Los fondos de la empresa petrolera bolivariana sirvieron para financiar los movimientos chavistas, incluido la sucursal que Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Luis Alegre, Carolina Bescansa y otros montaron en España. Rodríguez siempre estuvo bajo las órdenes del entonces hombre fuerte del chavismo Rafael Ramírez, quien presidió durante más de una década PDVSA.
Pero en ese reparto de petrodólares una buena parte del dinero se quedó por el camino en cuentas en paraísos fiscales, como denunció públicamente el propio Ramírez. Quien durante años había sido un símbolo del régimen, tras enfrentarse a Maduro, acusó a su sucesor en PDVSA Manuel Quevedo y a los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez de “estar desfalcando al país con el tema del petróleo”. Así mismo, señaló a Majed Khalil de ser el testaferro del hermano de la vicepresidenta Delcy.
Entre otras importantes cantidades, tres dirigentes podemitas figuran en la contabilidad chavista por el cobro en 2013 de 142.000 dólares, con cargo a la compañía estatal de Petróleos de Venezuela, por elaborar “el diseño político comunicacional del material” para el stand de la petrolera venezolana en el XXI Congreso Mundial de Petróleo, celebrado en junio de 2014 en Moscú. La orden de pago está firmada por el propio Maduro.
El internacionalismo marxista convirtió a Delcy Rodríguez en la mayor defensora y financiadora de los movimientos chavistas americanos, principalmente los representados por los presidentes Correa, en Ecuador, y Evo Morales, en Bolivia.
Podemos ‘connection’
La tesorera de los petrodólares chavistas también mantuvo una estrecha relación con Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero y otros dirigentes de Podemos mucho antes de que se constituyera el partido en 2013. Una realidad incuestionable es que los dirigentes podemitas comenzaron a recibir dinero de Venezuela desde 2008 para establecer una conexión del movimiento bolivariano en España. El dinero les llegó de manera directa o a través del Centro de Estudios Sociales y Políticos (CEPS). Incluso, Iglesias y Monedero negociaron la compra de Canal 33 de Madrid que iba a ser financiado por Caracas.
En todos esos años de fluida comunicación entre Podemos y Chávez, primero, y Maduro, tras la muerte del fundador del Chavismo en abril de 2013, Delcy ocupaba cargos de confianza con ambos presidentes. En esos años, fue testigo de cómo los jóvenes profesores universitarios se pasearon con toda libertad entre la cúspide del poder bolivariano. Uno de ellos, Juan Carlos Monedero, incluso, estuvo contratado como asesor personal de Chávez en el Palacio de Miraflores.
Otro de los asesores de Maduro, el podemita Alfredo Serrano Mancilla, fundó el CELAG en Ecuador, que venía a sustituir al tan productivo CEPS que tantos millones -más de siete millones de euros- proporcionó a los promotores de Podemos. ¿Y quién figuraba en el Consejo Consultorio del nuevo organismo chavista?: la inefable Delcy Rodríguez. Junto a ella: Rafael Correa, presidente de Ecuador, y Simón Zerpa, de PDVSA, entre otros. Y, según informó la prensa ecuatoriana, también destacaba la presencia de Juan Carlos Monedero.
Durante esa etapa, Delcy coincidió entre 2001 y 2006 con el entonces viceministro de Energía Nervis Villalobos al que el Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid investiga por blanqueo de capitales procedente del saqueo de PDVSA.
Rodríguez antes de llegar a la Vicepresidencia de Venezuela pasó por otros despachos de influencia del régimen, tanto con Chávez como con Maduro. Con el primero fue ministra del Despacho de la Presidencia y coordinadora general de la Vicepresidencia, cargo que ocupaba su hermano Jorge Rodríguez.
Ya con Maduro, tras la muerte del fundador del chavismo, fue nombrada ministra del Poder Popular para la Comunicación e Información. En junio de 2015 Maduro nombró a Delcy Rodríguez directora interna de la Junta Directiva de PDVSA, etapa que coincidió con uno de los mayores saqueosde la petrolera.
Finalmente, Delcy Rodríguez fue ministra de Asuntos Exteriores de la República, en sustitución de Rafael Ramírez. Y, entre agosto de 2017 y junio de 2018, fue presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente.