No tienen cifras de pacientes fallecidos, pero saben que los más de 100 que quedan corren ese riesgo. Están hinchados, no duermen bien y este miércoles decidieron trancar la avenida Soublette cansados de recibir la diálisis a medias por la falta de agua en el hospital José María Vargas de La Guaira.
Desde hace más de dos semanas la calidad de la diálisis que reciben se ha venido a menos. José María Leal es paciente renal desde hace seis años en la Unidad de Hemodiálisis y señaló que desde hace dos semanas están padeciendo por la falta de agua en el principal centro de salud del estado.
“Las máquinas se paran porque no hay suficiente flujo de agua y al no trabajan al 100% no quedamos bien dializados. Es decir, que por cada sesión estamos recibiendo 35 o 40% de diálisis, y eso genera un retraso y entonces todos los valores son alterados: se necesitan cuatro horas de diálisis y si acaso recibimos 3”.
Pero eso no lo es todo. Indicó que tampoco reciben los medicamentos como hierro, vitaminas como benutrex, eritropoyetina, calcio. “Todo por la situación país, según nos dicen. Pero vas a la calle y ves a los camiones comercializando el agua por 400 mil o 500 mil bolívares”.
Leal denunció que de las 30 máquinas que hay en la unidad solo 13 están operativas desde hace bastante tiempo. “La mayoría de los pacientes van a entrar en una etapa de descompensación porque no hay calidad de diálisis, y eso nos lleva a una desmejora”.
Contó que solo hay un nefrólogo, que ve únicamente tres turnos: martes, jueves y viernes en la tarde. “Nosotros en la mañana no tenemos médicos. Su respuesta es que no hay especialistas en el país que quiera atender este cupo”.
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Al ser consultado qué pasa si se presenta una emergencia en estos grupos sin médico respondió: “Simplemente, la muerte de ese paciente. Pero eso no le duele a ninguno de ellos. Además, por la falta de agua corremos el riesgo de que la máquina de ósmosis se dañe”.
“Los pacientes debemos hacernos una serología cada tres meses, pero hay algunos que no tienen recursos para costear esos exámenes por fuera, pues en el hospital no hay reactivos. Por esta razón es alto el riesgo de contaminación por hepatitis. Esto es grave. Dicen que el problema son las trasfusiones de sangre, pero eso es falso. En las máquinas rotan pacientes positivos y negativos”.
Dimas Marcano, quien se dializa desde hace 9 años, se mostró preocupado por el contagio de hepatitis no solo por ellos sino por sus familiares.
Expresó que “desde hace año y medio la unidad está trabajando al 30%. Son múltiples las fallas por negligencia política”, mientras que aseguró que las autoridades se pelotean la responsabilidad “poniendo en riesgo la vida de nosotros”.
Recordó que hace dos años vivieron un momento crítico como el de ahora. “Cuando hay racionamiento de luz en el estado entra en funcionamiento la planta del hospital, pero prende y apaga, y no hay energía suficiente. Nos dializan, pero sin calidad”.
Con información de Caraota Digital
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