“El caso de la migración desde Venezuela es muy particular. Han salido del país millones de personas por motivos políticos y económicos. La tesis de miedo creíble de volver a sus casas es la que mueve a los venezolanos a pedir asilo, pero no todos son merecedores de una protección de parte de gobiernos del mundo. A la frontera con México están llegando funcionarios del chavismo con ciertos grados de responsabilidad de la crisis actual de esa nación”.
Así lo declaró a Infobae el activista por los derechos los migrantes John Urbina, residente en Matamoros, México, ubicada a metros del punto fronterizo de Brownsville, Texas.
Advierte que “desde febrero hemos visto cómo está llegando gente de Venezuela alegando persecución política dura y pura. Al entrevistarlos notamos que emigran por motivos económicos. Son la mayoría. Pero también hemos recibido a ex oficiales del Ejército y de la Guardia Nacional y a ex funcionarios de ministerios, gobernaciones y alcaldías”.
Aseguró que los militares y policías dicen que se rehusaron a reprimir a manifestantes en los primeros años del gobierno de Maduro, entre 2013 y 2017, y que por eso son perseguidos y no pueden volver a su país.
“Los ex funcionarios civiles dicen que denunciaron hechos de corrupción en entidades públicas como Petróleos de Venezuela, el servicio de identificación y de aduanas o la policía judicial. En algunos casos llegan a la frontera y contactan abogados de Estados Unidos para que los asesore, esto indica que tienen recursos”.
Urbina, quien también traduce del español al inglés testimonios de migrantes, habla a título personal. “Son percepciones con base a mi experiencia; pertenezco a un grupo de activistas que apoya a todo el que llega, sobre todo a los que están con las manos vacías. Creo que entre los venezolanos hay categorías de migrantes”.
Explicó a este medio que en Matamoros y Tijuana está la mayoría de los sudamericanos. “Hemos intercambiado información con colegas activistas y coincidimos en que hay quienes cruzan la frontera entre México y Estados Unidos con pasaportes vencidos o con niños que nunca han portado ese documento, solo el certificado de nacimiento”.
Las clases medias venezolanas se preparan más y mejor. Así lo cree Ricardo S. (nombre ficticio solicitado por el declarante) ex agente de la patrulla fronteriza americana quien trabaja como paralegal (asistente de abogado) en Brownsville.
“Parte de mi trabajo es conversar con los que dicen tener dinero para pagar asesoría legal. Hay quien viene con carpetas llenas de papeles, fotos y memorias portátiles en donde se escanean las supuestas pruebas de persecución. En este caso, ni salieron corriendo de Venezuela ni justifican un miedo creíble de volver. Esos casos son víctimas del hampa común o alguna vez tuvieron cargos de responsabilidad en el gobierno de Chávez. Sin dudas, no son perseguidos políticos”.
Señala que otra categoría del migrante venezolano pertenece “a gente muy joven que no ha visto más gobiernos que los de Chávez y Maduro. Son muchachos que pusieron el pecho a la policía entre los años 2014 hasta fines de 2017, muchos han estado presos. Esos son los verdaderos perseguidos políticos que sin pasaporte y sin visas tocan las puertas de los Estados Unidos”.
Con los funcionarios chavistas
En una de las carpas que migrantes han instalado entre Matamoros y Brownsville, Infobae contactó a José Raúl. Reconoce que perteneció a la Guardia Nacional Bolivariana varios años. “Mis funciones eran del control y la prevención del microtráfico de drogas en las aduanas, trabajé por todo el país en el gobierno de Chávez y no tuve problemas con mis superiores”.
Dice que “mis problemas empezaron en 2014 cuando me trasladan desde el estado Táchira (frontera con Colombia) a Caracas. Dejé de prestar mis servicios en las aduanas y me asignaron a un pelotón de funcionarios que tenían la obligación de reprimir a manifestantes. En los primeros tres meses de eso año había muchos conflictos en Caracas”.
– ¿Reprimiste a algún manifestante?
– Manejé un tanque llamado “El Rinceronte” desde donde salía agua para dispersar a los manifestantes. Nunca empuñe un arma en contra de alguien. Por eso me expulsan de la guardia Nacional en 2017.
– ¿Estas inscrito en el Partido Socialista Unido de Venezuela?
– Si lo estoy, me obligaron a hacerlo. Si no lo hacía, perdía mi trabajo.
– ¿Por qué quieres ir a Estados Unidos?
-Porque no quiero ir a un lugar en donde me rechacen por venezolano o por chavista. Nunca lo fui, pero nadie me cree. No hay forma de que yo justifique 15 años de trabajo para el gobierno. Yo era un funcionario más, me gusta la milicia, las armas, por eso entre a la Guardia Nacional. En febrero es mi cita con un juez de inmigración en los Estados Unidos, sé que le podré demostrar que si regreso a Venezuela me matan.
En la charla interviene Raimundo, un ex funcionario de la gobernación del Estado Zulia. Está temeroso con hablar con la prensa, “porque no sé si son objetivos o si ganarán plata con mi testimonio”.
Accede a contar su versión. “Yo trabajaba en la dirección de salud del gobernador Francisco Arias Cárdenas, amigo personal de Chávez. En 2010 denuncié hechos de corrupción ante mis superiores. Desde ese momento, se estancó mi carrera en la gobernación, soy graduado en administración de empresas y quería escalar posiciones en el sector público. Aguanté humillaciones hasta el 2017 y decidí renunciar. Intenté trabajar en el sector privado. El bajo sueldo y mi pasado relacionado con los chavistas me marcó. Por eso salí de Venezuela”, dijo.
Está en Matamoros desde septiembre de 2019 y su cita con un juez de migración está pautada para Marzo de 2020.
Crecen las solicitudes
Según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, 28.660 venezolanos solicitaron refugio o asilo a ese país durante 2018. La cifra abarca a los que tienen visa y a los que piden protección en la frontera México- americana.
Esto constituye 31% del total de los solicitantes de asilo al gobierno de Donald Trump.
La cifra puede aumentar si tomamos en cuenta que la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados- Acnur- informó que al 5 de diciembre son 4.769.498 los venezolanos migrantes en todo el mundo. De esa cifra 2.152.521 tienen permiso de residencia y de estancia regular y 751.732 obtuvieron el estatus de refugiados.
El informe señala que las naciones que más refugios han aprobado a los venezolanos son Perú con 377.047, Colombia con 119.224 y Estados Unidos con 105.421.
Para el encuestador venezolano Félix Seijas, “mientras persista la crisis económica y no haya certidumbre de que se conjure la política seguirá saliendo gente. En los primeros años de movimiento migratorio se iban los venezolanos de más recursos y preparación además de un alto perfil opositor desde el punto de vista político. Son los que podían invertir capitales y emprender negocios a donde llegaran. Desde hace unos seis años y hasta el presente emigran los chavistas y los opositores, todos son víctimas de la crisis económica y social”.
Reveló a Infobae que los primeros migrantes criollos salían por avión y con documentos, “fue la migración organizada. Luego dio paso a la huida por autobuses y hacia el sur. Esta es desordenada y es la que más preocupa a los países de la región muy especialmente a Colombia, Perú y a Ecuador que es en donde más está concentrada la diáspora venezolana. Los servicios de salud, educación y de seguridad de ciertas poblaciones están colapsados ante tanto venezolano ingresando con o sin visas a esos países”.
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