Carlos Osorio, Presidente (E) de la Corporación Venezolana de Minería, S.A. (CVM), comenzó sus fechorías criminales en el Ministerio de Alimentación, haciendo negocios millonarios con sus socios, a través del mayor Morfe, quien siendo su operador financiero, desfalcó los fondos destinados a la alimentación del pueblo venezolano mientras sus políticas arruinaban todo el sistema productivo nacional.
Como si fuera poco, Maduro le confía nada más y nada menos la responsabilidad de manejar la Corporacion Venezolana de Minería, lugar en dónde ha destruido sistemáticamente la pequeña minería favoreciendo sus intereses, enriqueciéndose mucho más de lo que era, pero esta vez, asociándose con los jefes de las bandas que operan en el estado Bolívar explotando y asesinando al pueblo minero con la anuencia y aprobación del a Gobierno de Maduro.
Osorio se ha convertido en el mayor proveedor logístico de estos grupos, suministrándole no sólo combustible para sus operaciones sino también explosivos y armas.
Hace pocos días, se dio a conocer que en el estado Guárico efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) practicaron la detención de una gandola que transportaba maquinaria pesada proveniente del estado Aragua y con destino al estado Bolívar con documentación y permisología emitida y ordenada por el vicepresidente de la Corporación Venezolana de Minería, en donde se hallaron un lote más de 65 fusiles, 30 pistolas y decenas de miles de municiones sustraídas de los parques de armas de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana sin que ello haya generado ninguna investigación.
Muchas son las interrogantes que se tienen respecto a lo que motiva la protección que se le da a ese funcionario por parte de los organismos de seguridad que actúan de forma complaciente y sumisa frente a los evidentes y descarados movimientos de oro de sangre de este señor y su organización criminal.
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