Nicolás Maduro ha acabado con todo: Ni siquiera en Barinas, la tierra de Hugo Chávez, su mentor intergaláctico, los ciudadanos cuentan con el servicio de agua potable.
Desde que se dañó la bomba sumergible con la que funcionaba el acueducto de Santa Inés, a los hogares no llegó más agua por tubería en este pueblo llanero de Barinas.
De esta historia ya se cuentan cinco años y no ha habido autoridad que eleve una promesa que reviva la esperanza de los habitantes, de volver a bañarse en la regadera, usar el lavamanos o llenar el tanque de la poceta.
El agua con que cuentan las familias es tomada de perforaciones particulares, pero no todos tienen bombas que les permita distribuirla por la red de tuberías de las casas, y no les queda otra forma que cargarla en tobos para cubrir todas sus necesidades diarias.
Con el fallecimiento del expresidente Hugo Rafael Chávez Frías, se acabó la ilusión de transformar a Santa Inés en una especie de «tacita de oro», y solo quedaron algunas obras y proyectos sepultados en el olvido.
Pese a que este pueblo inspiró los versos, coplas y leyendas que expresaba el exmandatario barinés con las que disfrutaban sus descendientes en el poder, la situación actual no refleja la importancia de responder por la palabra que empeñó con esos sus paisanos.
Con información de El Universal
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