El gobernador de Nueva Esparta calla frente a la Operación Alacrán. Varios de los candidatos de Bernabé Gutiérrez en la entidad son funcionarios de la Gobernación. El mandatario regional nada dice al respecto. En privado sigue telefoneando a Henry Ramos Allup, al tiempo que evita la foto con Gutiérrez.
Alfredo Díaz busca estar bien con Dios y con el diablo en Acción Democrática. La dirección de la tolda blanca en Nueva Esparta, encabezada por Tobías Bolívar, ha decidido cuadrarse con Henry Ramos Allup, legítimo secretario general del histórico partido que arribó a 79 años de fundación en medio de la traición y el asalto de Bernabé Gutiérrez, quien todavía no logra sumar estructuras a su favor pese a las presiones y el chantaje.
Casi todos los cuadros de AD siguen respondiendo a los lineamientos del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), que ha llamado a no convalidar el fraude previsto para diciembre. Pero Alfredo Díaz insiste en navegar con una posición ambigua tanto pública como privadamente.
Mientras la dirigencia regional blanca llama a no votar, Díaz permite (y ampara) que funcionarios de su Gobernación se postulen como candidatos a las legislativas. Fayruz Harayli, secretaria privada de Díaz, no solamente es candidata al sainete electoral sino que además, se retrata con Bernabé Gutiérrez en los recorridos que este lleva a cabo en el interior del país para intentar lo imposible: que la gente vote en un proceso cuyos resultados serán tan espurios como los de la Asamblea Nacional Constituyente.
«Chirgua, municipio Bejuma, nos recordó que hay adecos en cada rincón del país», escribe Fayruz en su cuenta Twitter, acompañando el post con imágenes suyas al lado de quien prefirió venderse a la dictadura.
Y al tiempo que los funcionarios de Díaz se exhiben impúdicamente como candidatos para las «elecciones», el gobernador de Nueva Esparta se hace de la vista gorda cuando Gutiérrez le pide el viraje absoluto con una fotografía como prueba de la penosa alianza.
Gutiérrez le pide la foto a Díaz con el fin de demostrar a sus jefes del régimen que ha logrado desmontar alguna estructura adeca, pero el gobernador no lo complace.
Díaz prefiere, en cambio, seguir telefoneando a Henry Ramos Allup para jurar una lealtad que ningún militante de Acción Democrática le cree. Ni siquiera el más despistado de ellos.
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