A Iván Simonovis, el exjefe de seguridad de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, le imputaron el delito de “complicidad correspectiva” sin autores materiales. Lo acusaron de la muerte de dos de los nueve fallecidos el 11 de abril de 2002. Fue detenido en 2004 y conoció lo que es dormir en una celda de sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia, de El Helicoide y también de la cárcel militar de Ramo Verde.
Por Daisy Galaviz y César Batiz.
El 20 de septiembre de 2014, cuando cumplió 10 años de la pena que le impusieron, le dieron casa por cárcel. La madrugada del pasado 16 de mayo el criminalista e investigador desapareció de su hogar. Aunque la sociedad venezolana lo hacía en Alemania, tuvieron que pasar 30 días para que lograra salir de Caracas. Con la ayuda de funcionarios activos llegó al oriente del país, tomó un peñero que lo llevó a una isla donde lo esperaba una avioneta. Horas después, él mismo la aterrizaba en una pista en Washington, Estados Unidos.
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Hoy día cumple una misión encomendada por el presidente encargado, Juan Guaido. Actualmente es el coordinador de seguridad para ejercer de enlace con la CIA y la agencia antidrogas DEA, gracias a sus conocimientos en materia de seguridad.
A pesar de estar en los Estados Unidos dice no haberse reunido con el exjefe del Sebin, Christopher Figuera y no desea hacerlo, a menos que no tenga de otra. También asegura desestimar los comentarios realizados por el exdirector de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Hugo “el Pollo” Carvajal, por ser más de lo mismo.
En esta entrevista concedida a El Pitazo, Simonovis habla de estos temas, también de su opinión sobre la seguridad de Venezuela y de su papel en una futura transición. Como cuando era un miembro activo de las Brigadas de Acciones Especiales de la extinta Policía Técnica Judicial, tiene en la mira una misión: “Mi tarea es regresar a Venezuela y reformar las policías”.
–¿Cómo se escapó de su arresto domiciliario?
–El gobierno, desde el año 2012, decide que yo debo estar en una condición de libertad condicionada. En 2014 me correspondía otras medidas y nunca se otorgaron. Además de esto, se genera el indulto del presidente Juan Guaido, firmado el 30 de abril. A esto se le unen las informaciones que me hicieron llegar funcionarios amigos, quienes son solidarios con la democracia y me comentaron que sería trasladado a Ramo Verde o a Fuerte Tiuna.
En tal sentido, decidí implementar un plan que tenía desde hace unos años, pero que lo tenía allí, inactivo, en forma pasiva. El día 16 de mayo, a las 5:15 de la madrugada, salí por la parte trasera de mi casa. Es conocido que yo estuve en unidades tácticas, así que utilicé las técnicas de rapel para llegar hasta la carretera. Luego de eso, en un vehículo fuí trasladado a tres lugares seguros en compañía de amigos, insisto, funcionarios militares que me ayudaron en esta travesía, y bueno, luego de casi un mes, todavía en Caracas, decidimos cuál era la mejor ruta. Llegamos al Oriente, después de pasar varias alcabalas, y tomé un peñero. Con el peñero llegué a una isla y de ahí tomé un avión, y con ese avión volamos hasta los Estados Unidos.
–¿Cuánto tardó en salir desde Caracas hasta llegar a Estados Unidos?
–No voy a dar detalles sobre eso, porque no me interesa, o sea no quiero dar más detalles porque hay mucha gente involucrada y no quiero dar ni tiempo ni nada. Yo estuve casi un mes en Caracas. Me moví, con funcionarios amigos, de un sitio a otro protegido por ellos.
–¿Qué mensaje le da a los policías metropolitanos que aún permanecen detenidos?
–Le digo que no solamente los tengo presente, sino que hace unos días tuve una reunión con el secretario de la OEA, Luis Almagro, y lo primero que le pedí fue eso (la libertad de los cinco oficiales de la PM presos por los hechos de Puente Llaguno). Y tanto es así que él se interesó en el caso, porque le expliqué que por lo menos que dos de ellos habían cumplido la pena. Su equipo tomó nota, y el mismo secretario Luis Almagro puso en un tuit los nombres y apellidos de cada uno de ellos.
Yo lo que les puedo decir es que trabajaré para que, en el menor tiempo posible, puedan estar en libertad.
–¿Qué opinión tiene sobre el caso de las personas que han sido detenidas por su salida del país?
–Mi abogado está preso (Enrique Perdomo). Luego que yo salí de la casa él decidió entrar a la casa para ver cómo había quedado luego de las requisas que hicieron. Él se quedó una noche en Caracas, porque ni siquiera vive en Caracas, y al otro día fue detenido por el cargo de obstrucción a la justicia. Además detuvieron a una mujer que es importante para la comunidad, la presidenta de la asociación de vecinos (Antonia Turbay). También a Yakelin Ángel, una mujer que tiene 14 años trabajando en nuestra casa (la liberaron el pasado 6 de julio. Es inexplicable el porqué de estas detenciones. Ninguno tuvo que ver en lo que pasó.
–¿Ha logrado hablar con el general Cristopher Figuera, exdirector del Sebin?
–No, no he logrado hablado con él. Ni tengo la intención, a menos que lo amerite una situación específica o un mandato del presidente (Juan) Guaidó. No me interesa realmente hablar con él.
–¿Qué información maneja sobre las denuncias realizadas por el Pollo Carvajal, exdirector de la Dgcim, y ahora preso en España?
–Ya muchísimas personas que han salido del régimen han denunciado las actividades criminales, específicamente de narcotráfico, de Maduro y entorno. Hay varios oficiales militares y civiles detenidos por estár involucrados en el tema de narcotráfico. Los sobrinos de la pareja presidencial se encuentran presos por traficar. Lo que está diciendo el señor Carvajal entra dentro de las cosas que todos sabemos, básicamente está asegurando algo de lo que los venezolanos tenemos conocimiento.
–¿Cuál sería su papel en una futura transición?
–Es bien conocida mi experiencia en el área policial, específicamente, en el área de investigación criminal. Me gradué de detective en el año 1981, luego asumí el cargo de secretario de Seguridad en Caracas. Tuve la responsabilidad de coordinar las estrategias de prevención del delito.
¿Cuál es mi tarea? Bueno, mi tarea si me lo piden, porque eso es decisión de quien esté a cargo de la transición, espero sea el presidente Guaido-}… yo ahorita estoy cumpliendo en Washington una asignación ordenada por él, y cuando regresemos a Venezuela, si él me pide que lo ayude, mi trabajo será en primer lugar ocuparme de las policías. Estos organismos están por el piso, no tienen equipos, no reciben entrenamiento, no tienen pólizas de seguro, sus salarios son insuficientes. Mi primera tarea será ocuparme de las organizaciones de donde yo vengo, donde yo nací, a las que le debo lo que soy.
–¿Los organismos de seguridad actuales pueden ayudar a acabar con las mafias?
–Claro. En la próxima Venezuela, a la que estamos a punto de recibir y de comenzar, claro que recibiremos a esos funcionarios. No vamos a inventar unos, no vamos a traer policías de Marte ni de Júpiter. Son esos que están allí. La mayoría de los que están allí son gente seria y responsable. Yo estoy seguro de eso. Sencillamente lo que necesitan es que el Estado les de las herramientas necesarias para que ellos puedan cumplir con su misión.
–¿Usted trabajaría con las Faes?
–Las Faes es una organización que necesita ser revisada. En las Faes lo que se debe empezar es por sacar el jefe (José Miguel Domínguez, sancionado por EEUU). El jefe de las Faes es una persona que no es policía, una persona que tiene antecedentes criminales, una persona que toda la vida ha sido delincuente. Lamentablemente, estamos en un gobierno donde en vez de darle prioridad a los funcionarios de carrera se le da prioridad a los delincuentes.
Esto es igual a lo que sucede con el tema militar. A pesar de las buenas intenciones que tienen algunos militares, ellos no han sido educados para la prevención del delito. No están preparados. No conocen el tema. Ellos pueden ser buenos en su área militar, pero no en el área civil policial.
–¿Qué tanto ha cambiado el crimen desde 2004, año en que fue encarcelado?
–En Caracas cuando llega las 7:00 de la noche pareciera que dijeran que los zombies van a salir. No encuentras a casi nadie por la calle. La gente no se siente segura, y la gente no se siente segura porque no hay seguridad. En Venezuela se habla de 25.000 homicidios al año, es decir por cada día que pasa es muy posible que dos o tres venezolanos pierdan la vida a manos de la delincuencia. Cuando yo estaba en funciones, el país estaba en la lista de las 20 naciones más violentas. Hoy día la encabeza.
–¿Siente algún tipo de rencor hacia las personas que lo llevaron en 2014 a una prisión?, ¿Desea tomar venganza?
–El que acumula odio nunca sacia su necesidad. Yo no vivo del odio. Además el odio te nubla y no te deja pensar eficiente y correctamente. Yo tengo mi vida con la mirada en el parabrisas de un vehículo que va hacia delante. El espejo del retrovisor solo lo veo de vez en cuando. No tengo la vista puesta en el retrovisor.
Con información de El pitazo