¿Nicolás Maduro lo tenía todo bajo control el 30 de abril? Eso dice. ¿Entonces por qué llamó desesperadamente a su personal de seguridad? ¿Por qué quiso saber el paradero de Vladimir Padrino López y Maikel Moreno? ¿Por qué no pudo impedir la liberación de Leopoldo López? ¿Por qué tenía un avión preparado para refugiarse en Cuba?
Daniel Gómez – Juan Carlos Zapata / ALnavío
Nicolás Maduro le dijo a The Washington Post que el 30 de abril de 2019 lo tenía todo controlado.
Ese día se produjo un alzamiento cívico-militar en contra del régimen. Una megaconspiración liderada por el general Cristopher Figuera, hasta entonces jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), y en la que también participaron el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno.
Una megaconspiración que como ahora dice Nicolás Maduro, conocía 10 días antes de que ocurriera. ¿Por qué la conocía? Porque, según Maduro, Padrino López y Maikel Moreno se la desvelaron. Le contaron “todos los detalles” y también le sugirieron detenerla. Pero Maduro prefirió esperar.
“Yo dejé que corriera lo que él estaba haciendo [Cristopher Figuera] para ver hasta dónde podía llegar la conspiración”, dijo Maduro a The Post. “24 horas antes yo iba a abortar el plan, pero ellos lo adelantaron”.
Efectivamente, la megaconspiración estaba prevista para el 1 de mayo. Según Cristopher Figuera, se adelantó para evitar una masacre. El general manejaba informes de que ese día un grupo de colectivos preparaba actos violentos contra seguidores de Juan Guaidó.
Entonces Figuera adelantó la conspiración. Esta comenzó a la una de la madrugada del 30 de abril con la liberación de Leopoldo López, quien se reunió con Guaidó, y ambos luego aparecieron en una autopista de Caracas.
A esa hora, como pudo saber el diario ALnavío por varias fuentes, Maduro comenzó a hacer llamadas. Llamadas a Padrino López, quien ese día estaba en contacto con los conspiradores y les afirmó que aún estaba “evaluando la situación”. Llamadas a Maikel Moreno. Este tenía todos los teléfonos apagados y no quería hablar con nadie. O prefería esperar.
Maduro también hizo llamadas a su personal de seguridad. Uno de estos le atendió. Y notó a Maduro “nervioso, asustado”, con un comportamiento que distaba de ser el de alguien que lo tenía todo bajo control. Esta fuente ahora se pregunta, si lo tenía todo controlado: ¿Por qué permitió la liberación de Leopoldo López? ¿Por qué no tomó precauciones? La situación no la tenía controlada y ello explica que todavía el general Cristopher Figuera cuenta con tiempo para moverse por el país y luego escapar por la frontera con Colombia.
Otra fuente dijo que cuando el presidente del Tribunal Supremo por fin atendió la llamada de Maduro, se hizo el que nada sabía, y reafirmaba esta aparente normalidad, señalándole a un Maduro agitado, que estaba dormido. “Me ha despertado, Presidente”.
Prosiguió la megaconspiración. A las cinco y media de la mañana Juan Guaidó hace pública la liberación de Leopoldo López y llama a la gente a la calle. Nadie del régimen responde. Pero la calle tampoco le responde a Guaidó.
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