Sin prurito alguno Diosdado Cabello ha felicitado a los colectivos que hostigaron a los diputados opositores, maestros y periodistas el miércoles pasado en las inmediaciones del Palacio Federal Legislativo en Caracas. De paso dejó claro que la Asamblea Nacional de mayoría opositora allí no sesionará porque “no tienen mucho que hacer aquí”. Eso pese a lo que diga el Parlamento Europeo. Allí y en los alrededores manda él. De modo que sin haber ganado una elección ni siquiera en el PSUV, Cabello le impone su política a Nicolás Maduro, a la FAN y a Venezuela entera.
Pedro Benítez / ALnavío
Con motivo del día del maestro, el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, convocó el pasado miércoles una sesión especial que no pudo efectuarse, por estar el Palacio Federal Legislativo (sede tradicional del Poder Legislativo venezolano) tomado militarmente y además rodeado en sus adyacencias por grupos de civiles armados afectos al oficialismo (los colectivos paramilitares), los cuales hostigaron violentamente, y a plena luz del día, a una comisión de diputados que se acercó al lugar, así como a los maestros y profesores que se presentaron.
Dentro del recinto se supone que sesionaba la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que preside Diosdado Cabello, quien no tardó (ni dudó) en felicitar a los colectivos por su actuación ese día: “Me siento orgulloso de ustedes”. “Defensores de estos espacios de la revolución bolivariana”.
A diferencia de lo ocurrido los días 5 y 7 de enero, cuando eran exclusivamente funcionarios de la Guardia Nacional (GNB) quienes custodiaban la sede parlamentaria, y decidían qué diputados podían o no entrar, en esta ocasión eran estos grupos de choque los que pistola en mano esperaban a los diputados opositores en la calle.
Con esta estratagema (que no es nueva, desde hace 20 años se aplica de cuando en cuando) el régimen chavista le ahorró a los militares otra desagradable confrontación pública y los aleja del foco de la atención. El trabajo sucio lo volvieron a efectuar los colectivos.
Cabello concita más odio entre los opositores e infunde más temor en las filas del chavismo que el propio Maduro. Esto es algo que evidentemente lo llena de un especial orgullo.
Y si en aquellos días previos fue el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, quien salió a dar la cara por la GNB, felicitando por su cuenta de Twitter a sus oficiales y personal de tropa, en esta ocasión la felicitación vino de Diosdado Cabello.
Obviamente con esto no mejora la imagen internacional del régimen de Nicolás Maduro en el resto del mundo. La operación de imponer por las malas a un nuevo presidente de la Asamblea Nacional, por encima de la mayoría de los diputados que claramente sigue respaldando a Juan Guaidó, le salió mal a Maduro por donde se le mire. Sólo ha sido recocida por Rusia (el directamente interesado) y hasta este momento por gobiernos afines como Nicaragua, Cuba o China; además de alejar a posibles aliados como México y Argentina. De paso volvió a mover al Parlamento Europeo en su contra y le regaló una bombona de oxígeno a Guaidó.
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