La ciudad cambia. Las autopistas se llenan de vallas que anuncian conciertos, palmeras y estructuras metálicas que simulan un indio. Algunas zonas como Las Mercedes, se han convertido en una pequeña pero radiante burbuja, en la que no paran de brotar edificios lujosos que siguen la corriente high tech.
Por Crónica Uno
Edificios que resaltan por el uso de materiales como el aluminio, la luz y el vidrio. Así son las nuevas construcciones en esa parte de la ciudad en la que también abundan los restaurantes y panaderías estilo boutique.
A pesar del brillo de las fachadas estos edificios lucen vacíos, apenas terminados o algunos con avisos de “se vende”. Todavía no dan señales de una Caracas boyante que corre a rentar las nuevas oficinas, sobre todo, en un país que vivió una contracción económica por siete años y que apenas da los primeros signos de crecimiento.
Este año firmas privadas proyectan que la economía venezolana crecerá un 10 %. El régimen de Nicolás Maduro también afirma que el Producto Interno Bruto (PIB) será de dos dígitos. Pero en la calle la gente todavía no percibe la recuperación y mucho menos el high tech que se respira a un costado del río Guaire, en Las Mercedes.
Entre la gente el surgimiento de algunos de estos edificios o restaurantes se conecta a grupos de poder que otorgan negocios ventajosos, en especial, en aquellos que de la noche a la mañana se convierten en grandes cadenas y logran levantarse con fuerza en una economía que apenas levanta cabeza.
A medida que se construyen más y más edificaciones también es palpable la ausencia de verde en Caracas. Algo que ha generado rechazo y preocupación en la sociedad civil.
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