El presidente encargado, Juan Guaidó, sostuvo que la presencia de dirigentes políticos extranjeros comprometidos con la dictadura es una prueba del fraude electoral que está por ejecutarse este 6 de diciembre.
“Es tan burda la maniobra que tendremos mañana que entre los veedores están Rafael Correa y un enviado iraní”, reveló este sábado a Infobae.
Además de Correa, también el expresidente Evo Morales se encuentra en Caracas para avalar estos comicios cuestionados por la comunidad internacional.
“Ya Maduro y el régimen tienen muy claro que nadie va reconocer ni le va dar legitimidad a ese proceso”, declaró el líder opositor.
De hecho, la Unión Europea envió una delegación a Caracas en septiembre pasado para intentar acordar con el régimen condiciones mínimas para el proceso. Ante la negativa del dictador, el bloque determinó que no había condiciones democráticas para unas elecciones en Venezuela y por lo tanto decidió que no enviaría una Misión de Observación Electoral.
Tampoco lo harán la ONU ni la OEA. “Los que vienen son figuras creadas por el régimen para invitar a sus aliados internacionales, que no van a verificar la transparencia del proceso, sino que van a hacer presencia política simbólica”, acusan desde el gobierno interino de Venezuela. “Al iraní lo recibieron con bombos y platillos”, ironizó Guaidó.
Estas elecciones carecen de cualquier tipo de garantía. Las autoridades electorales fueron designadas de forma discrecional por el Tribunal Supremo de Justicia controlado por Maduro, contrario a lo que establece la Constitución en su artículo 296, que señala que deben ser designados por la Asamblea Nacional. Quienes fueron impuestos como rectores del Consejo Nacional Electoral no cumplen con los criterios de independencia ya que están vinculados al chavismo. El más claro ejemplo es Indira Alfonzo, impuesta como presidenta del CNE, quien ejercía como vicepresidenta del mismo Tribunal que la designó, y quien se dedicó a perseguir a opositores cuando fue magistrada.
Además, el CNE de la dictadura alteró la conformación del Parlamento. Violando la Constitución y las leyes, aumentó la cantidad de diputados a ser electos en un 60%, pasando de 167 diputados a 277, asignando más cargos a elegir en localidades pequeñas pero que históricamente han favorecido al chavismo, para así asegurarse más diputados.
Y los principales líderes políticos opositores no pudieron postularse como candidatos porque están inhabilitados y son perseguidos hace años. Tal es el caso del propio Guaidó, Henrique Capriles Radonski, Leopoldo López o Julio Borges. El régimen, además de inhabilitar a los líder opositores, intervino sus partidos y desplazó a sus militantes. De hecho, ningún candidato es realmente opositor, todos son chavistas ampliamente conocidos o forman parte del chavismo pero se venden como opositores.
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