Han transcurrido dos años desde que se confirmó el primer caso de covid-19 en Venezuela, según la vocería del régimen de Nicolás Maduro. En estos 24 meses la gestión de la pandemia ha sido fundamentalmente ideológica y política, por lo que no se enfocó en mejoras palpables, de acuerdo con los profesionales de la salud.
Unos días antes de que ese primer caso se anunciara, los gremios médicos y de enfermería denunciaron que los hospitales del país estaban en una crisis sin precedentes: sin equipos médicos, medicinas, insumos, material de limpieza, agua ni personal suficiente. Tras combatir varias olas de contagios, la situación en el sistema de salud no ha cambiado mucho.
La desinformación y la opacidad en los datos es otro aspecto que marcó el control del covid-19. El manejo de la información se politizó profundamente hasta el punto de invisibilizar la vocería del Ministerio de Salud en los reportes diarios. Frecuentemente los casos y muertes por covid-19 los informan Delcy Rodríguez, vicepresidenta del régimen, y Freddy Ñáñez, ministro de Comunicación.
Carlos Alvarado fue ministro de Salud hasta el 9 de febrero de 2022, cuando Maduro designó a Magaly Gutiérrez, quien ocupa la presidencia del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). Ambos entes administran los recursos de hospitales y ambulatorios públicos, pero ninguno de los voceros de esta cartera ha tomado las riendas en anuncios clave.
Cómo han sido estos dos años de pandemia para los médicos venezolanos
Huniades Urbina, secretario de la Academia Nacional de Medicina, considera que el sistema de salud venezolano no estaba preparado para enfrentar una pandemia. Señaló que la labor de los médicos ha sido titánica pero con muy poco apoyo del Estado.
El médico señaló que la primera ola de contagios se vivió con solo 100 camas de terapia intensiva operativas en el país, lo que dificultó la posibilidad de atender casos graves en los primeros meses.
Los pocos vuelos internacionales que había disponibles y que se suspendieron con la declaración de la pandemia, así como la poca movilidad interna en el territorio hizo que la propagación de covid-19 fuera más lenta en los primeros meses. Sin embargo, los hospitales venezolanos se vieron colapsados en varias ocasiones.
Tras cumplirse el primer año de la pandemia en el país, los casos volvieron a aumentar en una segunda ola de contagios más severa. Esta y la tercera ola fueron las más letales para el personal de salud.
“Seguimos siendo el país del mundo con mayor cantidad de personal de salud fallecido, incluyendo a los médicos, por covid-19. Los fallecidos en este sector representan entre 11 a 12 % de los muertos, cuando en otros países llegan hasta 2 %”, explicó Urbina.
La exposición al virus fue especialmente peligrosa para quienes estaban en hospitales públicos, debido a que la dotación de equipos de bioseguridad fue errática en este periodo. Además, la escasez de insumos de limpieza y la falta de suministro de agua contribuyó a los problemas para mantener limpias las áreas donde transitaban los pacientes con covid-19.
En el primer año la cepa original del covid-19 fue muy agresiva, no la conocíamos ni estábamos preparados con equipos de protección individual”, dijo Urbina en entrevista para El Diario.
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