Raquel Figueroa, dirigente sindical de la Federación Colegio de Profesores de Venezuela y coordinadora nacional de la Unidad Democrática del Sector Educativo, considera que el sector educación atraviesa una crisis muy severa que es necesaria atender para garantizar su calidad.
Tras 18 meses de clases a distancia por la pandemia del coronavirus, el Ejecutivo Nacional anunció el regreso a la modalidad presencial bajo el esquema 7+7 para el próximo mes de octubre: una semana de asistencia a las escuelas y otra de clases en línea.
El aviso del regreso a clases presenciales tomó por sorpresa a padres, representantes y maestros; pero hay opiniones encontradas: están quienes consideran que es necesario volver a los colegios, pero otros que sienten temor ante la covid-19 porque insisten en que las condiciones no están dadas para retomar las aulas.
En esta oportunidad, Raquel Figueroa, dirigente sindical de la Federación Colegio de Profesores de Venezuela y coordinadora nacional de la Unidad Democrática del Sector Educativo conversó con TalCual para abordar el tema de las incertidumbres, las condiciones y qué es lo que se estima necesario para que el alumnado retorne a las escuelas.
—¿Están dadas las condiciones para el regreso presencial a clases?
—Lo primero que hay que recalcar acá es que no se está hablando de cualquier llamado a clases y, sobre todo, presencial, por dos razones: la primera es que desde 2018 comenzó a profundizarse la crisis de la educación, de la estructura del sistema educativo, y la pandemia también es un elemento; de tal manera que estamos ante una crisis muy profunda en un tiempo de pandemia.
En esa condición en la que se encuentra la educación en Venezuela, llamar a clases no es sencillamente centrarse en el programa «Una gota de amor» sino que el Estado, siendo responsable de la educación como derecho humano, debe implementar de inmediato una planificación estratégica con la posibilidad de que genere políticas educativas que vayan progresivamente resolviendo los graves problemas de la educación, para que se pueda reactivar la educación tal como lo ha expresado hace un año la Unesco, que dio nueve consideraciones, nueve orientaciones para que la educación en el mundo, en pandemia, fuese un servicio como derecho humano.
Ante esa situación, la cosa es muy compleja y se pone más compleja porque el proceso escolar va a ser presencial o semipresencial, utilizando la fórmula de 7+7.
—¿Es viable retornar a clases con el esquema 7+7 y es aplicable en todas las instituciones del país?
—De acuerdo a los resultados del año escolar pasado, si hacemos una evaluación de cómo quedó el año escolar pasado, que se desarrolló en función del programa «Cada familia una escuela», a partir de allí, eso ha generado una desigualdad social y una desigualdad en el derecho porque porque hay un gran porcentaje de niños, inclusive los propios profesionales de la docencia, que no tenían las condiciones tecnológicas ni el dinero suficiente para que se pudiese dar el desarrollo de una educación a distancia; eso no se dio.
«Entonces, llamar a unos días presenciales y otros días no presenciales, pero en casa, eso se pone más complejo. ¿Por qué?, porque se necesita resolver los graves problemas que aún siguen siendo vulnerados en este momento, que el Estado no resolvió en el proceso de «Cada familia una escuela», como por ejemplo el sistema de Internet; como por ejemplo, qué metodología y herramientas va a utilizar el docente para que se mantenga la relación directa entre el docente y estudiantes en esos días que va a estar en el hogar; eso no se resuelve con tareísmo, con llenarle el cuaderno al niño; eso se resuelve con métodos tecnológicos, con métodos pedagógicos, con herramientas didácticas y la educación en este momento no está preparada para eso; no lo estuvo el año pasado con el desarrollo y la implementación del programa «Cada familia una escuela», que se convirtió en un tareísmo; es decir, la educación se centró en un cuaderno donde el estudiante cortaba y pegaba, y eso no es educación, no se dio un hecho educativo, un proceso educativo.
»La cosa es demasiada compleja porque el gobierno nacional y el Ministerio de Educación quieren resolver iniciando el año escolar con un programa de «Una gota de amor para la escuela».
—¿Están todas las escuelas en las mismas condiciones para reabrir sus puertas al alumnado y cómo está la infraestructura de la mayoría?
—Esa «gota de amor para la escuela» quedará nada más como un barniz. Están llegando a las escuelas y están es pintando y el 95% de los planteles está deteriorado para iniciar un año escolar.
«En el año escolar que no se cumplió presencial, el Estado no le brindó el mantenimiento correspondiente; por lo que los problemas que se venían arrastrando de la infraestructura de los planteles, desde el 2018, se fueron profundizando porque no hubo un financiamiento de parte del Estado para el mantenimiento de los planteles.
»El mantenimiento de los planteles no es una pintura, el mantenimiento de los planteles es laboratorio, el mantenimiento de los planteles es el comedor, el mantenimiento de los planteles es el agua, es la electricidad, el mantenimiento de los planteles es también el proceso de desinfección que no lo hay. ¿Cuál es el programa consecutivo que va a tener el Estado para que se mantenga una desinfección del plantel?, porque eso no es llegar ahorita, desinfectarlo y después se olvida y no vuelve a tenerse ese proceso porque es un protocolo que ha colocado la propia Unesco.
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