Venezuela perdió casi dos terceras partes de su PIB entre 2013 y 2019, mantuvo su caída en 2020 y muestra unas proyecciones nada halagüeñas para el año que empieza, pero hay esperanza de que haya terminado su descenso e incluso se dé cierta recuperación.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la economía venezolana cayó un 30 % en 2020, casi el doble de lo que preveía antes de la pandemia, y proyecta que este año el descenso del PIB será del 7 %.
Eso convertiría al país en el único de Latinoamérica que no logre recuperarse -al menos, parcialmente- del varapalo económico que supuso para todo el mundo la covid-19.
El descenso del 30 % ubica la nación muy lejos del promedio suramericano, donde la Cepal considera que mermó en un 7,3 % de promedio, y más lejos todavía en 2021, cuando la entidad pronostica una recuperación del 3,7 % en la región.
Esos presagios se suman a los siete años transcurridos entre 2013 y 2019, en los que el PIB venezolano se contrajo un 62,2 %, según la Cepal, un descalabro que parece no tener fin.
– Tocar fondo –
Sin embargo, pese a esos malos presagios, hay voces optimistas, como el analista Henkel García, quien explica a Efe que Venezuela llegó a «una especie de roca dura» que marca el final de la caída.
«Creo que estamos cerca de esa roca dura. El panorama político se pudiese complicar algo más y ahí tienes (posibilidad) para poder seguir escarbando, pero sí, uno pudiese decir que (Venezuela vive) un aterrizaje, un ‘soft landing’, que es lo máximo que puede lograr el chavismo sin un cambio profundo en lo político», añade.
García, director de la asesora Econométrica, no comparte los malos augurios de la Cepal, aunque se muestra cauto por la volatilidad implícita derivada de la pandemia.
«En parte de nuestros escenarios, está considerado que se pudiese crecer levemente (…) suponiendo que en la segunda mitad de 2021 pudiésemos tener algo cercano a lo que pudiésemos llamar normalidad. Al no estar la pandemia a lo largo de todo el año, las condiciones pueden ser distintas en el caso venezolano y pudiese haber algún rebote leve», subraya.
En cualquier caso, García considera que ese rebote no puede ser «muy robusto, porque Venezuela tuvo una destrucción de su tejido empresarial tremendo en esta paralización» por la cuarentena, al no haber «ningún tipo de ayuda por parte del Estado».
Para el analista, hay «un panorama muy incierto» y cree que el desempeño de la economía «va a depender de varias circunstancias», algunas derivadas de la covid-19 y otras, de la situación interna, pero «Venezuela puede terminar 2021 creciendo».
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