A familias como la de Esther González les cuesta comprar carne o pollo para acompañar sus comidas diarias. La razón es una sola: el dinero no alcanza.
Heberlizeth González | El Carabobeño
Mantener una dieta balanceada para los venezolanos no es tarea fácil. Menos para quienes viven en zona populares como el sur de Valencia, en el estado Carabobo.
La familia de Esther a diario compra los alimentos que van a preparar para el almuerzo. En el mejor de los casos sería la “carne molida barata”. Se trata de grasa molida con un poco de pulpa negra.
Otros días comen arroz y bofe que preparan con algunos vegetales o arroz, piel de pollo y plátano. “Sabemos que no son alimentos buenos para nuestra salud, pero es lo que podemos comprar. Preferimos comer eso a pasar hambre o que los niños se acuesten sin comer”, comentó la mujer.
José tiene años trabajando como encargado en una cadena de carnicerías en Carabobo. La más reciente es en la avenida Aranzazu, al sur de Valencia. Eso lo ha llevado a escuchar muchas historias de sus clientes, como la de una señora que asegura que cría iguanas en su casa para luego comérselas.
Pero también a sacar sus propias estadísticas, según las personas que visitan la tienda: Al menos un 70% consume el subproducto de la res en lugar de proteínas, porque no tienen el poder adquisitivo para comprar carne y pollo. El otro 30% compra únicamente el consumo diario.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.