Desde Quinta Crespo hasta Los Ruices, pasando por Bello Monte y Las Mercedes en Caracas, grupos pequeños de hombres en short y sin camisa introducen medio cuerpo en las aguas del río Guaire para intentar obtener oro o cualquier otro metal, siempre que sume ganancias.
Esta práctica no es nueva. En los últimos dos años se hizo permanente y dejó de causar la impresión que al principio. Fueron llamados los “guairimpeiros”, por su similitud con los buscadores de piedras preciosas en zonas distantes, ahora reflejados en la capital. A ellos poco parece importarles, así como puede tenerles sin cuidado las consecuencias sanitarias de su actividad.
“Están todos los días”, comentaba un señor que transita por el puente Los Gemelos, conocido también como Las Nalgas de Rómulo en Bello Monte. Era un jueves de semana radical, la vía no estaba tan colapsada y estos hombres hacían lo suyo sin detenimiento.
Solo dos se observaban en un primer plano. El nivel del agua no era tan bajo y no permitía percatarse de que otros dos, que se encontraban sumergidos hasta el cuello, acompañaban la tarea. Usaban mallas, palos para remover, una tabla donde se supone estirarían lo recolectado, y sus propias manos.
En Quinta Crespo, dónde inició el recorrido, usan otras herramientas. Tobos de pintura adaptados para el momento, de acuerdo a lo que se ha evidenciado en imágenes difundidas en redes sociales, que fueron confirmadas por carretilleros y vendedores informales en los alrededores del mercado municipal.
“Ahorita no están, porque llegan casi al mediodía o después”, comentó uno de los trabajadores, que luego se asomó al puente, tomando precauciones para no tocar los desechos en el lugar, y constatar que efectivamente no habían llegado.
Pidió volver al día siguiente, que “seguramente” estarán a su hora. “No dejan de venir, ya todos los identifican. Buscan principalmente oro, pero a veces también sacan bronce u otro metal que puedan vender”, agregó.
En el punto de Los Ruices, a la altura de la zona industrial, un joven sumergido hasta las pantorrillas y otro solo hasta los tobillos se agachaban en búsqueda del material. El agua, en este sector, no estaba tan alta y el acceso al contaminado río resultaba más sencillo.
Los dos hombres dejaron sus pertenencias: un morral tricolor y otro color negro junto a unas cholas de goma, a varios metros de ellos. Se permitieron hacerlo porque la zona estaba desolada.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.