El coordinador general del Grupo de Investigaciones sobre la Amazonía (Griam), Luis Betancourt Montenegro, explicó para El Diario que la minería en los territorios indígenas de ha generado una serie de impactos en esas comunidades.
La crítica situación que padecen los pueblos indígenas de la Reserva de biosfera Alto Orinoco-Casiquiare (Rbaoc), una de las zonas de mayor riqueza biológica del mundo, es uno de los hallazgos que expone la organización SOS Orinoco en su más reciente informe.
Rbaoc. Se creó con el fin de proteger el sector sureste del estado Amazonas.
El documento que se denomina Minería, guerrilla y enfermedades: el legado de la revolución a los indígenas de la Reserva de Biosfera Alto Orinoco Casiquiare, Amazonas Venezolano, indica que el Estado venezolano ha sido “indolente y negligente en su deber de garantizar la protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas y la conservación de la biodiversidad”.
Luis Betancourt Montenegro, coordinador general del Grupo de Investigaciones sobre la Amazonía (Griam), comentó en exclusiva para El Diario que el avance de la minería en todo el estado Amazonas ha generado una serie de impactos a las comunidades indígenas que afecta sus derechos humanos.
Betancourt precisó que uno de los efectos es la invasión de sus territorios por parte de grupos irregulares en actividades ilícitas extractivistas. Asimismo, indicó que el vertido de una serie de desechos químicos en los ríos más importantes de esa región ha afectado la salud de los pobladores indígenas y ha alterado la diversidad biológica que hay en toda esa extensión.
“El territorio es muy importante para los indígenas porque es justamente donde ellos desarrollan toda su vida, sus derechos, su ancestralidad y su futuro”, indicó Betancourt.
Detalló que el territorio para los indígenas lo es todo y si existen elementos que perturben ese importante patrimonio eso juega con toda su vida como pueblo indigena.
Alteración de la actividad económica tradicional
El investigador puntualiza que otro impacto es la alteración de los patrones culturales de las comunidades indígenas, es decir, las actividades económicas tradicionales que practican de manera ancestral como la caza, la pesca, la recolección y las actividades de cultivo. “Todas esas tareas han tenido un bajo nivel porque la actividad minera las ha desplazado”, agregó.
Aunque es compleja la situación, Betancourt señala que con la actividad minera en la región, el combustible escasea y se cotiza mucho más alto por lo que solamente quienes estén practicando la minería pueden costear la gasolina.
Debido a la escasez de combustible, otras actividades económicas indígenas como la artesanía y la venta de los productos típicos de esas comunidades ya no pueden trasladarse a la ciudad.
Estos indígenas que practicaban antes todas esas actividades se ven entonces forzados a practicar la minería para conseguir el sustento para sus familias”. Luis Betancourt Montenegro
Responsables
El informe de la ONG SOS Orinoco revela que los responsables de estas acciones son garimpeiros provenientes de Brasil, grupos de la guerrilla colombiana (supuestas disidencias de las FARC) y las propias comunidades indígenas, además de la acción cómplice de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Betancourt precisó que la presencia de esos grupos irregulares y la actividad extractivista minera en los territorios indígenas le genera severos impactos socioculturales a los pueblos indígenas de la región.
Vulnerado el derecho a la educación
El investigador de derechos indígenas, Luis Betancourt, señaló que otro de los factores derivados de la minería y la ausencia de combustible, es la limitación del derecho a la educación.
“Los jóvenes y los niños de las poblaciones indígenas tienen serias limitaciones para el traslado de las comunidades a las escuelas. Antes se hacían en bongo (embarcación fluvial), pero se ha paralizado en gran medida porque no hay combustible”, indicó.
Agregó que de igual forma los programas de alimentación escolar que vienen desde las ciudades hasta las comunidades indígenas también se ha paralizado por la falta de combustible para el traslado.
Precariedad sanitaria y covid-19
Betancourt indica que el aspecto sanitario es el más grave de todos porque como está limitado el combustible, el traslado de médicos, de medicamentos y demás insumos también se ven limitados.
Detalló que la pandemia por covid-19 en las comunidades indígenas ha sido una dinámica un poco distinta porque esas personas viven en zonas remotas o de difícil acceso, y eso le genera cierto nivel de aislamiento, lo que resulta positivo para mantenerlos separados del resto de la población que pudieran tener altos números de casos del virus.
Sin embargo, Betancourt señaló que su organización ha observado que en los municipios Manapiare, Alto Orinoco, Río Negro, Maroa, atabapo y Atures, ya hay casos de covid-19.
Es muy preocupante debido que en las comunidades indígenas es mucho mayor el grado de propagación de este virus por razones socioculturales. En los shabonos Yanomami del Alto Orinoco conviven en una misma vivienda entre 100 y 200 indígenas, por lo que un contagiado podría afectar a todos los habitantes”, precisó.
Betancourt indicó que se debe tener un nivel de prevención y atención muy especial en las comunidades indígenas en torno al covid-19, pero que eso no se ha observado por parte del Estado.
“No ha habido una diferenciación entre la prevención del covid-19 en las comunidades diferenciadas con las no indígenas”, aseveró.
Otras patologías
El informe de SOS Orinoco revela que los pueblos indígenas se encuentran en un alarmante estado de abandono sanitario/asistencial y sus derechos humanos fundamentales son vulnerados sistemáticamente.
El coordinador de Griam detalló que existen muchas patologías que históricamente han tenido los indígenas en el estado Amazonas y que cada año se van agravando.
“Las comunidades indígenas de esa entidad ocupan el segundo lugar del país de mayor casos de malaria”, indicó.
Puntualizó que igualmente en el Alto Orinoco los indígenas Yanomami padecen muchos casos de oncocercosis que es una enfermedad parasitaria, siendo esta una de las más graves patologías en esas comunidades.
Agregó que hay muchas enfermedades pulmonares en los indígenas Yanomami por razones culturales (cocinar en fogón, entre otras actividades). “Pero el tema no es su forma de vivir, sino que debe existir un sistema con dispositivos que atiendan todas esas enfermedades de forma permanente”.
La atención sanitaria en esas zonas llega muy esporádicamente, entre uno y tres meses. Hay muchos casos de tuberculosis, inclusive ha habido múltiples fallecimientos de indígenas Yanomami en el sureste del Alto Orinoco por esa enfermedad”. Luis Betancourt Montenegro
Betancourt indica que para combatir las enfermedades se requiere un plan de atención y abordaje que no se está haciendo por parte de las autoridades.
Asimismo, puntualizó que las mujeres indígenas del sur del país encabezan la lista de muertes maternas en Venezuela debido a que no hay la atención sanitaria que deben recibir.
Precisó que no existe un dispositivo médico cercano que le brinde atención a las mujeres que se encuentran en sus comunidades y van a dar a luz.
Organizaciones que prestan ayudas
El investigador indicó que existen organizaciones que prestan la ayuda como la OEPA (Programa para la Eliminación de la Oncocercosis en América), la cual presta apoyo a los organismos sanitarios de la zona, para erradicar esa enfermedad.
Sin embargo, señaló que aunque existen organizaciones que han prestado ayuda no ha sido suficiente.
Precisó que la actividad del Estado en torno a la atención que deberían tener las comunidades indígenas debe ser un sistema de atención sanitaria intercultural, lo que significa que debe ser un sistema distinto a los que reciben los no indígenas y que atienda a las realidades sociales y de cada pueblo desde el punto vista idiomático y cultural.
Cambios culturales
El coordinador de Griam comentó que se observa cada día una erosión cultural entre las poblaciones indígenas que cada día están dejando más sus actividades de sustento que realizaban históricamente por los elementos que han estado alterando esos patrones.
Agregó que la presencia de extraños en sus territorios, grupos armados, actividades mineras, ausencia de combustible y el militarismo ha generado un cóctel que ha hecho que las comunidades indígenas estén cambiando sus patrones culturales.
En términos técnicos se puede decir que se trata de un etnocidio, la aniquilación cultural de los pueblos indígenas a través de una serie de mecanismos que de manera sistemática va cambiando esos patrones”. Luis Betancourt Montenegro
Betancourt explicó que siempre han habido focos de violación de los derechos humanos, pero que se ha agravado de manera exponencial desde hace aproximadamente 10 años relacionado a la crisis sociopolitica que ha vivido el país.
Sostuvo que en una crisis sociopolítica como la que atraviesa Venezuela ese fenómeno afecta de mayor forma a la poblaciones vulnerables, y justamente esas son las comunidades indígenas, las cuales están siendo víctimas también de esa situación.
El informe de la organización SOS Venezuela concluyó que el régimen de Nicolás Maduro ha abandonado al Amazonas y a la gran región de la reserva de biosfera, la cual se encuentra en una situación agravada por la profundización de la crisis humanitaria compleja que afecta al país lo que promueve aún más la depredación de los ecosistemas del Amazonas y atenta contra la integridad de los pueblos indígenas.
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