Transportistas de hortalizas y frutas pierden sus cosechas a la espera de un salvoconducto indispensable para poner gasolina en Mérida. Los conductores denuncian que solo pueden surtir máximo 50 litros, cantidad insuficiente para regresar desde la capital del estado hasta sus poblados agrícolas.
Con información de El Pitazo
Saturnino García permanece desde la noche del 24 de agosto, junto a otros transportistas de cosechas, a las afueras del Estadio Metropolitano de Mérida, lugar donde la Mesa Técnica del Combustible, ente creado por el régimen, revisa la carga de cada uno de ellos y decide cuántos litros de gasolina les autoriza a poner a través del salvoconducto que les otorga.
«Nosotros estamos aquí desde anoche, pero otros compañeros pasaron hasta ocho días. Temprano pasó una mujer a decirnos que mañana nos daban los salvoconductos, pero de aquí a mañana a que yo vaya de a echar gasolina y salga de la bomba, eso que yo llevo, que son tomates, cilantro, pimentones, se pierde» expresó.
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La pérdida en dinero García no la sabe calcular con precisión, pero una sola de las 40 cestas de tomate que lleva en su camioneta cuesta 4.000.000 de bolívares; solo en tomates, este agricultor ya da por perdidos 160.000.000 de bolívares, más de 500 dólares actualmente.
Si Saturnino García opta por vender su carga mientras espera por el salvoconducto, no se lo dan. Está condenado, como otras decenas de transportistas, a perder lo que lleva. Ni siquiera podría regalar los alimentos porque se quedaría sin la carga necesaria para obtener la autorización de poner gasolina.
Con información de El Pitazo
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