La educación en Monagas, así como en el resto del país, enfrenta una crisis que va desde la falta de inversión gubernamental hasta disminución de la calidad educativa. Infraestructuras deterioradas y docentes mal pagados han ocasionado que hoy el sistema de aprendizaje venezolano se encuentre totalmente fracturado. De acuerdo con la FVM, 80 % de los educadores no tiene herramientas para impartir clases a distancia.
Desde hace varios años los docentes de Monagas han elevado sus quejas a través de protestas, con las que han iniciado una lucha que va enmarcada en reclamar derechos como: mejoras salariales y respeto a la contratación colectiva. Sin embargo, la vida de un educador, en medio de una crisis como la que atraviesa Venezuela, no solo conlleva esas exigencias sino también el hecho de reinventarse sin tener a la mano los instrumentos necesarios, lo que vuelve el proceso de aprendizaje un camino cada vez más difícil de transitar.
Desde que inició la pandemia por la COVID- 19 y se dio inicio al programa del Gobierno, Cada familia Una Escuela, los docentes han tenido que ingeniárselas para impartir clases y evaluar a los alumnos aun cuando no poseen las herramientas indispensables como computadora e Internet.
Guiliana Cova es docente de cuarto grado en una escuela pública de Maturín. Los sacrificios que debe hacer para cumplir con su labor se sustentan solo en su vocación: pese a tener un sueldo de apenas 400.000 bolívares quincenales, para ella sigue siendo prioridad enseñar.
La educación a distancia ha sido una nueva etapa de dificultad, pero agradece no tener que pagar transporte para trasladarse a su sitio de trabajo, pues comenta que el sueldo apenas le alcanzaba para cubrir el pasaje, aunado a que debe tomar dos autobuses desde su casa en la parroquia La Cruz hasta la institución ubicada en la parroquia Las Cocuizas.
Con este nuevo método de aprendizaje se involucran otros elementos como el Internet para enviar las actividades, recibirlas y corregirlas, además de una computadora. Guiliana carece de ambas herramientas. Se apoya con su teléfono y debe recargar saldo diariamente.
“Nosotros los docentes estamos prácticamente solos, remando en contra de la corriente para no dejar sin aprendizaje a los niños que nos asignaron. En mi caso sucede algo bastante peculiar y es que yo no tengo el mismo grupo de trabajo del año escolar pasado, es decir, debo evaluar a 12 niños que ni siquiera conozco porque no han ido al plantel cuando se los he pedido. Con los que he tenido contacto me dicen que para enviar las actividades tienen que pedir teléfonos prestados a familiares y yo tengo que recargar saldo diariamente para enviar las actividades. Es bastante difícil la educación a distancia en este contexto país”, detalló.
Para el momento de la entrevista, Guiliana contó que de los 12 niños de su clase, solo uno ha cumplido con las actividades que ha asignado desde el 24 de septiembre. Por otro lado, solo ha podido contactar a nueve representantes, los otros tres no responden ni sus llamadas ni sus mensajes. Intuye que, por la falta de herramientas, acceso a Internet y fallas en los servicios públicos básicos se dificulta la comunicación.
Trabajar de esta manera, con tantas dificultades, atrasará bastante el aprendizaje de los niños y jóvenes. A pesar de que ponemos todo nuestro esfuerzo es muy difícil porque no hay condiciones para una educación a distancia. La luz falla, la mayoría de mis alumnos no tiene Internet y yo tampoco para evaluarlos, además los padres por lo general ocupan su mente en garantizar el plato de comida diario. La institución en la que yo trabajo está enfocada en la educación de niños de bajos recursos, por eso las necesidades son más grandes”, comentó.
Guiliana dice que continuará con su deber de enseñar. Siente que esta es su manera de aportarle algo a un país que “está en ruinas” y, aun cuando no vive de esta profesión, se mantiene firme y se suma a las luchas del Magisterio para que sus derechos como profesional sean tomados en cuenta.
60 % de los educadores en el país no tiene acceso a Internet
De acuerdo con lo comentado por Jesús Sánchez, presidente de la Federación de Maestros, seccional Monagas, los datos que manejan en cuanto a las condiciones laborales de los docentes son alarmantes: 60 % de los docentes no tiene acceso a Internet o, de tenerlo, es muy limitado. Asimismo, 80 % no tiene terminales inteligentes como computadoras, teléfonos o tablets y 94 % comentó sentirse en pobreza extrema.
“La educación en Venezuela está en terapia intensiva. Aquí no se puede hablar de una educación a distancia online porque este es un país que carece de servicios públicos de calidad. No hay luz, no hay Internet, hay sitios donde ni siquiera llega cobertura. Estaríamos hablando de una educación clasista con la que no se garantiza la educación como derecho, sino que estudia el que puede”, precisó Sánchez.
El dirigente gremial comentó al equipo de Crónica.Uno que no manejan datos precisos en Monagas en cuanto a las carencias de los docentes.
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