Lo que antes era una de las actividades con mayor producción y demanda, en la actualidad es una de las más difíciles de mantener. Caficultores de los municipios Morán y Andrés Eloy Blanco aseguran que la falta de créditos, alto costo de los insecticidas y el poco acceso al combustible los hace sentirse acorralados provocando la merma del rubro.
Lorena Rojas | La Prensa de Lara
Y es que una finca en Morán que producía hace unos años entre 1500 y 1700 quintales de café, en la actualidad produce 800, esto se debe a que los caficultores ante los altos costos de mantener la tierra, se ven obligados a disminuir la cantidad de plantas.
«El problema más grave que hemos tenido es la escasez de combustible, porque las secadoras para secar y procesar el café son a gasoil, el año pasado tuvimos que comprar el combustible en 150 dólares, después nos vimos afectados por los cortes eléctricos y el poco voltaje de electricidad impide que enciendan los motores lo que obliga a sacar café de mala calidad», dijo el caficultor Reinaldo Carrasco del municipio Morán.
El costo de los herbicidas también han golpeado el bolsillo de los caficultores, un litro de Glisofan que estaba en $ 7.5 subió a $ 12, lo que hace que el finquero disminuya su producción.
Los productores aseguran que otra de las problemáticas que enfrentan es la mala vialidad, la cual impide que puedan transportar los granos y distribuirlos a los tostadores, por lo que han tenido que ellos mismos mandar a hacer las reparaciones y pagar con café.
«También hemos estado graves por la falta de créditos, desde hace muchos años fueron suspendidos, a veces se pide prestado y al pagar no hay ganancias», aseguró Antonio García, caficultor de Andrés Eloy Blanco.
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