A consecuencia del covid-19, falleció uno de los dos sepultureros más antiguos del Cementerio Municipal de San Cristóbal, luego de que su familia hiciera hasta lo imposible para lograr que superara la enfermedad.
Por Miriam Bustos / lanacionweb.com
Luis Eduardo Manjarrés tenía 76 años (otro compañero lo supera en edad), de los cuales dedicó más de 50 a este oficio, en el camposanto municipal. Vivía cerca, en la calle 12 con carrera 1 de La Ermita.
No era empleado directo de la alcaldía de San Cristóbal, figuraba como unos de los cinco contratistas independientes autorizados por el ayuntamiento capitalino para ejercer esta labor, pero al igual que los tres sepultureros que sí lo son, contaba con el traje y todos los implementos de bioseguridad que les minimizaban el riesgo de contagio.
Acotó que el personal dependiente de la alcaldía ya fue vacunado; los contratistas, lamentablemente, no.
Para René Pérez, administrador del cementerio, Manjarrés pudo haberse contagiado hace unas tres semanas, durante su última guardia en el camposanto, a comienzos de junio, cuando sepultaron 3 o 4 personas que fallecieron a causa de la enfermedad. La cronología así parece confirmarlo.
Dijo que como a los dos o tres días de esta última guardia, Manjarrés comenzó a sentir los síntomas. Estuvo aislado en la casa –según avisó un sobrino que también trabaja en el cementerio-, y luego, cinco días antes de su fallecimiento, fue ingresado al Hospital Central de San Cristóbal, donde ocurrió su deceso este martes, a finales de la tarde.
Junio podría superar a enero
Al consultarle a Pérez sobre la cifra de entierros que, producto del covid-19, han efectuado hasta la fecha, manifestó que este mes podría superar a enero, cuando en 31 días sepultaron a 30 personas; mientras que, hasta el mediodía de este jueves, 24 de junio, contabilizaban 23 inhumaciones, sin incluir los casos llevados a crematorios.
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