¿Cuál fue el verdadero rol de España en la salida del ex candidato opositor Edmundo González Urrutia de Venezuela? Es la pregunta difícil de dilucidar en medio del fuego cruzado de acusaciones y revelaciones de las últimas horas que confirmarían las presiones y negociaciones, negadas por España, entre el gobierno de Pedro Sánchez, el régimen de Nicolás Maduro y la oposición al chavismo.
Edmundo González Urrutia, el ex diplomático de 75 años que aceptó ser candidato en las últimas elecciones venezolanas de la coalición opositora liderada por María Corina Machado -imposibilitada para presentarse-, aterrizó en Madrid en la tarde del 8 de septiembre. Vivía oculto desde que la oposición lo declaró vencedor de los comicios que el presidente Nicolás Maduro se adjudicó haber ganado.
Mientras volaba rumbo a España, el gobierno de Pedro Sánchez anunció que le concedería asilo político.
Según el ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, fue un pedido del ex candidato opositor que no implicó negociación alguna con el régimen de Maduro.
Albares dijo, además, que él mismo le ofreció al venezolano la residencia del embajador español en Caracas, si la voluntad de González Urrutia era permanecer en su país.
Sin embargo, en las últimas horas, Edmundo González Urrutia confirmó que fue forzado a abandonar Venezuela.
“Estando en la residencia del embajador de España, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y la vicepresidenta de la república, Delcy Rodríguez, se presentaron con un documento que tendría que refrendar para permitir mi salida del país. En otras palabras, o firmaba o me atenía a las consecuencias”, afirma el opositor en un video.
“Hubo horas muy tensas de coacción, chantaje y presiones -asegura González Urrutia-. En esos momentos consideré que podía ser más útil libre que encerrado e imposibilitado de cumplir con las tareas que me encomendó el soberano”.
El presidente de la Asamblea Nacional venezolana lo desmiente: “Aquí (en el documento), este señor dice que acata la sentencia de la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia (que reconoce la victoria de Nicolás Maduro). Eso no es una coacción -dice Jorge Rodríguez-. Le pedí el favor de que pusiera la media firma en cada una de las páginas”.
Y agrega: “Si está firmado bajo coacción, ¿cómo es que una de sus hijas vive en Venezuela tranquilamente?”.
Edmundo González Urrutia es padre de dos hijas. Carolina, la menor, vive en España desde hace una década. Mariana, la mayor, quedó en Caracas con su familia. Está casada y tiene dos hijos menores.
Circulan versiones según las cuales el régimen de Maduro no habría permitido la salida de Venezuela de todos los familiares de González Urrutia.
“Un documento producido bajo coacción está viciado de nulidad absoluta, por un vicio grave en el consentimiento”, dice el opositor sobre el escrito que, según él, lo obligaron a firmar.
“Como presidente electo de millones y millones de venezolanos que votaron por un cambio, la democracia y la paz, no me van a callar. Jamás los voy a traicionar”, asegura en Madrid.
Sucedió en la residencia del embajador
Desde Caracas, el presidente del Parlamento venezolano mostró fotos tomadas durante ese encuentro en la residencia del embajador español en la que se ve al ex candidato firmando papeles. En la imagen lo acompañan los hermanos Rodríguez -Delcy y Jorge- y el embajador Ramón Santos.
La Cancillería española se desmarca del hecho. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores aseguran que no tuvieron nada que ver en la firma de ningún documento.
Y a pesar de que la residencia diplomática es suelo español en Venezuela, el gobierno de Sánchez argumenta que Edmundo González Urrutia tuvo libertad para reunirse en la residencia del embajador con quien quisiera y que siempre contó con autonomía para resolver sobre su situación. Subrayan, además, que el ministro Albares le habría pedido al embajador Santos que no interfiriera.
¿Quién pidió el asilo?
“El asilo político ha sido a solicitud personal de Edmundo González. Edmundo González ha solicitado personalmente venir a España”, fueron las palabras del ministro de Relaciones Exteriores español sobre la llegada del opositor al chavismo a Madrid.
“Días después de las elecciones del 28 de julio hablé con él y le dije que si lo que él quería era venir a España, pondríamos todos los medios materiales para que pudiera venir. Y que si su deseo era solicitar asilo como me estaba trasladando, nosotros se lo concederíamos -contó el canciller el 8 de septiembre-. También (le dije) que si, por algún motivo, él prefería permanecer en Caracas, podía hacerlo en la residencia de nuestro embajador, como hicimos con (el líder opositor venezolano) Leopoldo López durante un año y medio.”
«Lo obligaron a irse»
En un video que circula desde hace unas horas, se ve a González Urrutia, de madrugada y con sombrero, subir las escalinatas del Falcon de la Fuerza Aérea española que lo trajo a Madrid. Hasta la escalerilla lo acompañó el embajador español en Caracas.
Días antes, su abogado, José Vicente Haro, aseguraba que no pensaba salir de Venezuela. “En modo alguno hay solicitud de asilo por parte del señor Edmundo González Urrutia hacia alguna embajada acreditada en Venezuela. No se ha pedido el asilo ni una situación en calidad de huésped. Eso es un asunto que no se ha planteado la familia ni el señor Edmundo”, decía Haro.
En una entrevista que concedió desde la clandestinidad y que el diario El País publica este jueves, la líder opositora María Corina Machado afirma: “El régimen quería que se fuera. Lo obligaron. El no quería irse”.
Negociaciones
El canciller español insistía, durante aquellas primeras horas de exilio de González Urrutia, que “no ha habido ningún tipo de negociación política entre el gobierno de España y el gobierno de Venezuela”.
“El gobierno de España no da ninguna contrapartida para que se haya podido producir esa salida de Edmundo González”, aseguraba Albares.
La vicepresidente venezolana, Delcy Rodríguez -que estuvo en la residencia del embajador español en Caracas cuando González Urrutia firmó el reconocimiento de Maduro como ganador de las elecciones y su salida del país- lo desmentía: “La falsaria no es buena consejera”, ironizaba.
“Amplias conversaciones y contactos tuvieron lugar para operativizar la partida del opositor González Urrutia del país con las plenas garantías que ofrece un salvoconducto, producto del acuerdo entre ambos gobiernos”, decía Delcy Rodríguez.
“Sólo para que aterrice en Caracas un avión de la Fuerza Aérea española y para garantizar la seguridad del vehículo en el que se trasladaba Edmundo González con el embajador de España era necesario pedir una autorización del gobierno venezolano”, retrucaba el canciller Albares.
La mediación de Rodríguez Zapatero
El ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero viajó a Caracas para participar como observador internacional de las elecciones del 28 de julio.
Sus conexiones con el régimen de Maduro no son ningún secreto y su intermediación consiguió la liberación de numerosos presos políticos.
Esta vez, sin embargo, Rodríguez Zapatero no se pronunció sobre el resultado electoral en Venezuela. Tampoco lo hizo respecto de la persecución que padeció González Urrutia ni sobre su asilo en Madrid.
“Fue una operación que incluye además otros actores que se disfrazan de oposición -aludió al ex presidente español María Corina Machado en su charla por videoconferencia con El País-. Gente de buenos oficios que viene a ofrecer salvoconductos pero que en el fondo son operadores del propio régimen. Todo el mundo sabe de quién estoy hablando.”
Reconocimiento
El gobierno de Pedro Sánchez no reconoce como presidente electo a Edmundo González Urrutia quien, junto a su esposa, está por cumplir sus primeras dos semanas en Madrid.
España tampoco admite la reelección de Nicolás Maduro hasta que el régimen muestre las actas electorales, posición detrás de la que están alineados los 27 países que integran la Unión Europa.
Sin embargo, en el terreno doméstico, Sánchez soporta la presión del Congreso de los Diputados y del Senado que, fogoneados por una propuesta del Partido Popular, ya reconocieron la legitimidad de González Urrutia como el presidente que votaron los venezolanos.
Este reconocimiento enfureció al Parlamento venezolano que pidió a Maduro que rompa, cuanto antes, las relaciones diplomáticas y comerciales con España.
La legitimidad de Edmundo González Urrutia como presidente electo fue, además, reconocida por el Parlamento Europeo este jueves.
Esteban González Pons, vicesecretario general del Partido Popular, opinó sobre las imágenes que muestran al ex candidato opositor en la residencia del embajador español en Caracas: “La sensación primera es de asco y de vergüenza. Y después de indignación”, dijo González Pons.
“Más allá de ver cómo se chantajea a una persona en directo para descabezar a la oposición, lo que queda claro es la complicidad del gobierno de España”, subrayó.
“España implicada en la operación de convertir a Maduro en dictador por un tiempo indeterminado -insistió-. Nuestro gobierno es cómplice de lo que ha sucedido en Venezuela.”