El cierre de estaciones de servicio por la cuarentena ha obligado a decenas de conductores, que deben movilizarse y carecen de salvoconductos, a recurrir a la compra de gasolina a montos de hasta 4,5 dólares el litro. El transporte público, en medio de la pandemia, es precario y no representa una opción para la mayoría.
Texto: Jhoalys Siverio / Correo del Caroní
“Compro gasolina”. En los últimos días, esta es la frase que suele leerse en estados de WhatsApp de habitantes del estado Bolívar. Después de más de un mes de restricción en el suministro de gasolina en la entidad, la mayoría agotó sus reservas. A pesar de que continúa la cuarentena por la pandemia de covid-19, el dinero también se agotó y buscan la manera de mantenerse activos.
Hasta el 18 de marzo, cuando se restringió el suministro de gasolina en Bolívar, la rutina de Eladio era salir todos los días a partir de las 7:00 a.m. para hacer servicio de taxi. Pertenece a la nómina de una empresa estatal, donde no asiste desde hace un año por el plan de contingencia implementado a raíz del apagón nacional.
Con el oficio de taxi resolvía algunos gastos en el hogar que no cubren su sueldo, entre BsS 1.200.000 y 2.000.000 quincenales. Pero ahora es precisamente con ese monto con el que deben sobrevivir él y su esposa, quien devenga un monto similar.
Debido a la falta de gasolina en Bolívar para quienes no tienen salvoconducto, no le quedó de otra que parar su carro.
“Medio vivo es con el sueldo de la empresa y mi hijo, que está fuera del país y gracias a Dios todavía está trabajando, que me ayuda”, manifestó.
El hecho de no tener gasolina para trabajar implica también que las pocas salidas para la compra de alimentos debe hacerlas caminando. Esto limita las opciones de compra y búsqueda de ofertas, al tener que acudir solo a los sitios más cercanos.
Solo 20 o 10 litros
Alex Rifo es uno de los tantos pacientes oncológicos en Ciudad Guayana y que, en teoría, tienen prioridad a la hora de surtir gasolina. La última vez estuvo nueve horas en cola en la estación de servicio Borges, en San Félix, para surtir solo 10 litros de gasolina.
“Hay personas que debían trasladarse a Ciudad Bolívar y se les hizo imposible. Así de mal está el trato que recibe este sector tan vulnerable, como lo son los que padecemos de enfermedades complejas. Hay que dar un tipo de solución, a los médicos les surten más, no puede ser que se ayude a los médicos pero se dejen a los pacientes a un lado”, consideró.
Sin embargo, los médicos no escapan de las dificultades para el suministro de gasolina. José Ángel Chavero, médico del Hospital Uyapar en Puerto Ordaz, comentó que al personal de salud solo le surten 20 litros cada 12 días aproximadamente.
Esos 10 o 20 litros se consiguen también con suerte. En los últimos días, el suministro ha sido intermitente en las tres estaciones de servicio habilitadas en Ciudad Guayana. El 24 y 25 de abril, por ejemplo, no hubo suministro en ninguna de las estaciones de Puerto Ordaz: Mobil I (La Piña) y la Base Aérea G/B Teófilo Méndez. La respuesta de los militares: “no hay gasolina”.
Reventa de gasolina
Si bien el suministro de gasolina se supone que es solo para sectores prioritarios, como personal de salud, sector alimentación, medios de comunicación, seguridad, limpieza, servicios básicos, trabajadores de empresas básicas e instituciones públicas que formen parte del plan de contingencia, la reventa de combustible no cesa. Al contrario, empeoró.
“El precio de la gasolina va a depender de quién te la venda. Hay de 1, 2, 3 y 4 dólares el litro. Eso depende del estafador”, dijo una fuente que prefiere resguardar su nombre.
Ciertamente, los primeros días la venta clandestina de combustible se mantenía entre 10 y 20 dólares por un bidón de 20 litros. Al mismo precio en que la vendían desde mayo del año pasado cuando comenzó la crisis de combustible en el estado Bolívar.
“La última vez que compré fue una semana después de que comenzó la cuarentena, y la pagué a 1,5 dólares el litro”, comentó esta misma fuente.
Ahora, cada litro lo ofrecen a la venta hasta en 4 y 4,5 dólares el litro. Un lujo que no todos se pueden dar.
Sin opción a transporte público
El uso del transporte público como opción a la falta de gasolina no resulta una opción viable para muchos. Primero está el temor a un eventual contagio por el escaso distanciamiento que pueden cumplir los usuarios dentro de las unidades. En segundo lugar, si antes el transporte urbano era escaso, ahora lo es mucho más.
Luis cubre la ruta Alta Vista-Core 8 y le ha tocado comprar combustible para poder laborar diariamente. “La cantidad de usuarios es casi igual, pero ahora, como verás, hay menos unidades. Nos echan combustible cada 15 días más o menos, uno termina comprando gasolina o gasoil, dependiendo lo que use la unidad. Por lo general nos surten de 80 a 100 litros y con eso solo trabajo dos días”, detalló.
Lo que gana diariamente con las rutas lo divide entre los gastos de la comida y la compra de combustible. “Prácticamente trabajo un día para comprar gasoil y un día para comprar comida”, afirmó. Por 100 litros de combustible ha pagado 3 millones de bolívares.
Si bien el transporte público se incluye entre los sectores prioritarios, también tienen sus limitaciones. Solo asignan 20 cupos para el suministro de gasolina y gasoil. Disponen de una estación de servicio para gasoil, y dos para gasolina; una en Puerto Ordaz y otra en San Félix. Estos cupos se distribuyen entre las 15 cooperativas registradas en Ciudad Guayana. Deben turnarse para surtir cada día. Surten 40 litros de gasolina tres veces por semana, y a los de gasoil 80 litros.
Fabiola González, presidenta de la cooperativa La Piña, señaló que a las camionetas pickup no les están surtiendo gasolina. “Esos compañeros también necesitan trabajar, son padres y madres de familia. En el transporte también tenemos familiares enfermos que necesitan medicinas, cada quien tiene sus necesidades. Los transportistas estamos prestos a dar nuestro apoyo a la colectividad, siguiendo las normas de higiene, como debe ser”, acotó González.
Juan José González es vendedor informal de la Plaza del Hierro, en Puerto Ordaz. Su rutina la adaptó a las restricciones de la cuarentena. Ahora por lo general sale a vender a las 9:00 a.m., cuando observa que hay mayor flujo de personas en las paradas. Al mediodía culmina la jornada, para poder estar de regreso a su casa a las 2:00 p.m., hora máxima para el libre tránsito en el estado Bolívar.
“Ha sido difícil ajustarse para los que dependemos del día a día. Las colas que a veces se hacen para el transporte público son de dos y tres horas. Para ir a La Ceiba solo pasan autobuses a las 5:30 a.m., a las 9:00 a.m. y a las 12:00 del mediodía, y te cobran entre 30 y 40 mil bolívares”, manifestó.
Solicitud de salvoconductos
Ningún sector, priorizado o no, ha estado beneficiado completamente para el suministro de gasolina. A muchos les negaron el salvoconducto.
Recientemente, comerciantes y empresarios de Ciudad Guayana sostuvieron una reunión con el alcalde de Caroní, Tito Oviedo. Plantearon la necesidad de reactivar la actividad comercial, tomando las medidas de prevención para evitar la propagación de la covid-19, así como poder surtir combustible.
En el encuentro, el burgomaestre se comprometió a intermediar con la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) para el libre tránsito y la tramitación de salvoconductos que le permitan surtir combustible.
El desabastecimiento de combustible en el estado Bolívar no es nuevo. Desde mayo de 2019, el suministro es irregular. Se normalizó por dos meses, luego que el gobernador Justo Noguera anunció la llegada de un buque. En septiembre se agudizó nuevamente, volviendo al racionamiento según el terminal de placa vehicular. Ciudadanos pasaron hasta tres y cuatro días en cola para surtir gasolina.
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