A juicio del abogado, comunicador y doctor en Ciencias Políticas, Leopoldo Castillo, Nicolás Maduro “está sentado sobre fusiles” y a eso le atribuye su permanencia en el Palacio de Miraflores. Del lado opositor, Castillo dice sentir preocupación por la manera en qué se toman las decisiones dentro del Gobierno interino, al que señala de “jugar chiquito”.
Adriana Núñez Rabascall | La Gran Aldea
Durante 12 años, Leopoldo Castillo, estuvo al frente al espacio de opinión vespertino de radio y TV que nació en contraposición a “Aló, Presidente”, la alocución dominical del fallecido Hugo Chávez. Quizás por su afinidad con la pantalla, recurre al lenguaje televisivo cuando se le pregunta sobre la conexión entre la dirigencia política y las protestas diarias que se registran en Venezuela: “Yo creo que algunas veces el audio no va con el video”, afirma.
Conocido por la audiencia como El Ciudadano, Castillo es insistente al declarar que las necesidades primarias de alimentación, salud, servicios públicos y combustible que padece la población venezolana condicionan su comportamiento político, pero no por ello deja de ser optimista, a pesar de las críticas y reflexiones que ha plasmado en los últimos editoriales de su programa “El Citizen”, transmitido desde Miami por EVTV.
“Los hombres del pasado que nos ayudaron a reconstruir una democracia con ese espíritu de gallardía, de historia, esos hombres no los veo muy frecuentemente”. Leopoldo Castillo
-Usted decía en uno de sus comentarios en su programa de TV que Juan Guaidó debe independizarse y tomar decisiones, tener coraje, no buscar consejos ni padrinazgo, ¿a qué se refiere con ese padrinazgo?
-Se percibe que las decisiones, generalmente, son consultadas por el G4. Yo creo que tiene que afincarse, hacerse más fuerte él mismo, sin tanta consulta, porque pretende ser un gobierno parlamentario, que no es parlamentario.
-A pesar de tener el reconocimiento de 50 países, ese Gobierno interino difícilmente puede controlar algo en Venezuela, o al menos, lograr que una ley se apruebe. ¿Qué tanto daño le ha hecho creerse esta figura, pero no poder gobernar en Venezuela?
-Yo creo que hay una cierta ficción. Hay un gobierno formado por el G4 y por una mayoría en la Asamblea Nacional y ese Presidente interino tiene un reconocimiento por parte de ciertas comunidades y países, pero fuera de eso, para que usted tenga un poder, tiene que tener un poder coercitivo. Ese gobierno no tiene incidencia en el Poder Judicial, ni en el militar, ni en el poder económico. Tiene un reconocimiento afuera, sí, pero hasta ahí llegamos. Es una cosa sui géneris. Usted no puede tener un país con dos presidentes.
-En enero cumpliremos dos años con dos presidentes, ¿qué puede pasar en Venezuela el 5 de enero cuando el chavismo, nuevamente, como ya lo hizo este año, intente tomar el Parlamento?, ¿se le entrampa el camino a Guaidó con esa continuidad que se ha planteado?
-No podemos refugiarnos en el formalismo jurídico. Tenemos que irnos a la realidad política y es muy sencilla. El señor de Miraflores no tiene el apoyo del pueblo venezolano desde la última vez que estuvo en cuestionamiento su llamado triunfo electoral. Está sentado sobre los fusiles. Los fusiles son los que le dan el reconocimiento y son muy importantes, porque usted le da el monopolio de las armas a un grupo de determinados individuos, estos son los de las Fuerzas Armadas y ellos son los que pueden poner preso a una persona y contrarrestar una manifestación. En fin, tienen todos los mecanismos.
“Yo soy optimista, creo en el espíritu, en el carácter y en la forma de ser del venezolano. Creo que hoy en día tenemos grandes países que nos están ayudando y que nos van a ayudar a salir”. Leopoldo Castillo
-Si Maduro está sentado sobre fusiles, ¿por qué no ha podido la oposición arrebatarle esos fusiles?, ¿por qué ha sido tan difícil conectar con el liderazgo militar?
-Desde que llegó Chávez, se trató de acabar con la Fuerzas Armadas y hacerlas dependientes de Miraflores. Poco a poco fue resquebrajando el orden militar, fue colocando otros valores para ascender; fue colocando la lealtad a Miraflores como un requisito sine qua non para poder llevar a cabo el desarrollo personal dentro de la Academia Militar. Al principio él tenía un cierto liderazgo sobre ella, porque venía de allí. Los colocó en posiciones clave y determinantes en el país, los enriqueció, los prostituyó, los estropeó, pero los tenía bajo su control. Posteriormente, cuando Chávez muere, viene una serie de camarillas que en un momento determinado se distribuyeron los factores de poder. Tienes un Diosdado Cabello a quien se le da un determinado poder; tienes otro grupo, encabezado por el Ministro de la Defensa, que es un hombre muy importante en Venezuela, que además sostiene el cargo desde hace cinco años y ya va para el sexto año, cosa que no ocurría antes en el país.
-¿Entonces estamos condenados a seguir con el chavismo por más tiempo si no podemos todavía romper esa cúpula militar dependiente de Miraflores?
-Yo creo que el chavismo se acabó. Chávez está muerto, queda en el recuerdo, inclusive, los dirigentes políticos que estuvieron con él, hoy en día no están con Maduro. Lo que estamos condenados es a tratar de establecer un diálogo que reconstruya una democracia. Hoy en día no lo podemos hacer solo los venezolanos.
-¿Un diálogo de qué tipo?, ¿una negociación con militares con incentivos para tomen la ruta de la Asamblea Nacional?
-De coexistencia para determinar las nuevas reglas de juego, en otras palabras: La columna vertebral de una sociedad es la Constitución Nacional, que no ha sido respetada. Hay que volver a darle la estructura a la sociedad, para eso tendrán que hablar los diferentes partidos políticos. Yo siento que hace falta un liderazgo preclaro, un liderazgo maduro, más sereno, con mayor visión y con mayor generosidad.
-¿No tenemos en este momento esa madurez de liderazgo en el llamado G4 o en el mismo Guaidó?
-Yo creo que no la tenemos, yo creo que tenemos además un tutelaje muy fuerte, que viene desde el exterior.
-¿Se ha confiado mucho en el tema de la comunidad internacional y se pusieron todos los huevos en esa misma canasta?
-No te quedó más nada que hacer, porque estabas asfixiado internamente. No tenías mucho margen de maniobra. ¿Cuántos diputados fueron presos o se tuvieron que ir del país? Fue una represión bárbara. El Poder Ejecutivo nunca reconoció al Poder Legislativo.
-¿Usted cree en los fenómenos de tipo social, en los llamados estallidos, como agentes movilizadores de cambio?
-Yo creo que esas son manifestaciones de una descomposición social y de un descontento. Y esa descomposición ha venido en aumento en Venezuela al igual que el descontento. El dinero se está acabando, el subsidio también, la moneda ya no vale nada, la gasolina es para el que tenga dólares. La calidad de vida va hacia abajo, posibilidades de trabajo no hay y una inflación cada día mayor. La situación de Venezuela es asfixiante.
-¿Teme no poder ver la salida de este Gobierno o tiene esperanza?
-Yo siempre en mi vida he tenido esperanzas. Ha sido mi actitud frente a la vida y no me resigno. No soy un tipo que mete la cabeza debajo de la tierra. Cuando me dijeron que tenía cáncer yo dije: ¡Voy a salir de esa vaina! y salí. Mi vida siempre ha sido pelear y yo creo que la del ser humano es así, por eso tenemos los ojos colocados aquí en la cara, para mirar hacia adelante y no hacia atrás. Yo soy optimista, creo en el espíritu, en el carácter y en la forma de ser del venezolano. Creo que hoy en día tenemos grandes países que nos están ayudando y que nos van a ayudar a salir. Mi preocupación es que el liderazgo sea lo suficientemente generoso y no juegue a chiquito. Hasta ahora he visto mucho juego así, no he visto liderazgos amplios. Los hombres del pasado que nos ayudaron a reconstruir una democracia con ese espíritu de gallardía, de historia, esos hombres no los veo muy frecuentemente.
“Estamos condenados es a tratar de establecer un diálogo que reconstruya una democracia. Hoy en día no lo podemos hacer solo los venezolanos”. Leopoldo Castillo
-¿Qué nos puede diferenciar de Cuba que lleva 60 años gobernada bajo el mismo yugo?
–Cuba nunca tuvo una experiencia democrática como la que tuvo Venezuela. Cuba fue colonia española, hasta muy avanzado, casi hasta el siglo XX.
-Pero tenemos muchachos de 20 años que no saben lo que fue la democracia, formándose como el hombre nuevo con la poca y mala educación que se da en Venezuela por las dificultades que hay…
-Sí, pero ese muchacho de 20 años, tiene un padre y una madre que le transmiten la democracia. Eso no lo había en Cuba, allí tenían la dictadura y de allí saltaron a otra dictadura que fue la Fidel Castro, período democrático no tuvieron. En cambio, en Venezuela tus abuelos, tus tíos, tienen una educación política, se pueden sentar contigo y decirte cómo resolvían antes las cosas. Tienen una serie de líderes, con más de 50 años, que tienen una experiencia política democrática. Estos últimos 20 años han sido combativos, no es que llegó Chávez y todo el mundo se quedó tranquilo. Aquí hubo un paro cívico; hubo una huelga; un paro petrolero; gente detenida; expresiones y conformaciones de partidos políticos; es decir, aquí se ha sentido, se ha vivido, se ha trajinado la democracia a pesar de todo.
-Usted fue designado a principios de año como presidente de la televisora Telesur, ¿qué ha pasado?
-¡No! Yo fui designado para una Comisión que presentó un proyecto de cómo debía ser Telesur. Yo llamé a unos profesionales que me ayudaron y presentamos el proyecto, y se lo enviamos al presidente de la Asamblea Nacional.
-¿Y qué pasó?
-Pregúntele a él (Guaidó). No tomó la decisión. Yo fui el encargado ad honorem, para que quede claro, como la gente que trabajó conmigo. Inclusive, para ese momento yo trabajaba para un canal de televisión y me retiré. Presentamos el proyecto y se lo entregamos al Presidente interino y a la Asamblea Nacional, que fueron quienes nos designaron a nosotros, ¿qué hicieron ellos con el informe? No lo sé, pero mi responsabilidad y la de mi equipo fue cumplida.
-Vamos a cerrar esta entrevista como lo hace usted en su programa. Dígame un titular.
-La cosa está buena. Lo bueno es lo malo que se está poniendo. ¿Usted cree que Maduro va a las elecciones?, ¿a las que él quiere? Para mí fue interesante lo que hizo Henrique Capriles. Primero ayudó a sacar a una gente que estaba presa y el Gobierno no se pudo echar para atrás. Ahora dice que no va a participar en elecciones. ¿Qué hace ahora el Gobierno?
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