La solicitud que el presidente interino de Venezuela Juan Guaidó, planteó ante la 75° Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, de evaluar la activación del Principio de Responsabilidad de Proteger al país, es para el estadístico Félix Seijas, una vía diplomática que requiere de mucho tiempo para que se apruebe, y que si no se evalúan con determinación, puede «convertirse en un elemento desactivador de la presión social».
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
¿Por qué dice que la solicitud que ha hecho Juan Guaidó ante la ONU para que se active el Principio de Responsabilidad de Proteger tendrá un efecto nulo en el país?
Porque es algo mediático, está llenando un requisito, para que se dé, el secretario general de la ONU, tendría que pedirlo, agotar las vías diplomáticas, es algo que toma tiempo. Pasar por el Consejo de Seguridad de la ONU que es una instancia difícil porque ahí están China y Rusia que tienen poder de veto. Las posibilidades de que eso se materialice son mínimas.
Por primera vez Guaidó ha hecho un llamado formal para que exista una intervención internacional en Venezuela, ¿Se define con esto una estrategia clara de la oposición para lograr el cambio de gobierno, o por el contrario esto confunde más a la gente?
Eso tiene varios efectos con los que hay que tener cuidado: el primero es que se estaría elevando una expectativa que no va a ocurrir y que generará más decepción. El segundo es que hacer énfasis en la necesidad de la ayuda externa puede terminar convirtiéndose en un elemento desactivador de la presión social. En la medida en la que alguien se convence que no puede solo, que necesita ayuda de afuera, pues en esa medida el componente de minusvalía crece.
¿Y cómo ha tomado la comunidad internacional está solicitud?
Inmediatamente de las declaraciones de Guaidó ante la ONU también salieron declaraciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos, aclarando que esta nación aboga por una salida pacífica en Venezuela, para que existan condiciones electorales.
¿Ha cambiado el informe de la Misión de la ONU la manera en cómo debe hacer política la oposición?
No. La oposición está en un ambiente en el que es complicadísimo hacer política, pero eso no se puede abandonar. El informe de la ONU es un golpe duro para el gobierno. Este documento abre oportunidades para que la oposición genere presión dentro de algunos factores del bloque de poder.
Hace unas semanas Delphos señalaba que la disposición de ir a votar es del 30% en Venezuela. ¿Quién será el gran vencedor en las parlamentarias?
En este momento es difícil tener una participación incluso del 30%. En la medida que la gente siente que no hay elecciones de manera justa debido a que el principal referente opositor es Juan Guaidó, se inhibe una parte del voto opositor. Esta elección es para que gane el gobierno con una oposición a su medida que va a participar.
¿Cómo evalúa la población las tres propuestas opositoras: La de Guaidó de no participar en las elecciones, la de Capriles de buscar condiciones electorales y las de María Corina Machado que pide la intervención militar?
La oposición mayoritaria venezolana se inclina por soluciones pacíficas que no involucren violencia y persigan salidas electorales. Capriles, su propuesta coincide en muchas cosas con el gobierno interino, ha dicho que su lucha es por condiciones electorales. Juan Guaidó dice que ya por estas condiciones se ha luchado por lo tanto la vía electoral no es posible, pero sigue sin dar señales claras a la población y esa sensación genera incertidumbre. Y María Corina propone es una estrategia que busca más consolidar su imagen personal.
¿Qué valoración ha tenido el proceso plebiscitario que propuso Juan Guaidó?
En la sociedad lo que predomina es una sensación de incertidumbre, sienten que no saben dónde están parados y hacia donde se dirigen. La consulta es una idea muy atractiva, pero no ha dejado claro cuáles son las preguntas que le formularán al país, ni qué se va a consultar exactamente.
¿Cuál es el nivel de confianza que la gente tiene de Juan Guaidó?
Esa confianza está en alrededor de 25%. Esta cifra surge después que la gente siente que no se logró el objetivo político. Sin embargo su imagen como una persona honesta, responsable, sigue teniendo niveles muy buenos.
¿Y la del chavismo, qué porcentaje de aceptación tiene Nicolás Maduro?
Como tal no llega al 20% de personas que confían en su figura.
¿Todavía el chavismo es percibido como el único partido que sigue consolidado en el país?
El PSUV no es un bloque monolítico, tiene sus fracturas internas, lo que pasa es que son exitosos en transmitir una imagen de bloque porque los une la necesidad que en el caso de ellos es mantenerse en el poder porque el costo político es muy alto. El chavismo sigue teniendo un apoyo alrededor de un 30%, pero esto se divide en dos partes de 15% cada una. Una parte es un chavismo crítico a la administración de Maduro y la otra parte es el sesgo duro que apoya a Maduro incluso sabiendo que las cosas no están bien.
¿Ese porcentaje cuánta gente representa?
Son 3 millones de venezolanos que son chavistas críticos, pero se siguen confesando chavistas porque no ven otra alternativa, y otros 3 millones de venezolanos que son el voto duro del oficialismo.
¿Qué necesita la oposición para reconstruir la unidad que tuvo cuando la MUD le permitió ganar una elección?
Lo que le falta a la oposición es lograr conseguir una gran alianza que vaya más allá de lo electoral. Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, los partidos de oposición demostraron que la pelea no puede ser entre ellos, que la pelea es para el cambio político. Ese gran pacto que transcienda el hecho electoral es el que hace falta en estos momentos.
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