospital Pablo Acosta Ortiz, dónde siempre se observan largas colas e insuficientes insumos para la demanda”.
Asimismo agregó que en los diferentes centros de salud, se atiende a los pacientes y se les diagnostica, pero existen pocos medicamentos para su tratamiento, “algunos para patologías típicas como diarrea, fiebres, tos; pero una vez que faltan los medicamentos requeridos, se brindan información sobre a donde debe dirigirse para recibir tratamiento. “En el caso de ser diagnosticado con paludismo, enfermedad que azota zonas como Guachara, o comunidades indígenas como Fruta de Burro, el paciente debe trasladarse a San Fernando de Apure, específicamente en Malariología, es decir a tres horas de distancia en carretera para recibir tratamiento médico desde la comunidad Fruta de Burro, esto debido a lo poco que pueden hacer nuestros médicos en una comunidad indígena sin los medicamentos necesarios en los dispensarios de nuestros pueblos y caseríos”.
Aseveró que el paludismo no es endémico del estado Apure, pero se han dado frecuentes brotes debido a la continua presencia de mineros del estado Bolívar en la región, o la afluencia de apureños en dicho estado, para practicar la minería y así retornan infectados por la picadura de mosquitos que trasmiten la enfermedad; “situación que se torna cada vez más frecuente en las comunidades indígenas, solo reciben mosquiteros pero no tratamiento efectivo para la fiebre amarilla”.
En otro sentido, señaló que sí se consiguen determinadas medicinas, es a precios exorbitantes que se torna impagable, considerando que el poder adquisitivo del apureño es poco, y en las comunidades indígenas, específicamente en Fruta de Burro, donde habita la etnia Pume, donde en su mayoría son pescadores y artesanos, no les alcanza el dinero para comprar los medicamentos.
“Fruta de Burro es un pueblo pacífico, pero azotado por el paludismo, debemos recordar que nuestros pueblos ancestrales son patrimonio cultural de la humanidad y merecen apoyo en estos momentos de crisis de salud pública, por ellos desde Unidad Visión Venezuela hacemos un llamado a las intuiciones competente del estado Apure para que tomen acciones sobre esta situación que afecta a los apureños”, concluyó Victangela Jiménez.
Nota de prensa
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