A la hora de hacer esta entrevista usted me pidió un tiempo complementario porque estaba atendiendo una emergencia en la embajada argentina, protegida en este momento por Brasil. ¿Qué pasa allá?
En Venezuela este régimen está absolutamente desatado y desquiciado en materia de represión. Este asedio sin precedentes a la embajada de Argentina, lo mismo que a la casa de mi madre, es una demostración de que esta gente no tiene límites. Y, además, están cometiendo errores, porque esto es una agresión directa a dos países, Argentina y Brasil. Pero, realmente, Maduro está agrediendo a todos los países democráticos que han suscrito convenciones internacionales, como la Convención de Viena y de Caracas, sobre asilo diplomático. El asedio a la embajada incluye vehículos colocados a lo largo de la calle, en la que además hay otras sedes diplomáticas cercanas como la de Rusia, Corea del Norte, etcétera; trancan la calle, requisan todos los vehículos que pasan por delante, se colocaron unos individuos con armas de fuego y pasamontañas, drones volando sobre las residencias y después comenzaron a cortar los servicios de luz y agua; prácticamente no permiten el ingreso de alimentos; ni hablar de visitas, prohibidas desde hace ya varios meses.
¿Cuántos asilados hay en la embajada de Argentina, y quiénes son?
Bueno, seis; ahí están Magalli Meda, jefe de mi campaña; Pedro Urruchurtu, nuestro coordinador de relaciones internacionales; Humberto Villalobos, coordinador del equipo electoral; Claudia Macero, nuestra coordinadora de comunicaciones; Omar González Moreno, nuestro secretario político y jefe del comando en el estado Anzoátegui; y Fernando Martínez Mottola, enlace con los partidos de la plataforma unitaria.
¿O sea que Edmundo González tuvo toda la razón en haberse ido?
En el momento en que Edmundo estaba siendo presionado por el régimen venezolano en la embajada de España, simultáneamente comenzó el ataque contra la embajada de Argentina. Ambas cosas estaban absolutamente vinculadas, porque querían transmitirle a Edmundo González que él no estaba seguro en sede diplomática alguna y que, por lo tanto, podía ser objeto de una agresión.
¿Cuántas personas del entorno directo de su campaña están presas?
Como unas 140 personas, más o menos. Todos aquellos que tuvimos responsabilidades relevantes en esa campaña estamos o exiliados o asilados o escondidos o presos…
¿Usted está escondida?
Sí, estoy resguardada desde el 30 de julio.
Tiene que ser una vida muy difícil…
Pues Maduro me ha acusado a mí de terrorismo, de traición a la patria…También ha dicho que me merezco cadena perpetua y Diosdado Cabello advierte que todos los órganos de seguridad están abocados a encontrarme.
¿Podríamos decir que usted ha tenido oportunidad de irse de Venezuela, pero que no se irá?
El problema no es irse, el problema es cómo regresas si te vas. El régimen, durante muchos años y en múltiples oportunidades, ha intentado que yo me vaya, desde hace muchísimos años.
A otras personas antirrégimen que aspiraron a la presidencia en un momento dado, pues a punta de tenerlos presos y de maltratarlos a ellos y a sus familias, los obligaron a irse al exilio…
Cada momento en esta lucha tiene su dinámica y su realidad. Creo que estamos en una etapa inédita: este régimen ha llegado a un nivel de brutalidad y de crueldad que creo que nadie imaginaba… O sea, llevarse presos a 198 niños… El informe de Amnistía Internacional es desgarrador. Se trata de menores y de jóvenes que fueron detenidos cuando algunos estaban caminando simplemente por la calle y pasaron cerca de una protesta. Se los llevaron, se los arrebataron a sus mamás, a sus papás…
¿No estaban haciendo actos de violencia?
Nada. Pero así hubieran estado protestando, eso no es un delito. Esos niños han sido acusados de terrorismo, les han aplicado choques eléctricos, los han quemado, los han obligado a grabar videos alabando a Maduro o diciendo que yo les di plata, pero son unos muchachitos que no han cometido ningún delito… Muchos de ellos incluso han dado señales de depresión y han dicho que se quieren suicidar. El caso de Mariana González, por ejemplo, es desgarrador. Se trata de una niñita de 16 años que logra escribirle a su mamá que no quiere seguir viviendo, que se quiere matar. Estos tipos son unos criminales dispuestos a todo. Pero, y es el punto más importante, esto no es una señal de fortaleza, sino de desesperación. A Maduro lo único que le queda es la violencia pura y dura. Y así este país no es estabilizable desde ningún punto de vista: ni financiera, ni económica, ni institucionalmente y, muchísimo menos, política y socialmente. O sea, Maduro sabe que si hoy tuviéramos elecciones, en las mismas condiciones de las del 28 de julio, los resultados arrojarían un 90-10 en su contra. No ha hecho sino perder, perder, perder; caer, caer, y caer cada vez más. Además, son autodestructivos, porque la violencia, lo único que hoy en día los soporta, también los condena nacional e internacionalmente. Porque al final los cuerpos de seguridad, los policías, los jueces, los fiscales, los militares, no querrán hundirse con Maduro en un precipicio, acusados por la justicia internacional. Ellos saben que tarde o temprano esta actúa, saben que hay una investigación en la Corte Penal Internacional y saben que Maduro está perdido; él podrá, a la fuerza, quizás, extender o prolongar esta situación un poco más, pero tiene un solo destino: este régimen saldrá y punto.
A Maduro lo único que le queda es la violencia pura y dura. Y así este país no es estabilizable desde ningún punto de vista: ni financiera, ni económica, ni institucionalmente y, muchísimo menos, política y socialmente
¿Espera que eso ocurra antes del 10 de enero, fecha de posesión del nuevo presidente, ese mismo día o después del 10 de enero?
Puede ser antes, puede ser el 10 de enero, puede ser después. Nosotros estamos haciendo todo lo necesario para hacer valer la Constitución, porque, además, aquí las cosas están muy claras: nadie duda acerca de la derrota astronómica que tuvo Maduro. Nadie. Y nadie duda de que el presidente electo es Edmundo González. O sea, nadie duda de que este es un sistema insostenible, que estimula el caos y se alimenta de él. Todo el mundo sabe que si Maduro prolonga está agonía, nosotros vamos a estar viendo a 2, 3, 4, 5 millones de venezolanos cruzando la frontera con Colombia y con Brasil, en un año.
¿Cuántos venezolanos, a hoy, calcula que han salido de Venezuela ante la opresión del régimen?
Se calcula que más de 8’000.000 de venezolanos han salido. Y de las elecciones para acá, se habla de 150.000 o 200.000. Y se estima que para finales del 2024 unos 700.000 venezolanos habrán cruzado el Darién.
¿Qué espera María Corina Machado del presidente de Colombia, Gustavo Petro?
Que cumpla su palabra. Él ha dicho claramente que no va a validar un proceso fraudulento, sin resultados. Y yo también espero que escuche al pueblo de Colombia y al de Venezuela.
Ha pedido las actas de la votación, que no le han dado…
Y que no le van a dar. Las actas, nosotros las llevamos al Congreso de Colombia, al de Brasil, al de Chile y al de República Dominicana; hasta las llevamos a la Organización de Estados Americanos y a las Naciones Unidas. Quiero insistir en algo: en el procedimiento electoral venezolano, cuando este se cierra, se imprime el acta que va en el sobre uno, que va al CNE, al que se lo llevan los militares del Plan República. Después de que se imprime esa acta, se trasmite el resultado vía electrónica al CNE y se imprime la que le corresponde al testigo. Si yo tengo el acta que le correspondía a nuestro testigo, el CNE tiene la suya, que se imprimió primero. ¿Me explico? Entonces, todo lo que están diciendo, de que no se transmitieron los resultados, de que hubo un hackeo y que no tienen las actas, son mentiras. Ellos tienen las actas desde ese día y saben que conocemos la verdad y son las mismas actas nuestras. Tenemos videos y testimonios de muchísimos centros donde la gente, en vivo, con los militares al lado, leían los resultados. Eso está todo organizado y documentado.
Luego la única alternativa era esconder las actas…
Claro. Y eso fue lo que hicieron. Esconderlas y pretender que Edmundo iba a reconocer a Maduro con una firma en una servilleta, algo de un impresentable que francamente… Eso no podía ni va a ocurrir. ¿Yo qué espero? Que los presidentes de América Latina tengan conciencia histórica de lo que está en juego. No solamente la estabilidad de la democracia en Venezuela, sino la de Colombia también. No hay paz posible en Colombia mientras en Venezuela haya un sistema criminal que está promoviendo la desestabilización del hemisferio.
No hay paz posible en Colombia mientras en Venezuela haya un sistema criminal que está promoviendo la desestabilización del hemisferio
Totalmente de acuerdo. Ojalá el presidente Petro lo tenga tan claro…
Por supuesto que el presidente Petro lo sabe. Entonces, en el mejor interés del Presidente colombiano estaría la conveniencia de que en Venezuela haya una transición ordenada. Estamos absolutamente a favor de un gobierno democrático y del esfuerzo de que bilateralmente se restablezca el orden en la frontera; queremos facilitar y ayudar genuinamente a cualquier tipo de negociación final con los grupos guerrilleros, cosa que Maduro no puede hacer y no va a hacer, porque es aliado de las actividades irregulares que cometen estos grupos.
Le oí en una entrevista en estos días, que usted no entiende por qué hay tanta confrontación en Venezuela, si allá no tienen problemas de grupos armados históricamente enfrentados, ni violencia derivada de diferencias religiosas, que enemisten de esta manera a los venezolanos. ¿Entonces, cómo es que están en esta situación?
Está tocando un punto fundamental. Quisiera que entendamos, que América Latina entienda, que lo que nosotros hicimos en estos últimos dos años va mucho más allá de derrotar al régimen, en un proceso electoral cuyas condiciones estaban plenamente controladas por ellos, derrota que de por sí es monumental, ¿no? Pero insisto en que esto fue mucho más allá. Este régimen se dedicó en los últimos 25 años, Chávez primero y después Maduro, a buscar cómo enfrentaba y dividía a la sociedad venezolana. Entre ricos y pobres, entre blancos y negros, entre izquierda y derecha, entre lo urbano y lo rural, entre los que estamos dentro del país y los que están afuera… La obsesión era fragmentar y dividir a la sociedad y a la familia, y por eso la migración es parte de una política sistemática de esta gente. ¿Qué hicimos nosotros? Logramos y eso, además de histórico, es irreversible, derribar esas barreras, y por eso digo que fue un movimiento de redención para la liberación, para apelar a los valores más profundos que nos unen como sociedad, como el anhelo de vivir con dignidad. La gente está harta de la humillación que es el chavismo, que te hace bajar la cabeza hasta por una bolsa de comida, que te hace arrastrarte para poder tener gas en tu casa o para que tus hijos puedan ir a la escuela. Humillan a los empleados públicos, los obligan a vestirse con un color o a repetir consignas en las que no creen, en fin, a bajar la cabeza. Entonces, nuestras políticas lograron convocar a la gente alrededor de esa dignidad, de la justicia, del sentir que todos somos iguales ante la ley, que no hay privilegios, de la honestidad… O sea, la corrupción es tan burda en este régimen, tan absolutamente obscena, que la gente lo que anhela es honestidad. Desde la señora más humilde en el caserío más lejano de Venezuela hasta el empresario, todos quieren lo mismo y me decían lo mismo: María Corina, tráeme a mis hijos de vuelta a casa…
Hablando de hijos, me conmovió mucho escucharle decir una cosa: ‘Quien más sufre con esta situación es la familia. Ojalá algún día me perdonen mis hijos, pero yo estoy en lo que tengo que estar’. ¿Qué le tienen que perdonar sus hijos, María Corina?
Ay, María Isabel, mucho. Créame, tengo grabada en mi alma la imagen de mi hija Ana Corina, chiquitica, creo que tenía como 13, o 12 años, cuando, por primera vez, yo tuve que ir a la fiscalía y mi abogado me dijo que había una alta probabilidad de que me dejaran detenida; yo la senté la noche antes de irme y le dije: ‘mira, mi amor, tú vas a tener que ocupar mi lugar porque hay dos hermanos más chiquitos y, si yo no regreso mañana, tú tienes que prometerme que vas a hacer todo para que ellos estén bien’. Recuerdo que a Ana le corrían dos lágrimas y me decía ‘sí, mamá, sí mamá’. Esa imagen, María Isabel, nunca, jamás, me la perdonaré… El dolor que tú le causas a un hijo… Y yo decía por dentro, ¿qué estoy haciendo, cómo les puedo estar haciendo esto a los seres humanos que más quiero en el mundo? Pero por otra parte, yo me decía: ‘lo estoy haciendo por ella, lo estoy haciendo por ellos, lo estoy haciendo por los millones de niños venezolanos, que son mis hijos también’.
En medio de toda esta situación, ¿cuánto hace que no los ve?
Estuvimos juntos en Navidad del año pasado.
El año pasado… Ay, Dios mío. Qué duro. Bueno, ¿usted espera que el 10 de enero, o antes, y como lo ha anunciado, Edmundo González esté de regreso en Caracas?
He sido muy clara en que aquí tenemos dos opciones: o Maduro entiende que de aquí al 10 de enero tiene la posibilidad de avanzar hacia una transición ordenada, negociada, que nos conviene a todos, incluyendo al propio Maduro, y, por lo tanto, se juramenta Edmundo, con lo cual ganamos todos; o Maduro, a la fuerza, sangre y fuego, violencia, decide prolongar su estancia en el poder, con lo cual pierde Maduro. Si pasa el 10 de enero y Maduro pretende formalizar, consolidar el golpe de Estado que ya dieron el 28 de julio, va a iniciarse una fase mucho más compleja para la tiranía, para Maduro y, por lo tanto, desde el punto de vista de la negociación, va a ser mucho más difícil para él. Si hubiese algo de racionalidad hoy, en su análisis o en el de su entorno, él entendería que lo que más le conviene es aceptar los términos de una negociación antes del 10 de enero.
Vi que, además, el Comité de Derechos Humanos de la ONU inició caso contra Venezuela en el contexto de las elecciones del 28 de julio, por cinco causas muy graves: fraude electoral masivo, falta de transparencia, retención del voto en el exterior, obstrucción a control ciudadano y supresión del acceso a la justicia. Son cinco cargos que manchan mucho a una supuesta democracia…
Sí, eso fue hace pocos días. Mire, las condiciones electorales que se plantearon en esta elección no las habría aceptado ninguna, ninguna democracia de occidente; ningún país de América Latina aceptaría ir a unas elecciones como las que nos tocaron. En las que, como bien decíamos, al 25 % de la población que está fuera no le permitieron votar; a los muchachos que cumplieron 18 años en los últimos meses y hasta años no les permitieron registrarse, porque Maduro sabe que todos los jóvenes están en contra. Elecciones en las que nos persiguieron: yo no tuve una sola entrevista en radio o televisión nacional durante toda la campaña. No puede haber una condición más extrema e injusta. Bueno, yo gané las primarias y no me dejaron inscribirme, o sea, qué más quieren. Ellos permiten que Edmundo se inscriba, porque faltaban dos meses para la elección y porque pensaron que era imposible que en tan poco tiempo el país se enterara acerca de quién era él y lo apoyara. Y lo logramos. Evidentemente, a pesar del fraude monumental, arrasamos, y el mundo lo sabe. Entonces, esas son acciones que han ido aislando a Maduro completamente. De ahí los dictámenes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que ha hablado de terrorismo de estado y de crímenes de lesa humanidad. No es sino escuchar las declaraciones del fiscal Khan, de la Corte Penal Internacional.
Es decir, Maduro está absolutamente aislado, no solamente porque es un dictador que pretende quedarse en el poder, a través de un fraude, sino porque tiene grabado en la frente la calificación de criminal, de torturador, de asesino. Esto lo hace absolutamente insostenible. A aquellos que piensan que le pueden lavar la cara y normalizar esta tiranía, no: esto no es estabilizable, no hay manera, el mundo no va a pasar la página y nosotros, los venezolanos, tampoco.
Maduro está absolutamente aislado, no solamente porque es un dictador que pretende quedarse en el poder, a través de un fraude, sino porque tiene grabado en la frente la calificación de criminal, de torturador, de asesino
¿Y si Maduro se queda después del 10 de enero?
Pues eso será peor para él, no para nosotros.
A propósito, ¿cómo ve la posición de jugadores claves del continente? ¿Por ejemplo, qué espera María Corina de Donald Trump?
Lo que espero de Trump y la nueva administración es que hagan valer los principios democráticos que definen a los Estados Unidos y que están alineados con los intereses de su seguridad nacional. Es decir, si algo está ocurriendo hoy con el conflicto en Venezuela es que todos los intereses están alineados. O sea, si usted quiere resolver el problema de migración tiene que lograr que Venezuela tenga futuro para que la gente no se vaya y más bien regrese. ¿Quiere resolver el problema del crimen organizado de las bandas que ya están extendidas desde Canadá hasta Argentina? Tiene que ir hasta el foco del problema, que es que Maduro ha convertido el territorio de Venezuela en el santuario de este estos grupos criminales.
Estados Unidos es pragmático…
Precisamente. Como quiere resolver el problema de la inmigración, solo lo logrará si hay una transición en Venezuela.
De la inmigración y del petróleo…
Si EE. UU. quiere resolver el problema de petróleo, porque, además, no hay otro país como Venezuela que pueda convertirse en el hub energético de las Américas, eso no va a ocurrir mientras exista un régimen criminal en el poder, que tiene a Venezuela en el último lugar del mundo en materia de Estado de derecho. Hace un mes salió el índice de Rules of Law del World Justice Project y, entre 142 países en el mundo, Venezuela está de último. ¿Qué empresa seria, que cuida su reputación, va a invertir en un país donde no hay Estado de derecho, donde no se respeta la propiedad privada y donde está colapsando el sistema petrolero por falta de mantenimiento y por la propia corrupción del mismo? Venezuela hoy en día produce menos de 900.000 barriles de petróleo al día, cuando podríamos estar produciendo 3 o 4 millones. Eso solo va a ocurrir cuando exista un gobierno serio, que abra los mercados y se construya toda una reforma fiscal para hacer a Venezuela competitiva; donde tengamos un Estado de derecho y donde se respete la propiedad privada. Ahí sí Venezuela va a ser el gran aliado energético, no solo de Estados Unidos, también de Colombia, porque ustedes necesitan el gas venezolano…
Usted es muy cuidadosa a la hora de opinar sobre Petro y yo lo entiendo. ¿Pero en contraste, no se ha sorprendido con la posición firme de Brasil y de Chile?
Estoy muy agradecida con la posición del gobierno de Gabriel Boric, que ha hablado de una manera muy clara, muy firme. Tenemos una coalición amplísima en América Latina, porque está desde Gabriel Boric hasta Javier Milei, lo que demuestra que esto no es un tema de izquierda y derecha. Es un tema de libertad y de la vigencia de la república democrática en Venezuela.
Y Brasil también ha tenido gestos sorprendentes…
Brasil también y ha dicho claramente que no va a reconocer al régimen si no hay resultados precisos. Cosa que también ha dicho el canciller colombiano, hay que reconocerlo.
Últimas preguntas. ¿De qué está hecha María Corina Machado?
¡Ay! Yo adoro mi país, adoro a mi familia, adoro la libertad. Eso es lo que comparto con Venezuela hoy: un profundo amor por nuestra tierra y la determinación de hacerla libre.
Pero es que mucha gente comparte ese amor por Venezuela y por la libertad, pero no es capaz de dar una pelea como la que usted está dando, incluso a costa de su familia que está lejos, a costa de su seguridad, a costa de la de sus asesores más cercanos. ¿Cómo hace María Corina Machado, una mujer que, para mí, indudablemente es el personaje del año, para resistir este episodio de su vida?
Permanentemente regreso a mis convicciones. ¿Por qué el primer día di el primer paso? Y encuentro que ellas están absolutamente vigentes. Tengo una profunda confianza en la sociedad venezolana y hoy en día, además, una gran admiración, un gran orgullo por lo que hemos hecho. No cualquier sociedad aguanta y se levanta después de lo que hemos enfrentado. Es una sociedad resiliente, valiente y generosa y hago parte de ella. Allí está mi fuerza, convencida de que el destino de esta lucha va a ser nuestra libertad. Tengo muy claro que estamos enfrentando quizás las horas más oscuras. Y cada día, a cada instante, hay que reforzar la decisión de seguir.
¿Le han dado ganas de colgar la toalla, de decir ya no más, que otro tome la antorcha porque yo ya me voy a hacer mi vida?
Nunca, jamás.
¿A veces llora?
Por dentro.
O sea, tenemos María Corina para rato…
(Risas). Dios quiera que podamos cumplir muy pronto el anhelo de los venezolanos de reconstruir este país. No quiero postergar ver a una Venezuela próspera y a mi gente feliz; ese es mi anhelo y esa visión, que la tengo aquí enfrente, es la que me emociona y me hace levantarme todos los días.
Ay, pues, María Corina, hay tanta gente en el mundo, y me incluyo muy especialmente en esa lista, que la admira, que la apoya, que considera que ha sido muy valiente, muy templada y que debe ser un ejemplo para todas las mujeres del mundo. Son los valores del año, encarnados en usted, la mujer del año…
¡Ay! María Isabel, no sabes lo que le agradezco, sobre todo porque usted sabe el cariño y el respeto que le tengo. Pero aquí son millones de venezolanos, héroes anónimos, o sea, las madres de los muchachos presos; nuestros testigos que han sido perseguidos; nuestros periodistas que han sido silenciados; los trabajadores que están sometidos a unas situaciones inhumanas y siguen adelante. Y los miles y miles de compañeros perseguidos; los venezolanos que se han ido y que anhelan volver. Ahí están los millones de héroes anónimos de esta lucha, con los que vamos a construir juntos una gran nación, una gran Venezuela. Gracias, amiga mía.