Las noticias de hoy trajeron dos historias sobre Venezuela que no pueden dejar de estar relacionadas, y apuesto a que también habrá una tercera historia aún no anunciada por venir.
La primera historia es, como lo expresó The New York Times, que
La administración Biden comenzará a deportar a los venezolanos que cruzaron al país ilegalmente, dijeron funcionarios el jueves… Anteriormente, la administración Biden había dicho que no podía deportar a los venezolanos debido a la ausencia de relaciones diplomáticas con Caracas. El comunicado del jueves decía que las autoridades venezolanas habían decidido aceptar el regreso de sus nacionales.
Obviamente este acuerdo es producto de largas negociaciones entre la administración Biden y el régimen de Maduro.
La segunda historia trata sobre una acción del régimen de Maduro el mismo día:
Las autoridades venezolanas dijeron el jueves que buscaban el arresto de Juan Guaidó, el ex líder de la oposición que se encuentra exiliado en los Estados Unidos… El Ministerio Público de Venezuela dijo en un comunicado el jueves que se habían designado fiscales para emitir la orden de arresto contra el Sr. Guaidó y que el gobierno pediría a Interpol que emitiera una “notificación roja” a los gobiernos de todo el mundo pidiendo que sea detenido.
El régimen de Maduro podría haber arrestado a Guaidó cuando estaba en Venezuela, o podría haber buscado su arresto el día que llegó a un lugar seguro en Estados Unidos. ¿Porqué ahora? Supongo que su nueva relación con la administración Biden los ha convencido de que ahora puede tomar medidas que antes se consideraban extremas.
Me desempeñé como Representante Especial para Venezuela de enero de 2019 a 2021, cuando el Sr. Guaidó era presidente interino de Venezuela. Durante ese período, la suma total de fondos que le dimos al Sr. Guaidó fue cero. La acusación del régimen de que “el Sr. Guaidó había utilizado los recursos de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela para su propio beneficio” es un disparate. Es completamente falso. Al Gobierno Interino se le permitió gastar fondos de las cuentas del gobierno venezolano en Estados Unidos, pero sólo bajo la atenta mirada de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro. Ninguno de los fondos fue para Guaidó; todo lo gastado se trasladaba desde esas cuentas a través del Banco de la Reserva Federal de Nueva York hasta el destinatario final.
Pero hay más en estas historias. ¿Por qué el régimen accedió ahora a aceptar de regreso a los inmigrantes venezolanos? ¿Cuáles fueron los incentivos? Después de todo, a primera vista la acción no aporta ningún beneficio al régimen. Lo que la administración Biden aún no ha anunciado pero que seguirá, estoy tristemente seguro, es una mayor relajación de las sanciones estadounidenses. Si estoy en lo cierto, básicamente se está pagando al régimen para que acepte de regreso a los inmigrantes. Es una política fea, que sería innecesaria si tuviéramos el control de nuestra propia frontera. Nosotros no, por lo que los venezolanos desesperados lo arriesgan todo para venir aquí y ahora serán enviados de regreso a casa. Y el cruel régimen de Maduro recibirá dinero para que los tome.
Espero estar equivocado, y lo sabremos pronto en lo que queda de 2023. Pero apuesto a que veremos –anunciada o no– un mayor debilitamiento de las sanciones petroleras de Estados Unidos para que el régimen pueda ganar más dinero. Estados Unidos no pagará per cápita al dictador venezolano por cada venezolano devuelto, pero lo que creo que hará pronto la administración Biden no está muy lejos de eso.
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