Este sábado, la residencia de la Embajada de Argentina en Caracas amaneció sin electricidad y rodeada por hombres armados y encapuchados. El asedio se había iniciado la noche anterior, cuando comenzaron a llegar patrullas y motos del Sebin, la policía política del chavismo, y del Daet, la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas de la Policía Nacional. Justo ese día, el Gobierno argentino había emitido un comunicado solicitando a la Corte Penal Internacional una orden de arresto contra Maduro y otros líderes del régimen venezolano.
Dentro del recinto no hay diplomáticos argentinos, sino seis opositores venezolanos, perseguidos por el chavismo –son miembros del equipo de María Corina Machado– que este sábado cumplen 170 días allí asilados.
«Lo que estamos viviendo es un Estado sin control, sin ley, sin orden, ni siquiera en el marco del respeto internacional», escribió este sábado por la mañana en X Magalli Meda, una de las asiladas y jefa del comando de campaña de la líder opositora para las elecciones del pasado 28 de julio.
En la sede diplomática de Argentina no ondea desde hace semanas la bandera albiceleste, sino la brasileña. Después del pucherazo de Maduro, el régimen chavista decidió romper relaciones diplomáticas con aquellos países que no reconocieron su triunfo –Argentina entre ellos– y exigió a sus funcionarios que abandonaran Venezuela en 72 horas. Por esa razón, Brasil asumió el 1 de agosto la custodia de la embajada y la de los disidentes refugiados.
A las 11:15am del sábado 7 de septiembre continúa el asedio a la residencia argentina en Caracas, protegida por Brasil. Cada vez más presencia de funcionarios encapuchados. Han cerrado el paso vehicular en la calle. Seguimos sin electricidad. pic.twitter.com/7aTya3RZDK
— Pedro Urruchurtu Noselli (@Urruchurtu) September 7, 2024
Permiso «revocado»
Este sábado, sin embargo, el Gobierno venezolano revocó el permiso a Brasil para representar a Argentina. «Venezuela se ve obligada a tomar esta decisión motivada por las pruebas que se tienen sobre el uso de las instalaciones de esa misión diplomática para la planificación de actividades terroristas e intentos de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro Moros y contra la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, por parte de los prófugos de la justicia venezolana que permanecen dentro de ella», aseguraba un comunicado divulgado por el ministro de Exteriores (canciller) venezolano Yván Gil.
El Ministerio de Exteriores brasileño «recibió con sorpresa» la decisión del Gobierno venezolano. «De conformidad con la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y consulares, Brasil quedará bajo custodia y defensa de los intereses argentinos hasta que el Gobierno argentino indique otro Estado autorizado por Venezuela para ejercer las funciones antes mencionadas», respondió en otro comunicado, en el que el Gobierno brasileño subrayó «la inviolabilidad de las instalaciones de la misión diplomática argentina, que actualmente alberga a seis solicitantes de asilo venezolanos, además de bienes y archivos».
Por su parte, la cancillería de Argentina expresó a Brasil, a través de otros comunicado, su reconocimiento «por la representación de los intereses argentinos» en Venezuela y agradeció «su compromiso y responsabilidad en velar por la custodia de los inmuebles argentinos en dicho país». Y advirtió que «cualquier intento de intromisión o de secuestro de los asilados que permanecen en nuestra residencia oficial será condenado duramente por la comunidad internacional».
Junto a Magalli Meda, en la embajada habitan, desde el 20 de marzo, los estrechos colaboradores de Machado Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Fernando Martínez, Humberto Villalobos y Omar González. Todos ellos con orden de arresto. Ese día dos importantes líderes del partido Vente Venezuela fueron detenidos y recluidos en el Helicoide, un centro de detención conocido por las torturas que sufren allí los presos políticos.
Pero el hecho de permanecer encerrados en la residencia, en vez de en el Helicoide, no era suficiente alivio para los opositores venezolanos; todavía faltaban meses para los comicios y había mucho trabajo por hacer para la campaña electoral.
Desde entonces, los seis malviven allí en un constante estado de tensión e incertidumbre, sabiendo que en cualquier momento sus vidas podrían dar otro giro.
El 6 de abril, el presidente Javier Milei concedió asilo político a los opositores, pero Maduro no ha otorgado el salvoconducto que les permita abandonar el país con seguridad. Algunos días antes, el Gobierno argentino había tomado la decisión de enviar a un grupo de agentes policiales a Caracas para proteger la embajada, pero el plan fue abortado cuando se supo que su ingreso a territorio venezolano no estaría permitido.
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