El sector industrial carabobeño se mantiene operativo con 20% de su capacidad de producción instalada y 30% de sus plantillas de empleados originales.
Kevin Arteaga Gonzalez | El Carabobeño
Con la llegada del chavismo al poder, la destrucción sistemática del aparato productivo nacional se impuso en Venezuela como política de Estado. Las decadentes condiciones en las que se encuentra el cada vez más mermado parque industrial de Carabobo, que agrupaba a más del 40% de toda la industria venezolana, así lo evidencian.
En 1998, antes que Hugo Chávez asumiera por primera vez la presidencia de la República, existían en la entidad carabobeña al menos mil 687 establecimientos de la industria manufacturera, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Hoy, luego de más de dos décadas bajo el mismo sistema político y económico, esa cifra no supera los 200 establecimientos.
De las seis mil empresas que en 2001 integraban el Parque Industrial de Carabobo, solo 600 laboran en 2020 y a un 30% de su capacidad. Cinco mil 400 se paralizaron a lo largo de estos 20 años.
El presidente de la Cámara de Industriales del estado Carabobo (CIEC), Luis Alberto Hernández, informó en entrevista con El Carabobeño que actualmente a esa institución están afiliadas apenas 185 grandes industrias, entre las de manufactura y las de servicios. Aunque existe un reducido grupo que no está afiliado, si se compara el número actual de la CIEC con el reportado para 1998 por el INE, se estaría hablando se una reducción de aproximadamente 89% en el número de establecimientos manufactureros.
Expropiaciones, tomas ilegales, intervenciones arbitrarias, controles de precios y un férreo sistema cambiario de divisas fueron parte de las medidas ejecutadas inicialmente por Chávez y luego proseguidas por el gobernante Nicolás Maduro en contra de la industria privada. Esto sirvió como caldo de cultivo para el debilitamiento del otrora robusto sector industrial carabobeño, que llegó a generar 600 mil empleos directos.
A la inseguridad jurídica impulsada por el chavismo se le sumaron las crecientes fallas de los servicios básicos como electricidad, agua e internet; así como también la aguda escasez de gasolina, una hiperinflación sostenida por más de 36 meses, el quiebre de las industrias productoras de materia prima, el éxodo masivo de capital humano y, más recientemente, el decreto de cuarentena por la pandemia de COVID-19, que solo permite la operatividad de las empresas de alimentos y medicinas.
Desde antes de la entrada en vigencia del decreto de cuarentena por el nuevo coronavirus, en marzo de este año, las grandes industrias carabobeñas se encontraban operando solo con el 20% de su capacidad de producción instalada y, en promedio, con un 30% de su plantilla de empleados original. “Algunas ni siquiera han iniciado sus procesos de restructuración”, detalló Hernández.
Carabobo posee 60 parques industriales que abarcan más de ocho mil hectáreas, distribuidas en 10 de sus 14 municipios. Según datos del INE y la CIEC, en ellos se concentraba el 90% de la industria del caucho, 72% de las autopartistas, 64% de las ensambladoras, 60% del ramo químico, 55% de alimentos y 60% de la agroindustria.
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