María Corina Machado volvió a desmentir sin ambages las elucubraciones de Nicolás Maduro sobre su supuesta huida del país petrolero. «Los venezolanos saben que estoy aquí en Venezuela. La gente lo sabe y Maduro también lo sabe. Lo que pasa es que están desesperados por saber dónde estoy y yo no les voy a dar ese gusto«, respondió la líder opositora al segundo capítulo del mandamás bolivariano sobre un exilio al que incluso le puso destino: España.
El presidente pueblo aprovechó su programa televisivo de todos los lunes, Con Maduro+, para asegurar que Machado había seguido el mismo camino de Edmundo González Urrutia, ganador por goleada de las elecciones presidenciales, actualmente exiliado en Madrid tras negociar su salida, bajo presión, en la residencia del embajador español en Caracas. El miércoles por la noche no dudó en volver a mentir, una práctica que repite sin rubor todos los días.
Como si estuviera en trance, Nicolás Maduro gritó varias ocasiones «huyó» y «se fue», antes de volver a insultar a la líder opositora, que durante meses encabezó la caravana de la libertad que desembocó en una victoria histórica en las urnas: 67% para Edmundo, 30% para Maduro, según las actas electorales del 28J.
Horas más tarde, el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, que suele grabar los vídeos más personales de su jefe político, ratificó la información y también situó a Machado en España.
«Primero mandó adelante a alguien, una persona muy cercana que toma fotografías. Me esperas allá, que yo voy hasta final», simuló el guerrero de la paz con un supuesto deje sifrino (pijo). Más tarde insistió en que ese destino final era una tasca española llamada Hasta el final, una de las habituales gracietas del mandatario, que repitió ante los beneficiarios de un plan comunal.
La realidad es que el país no ha cambiado de opinión: quiere con todas sus fuerzas a Maduro lejos del Palacio presidencial de Miraflores. La última encuesta de Gallup así lo ha corroborado. María Corina se mantiene al frente del sondeo que determina cuáles con las figuras políticas con mayor aprobación. Y lo hace con casi el mismo porcentaje obtenido en las urnas: 66%. A un sólo punto, con el 65% de los apoyos, se encuentra el propio González Urrutia, pese a encontrarse fuera del país.
Maduro (28%) ni siquiera encabeza el bando bolivariano, ya que obtiene un punto porcentual menos que el gobernador Rafael Lacava (29%). El principal responsable del estado de Carabobo, que se hace pasar por una especie de conde de Draculandia, es el dirigente más populista y más popular dentro del chavismo gracias a sus conciertos multitudinarios y a una gestión que vende como eficaz. Hace años, cuando ya recababa grandes apoyos, Lacava se presentaba ante las cancillerías europeas y americanas como una especie de Gorbachov bolivariano, capaz de dirigir el país, abrirse a los mercados y poco a poco introducir algo de democracia.
Muy por debajo, con sólo 19% de aprobación, aparece Diosdado Cabello, flamante ministro de Interior, Justicia y Paz, que ha acumulado poder gracias a los nombramientos de los nuevos responsables de la policía política y de la contrainteligencia militar.
«Maduro está en un universo paralelo rodeado de guardaespaldas porque sabe que el pueblo lo derrotó», contraatacó la líder opositora mientras que abanderado electoral, González Urrutia, aseguró en una entrevista para la CNN que no tiene previsto juramentarse en el extranjero y que volverá a Venezuela de cara al 10 de enero, fecha prevista por la Constitución para el inicio del nuevo mandato.