Nicolás Maduro ha puesto en marcha el plan para disolver el Parlamento venezolano en manos de la oposición. La tarea la dejó en manos de Diosdado Cabello, presidente de la paralela e ilegal Asamblea Nacional Constituyente y número dos del chavismo, quien ha preferido arremeter uno a uno contra los diputados, en vez de anular directamente mediante orden expresa del Ejecutivo al poder legislativo. De consagrar la jugada, el oficialismo restará poder a su adversario y presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
Por Ludmila Vinogradoff – Gabriela Ponte / ABC
Cabello se ufanó como siempre con su mazo mediático y admitió que quería disolver el Parlamento pero que lo haría a su modo: en cámara lenta. Lo cierto es que siempre ha querido destruir al único poder electo por más de 14 millones de venezolanos desde que la oposición se alzó con los votos a favor y la mayoría absoluta de 112 escaños de los 167 en juego, y le dejó al chavismo a penas 55 escaños en los pasados comicios celebrados en 2015.
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Sin embargo, un az del Gobierno bajo la manga los dejó perplejos. Cabello, que era el presidente de la saliente Asamblea Nacional, ordenó al Tribunal Supremo de Justicia que suspendiera cautelarmente la elección de tres diputados del estado Amazonas para arrebatarle la mayoría calificada de 111 diputados a la oposición. Además, el líder chavista ordenó que no se le pagaran los sueldos a los diputados opositores que llevan sin cobrar mas de tres años.
El fallido levantamiento militar del pasado 30 de abril de Guaidó y Leopoldo López contra Maduro fue el detonante oficial para que el Gobierno aplicara la violencia, la extorsión y las leyes del Estado contra los diputados que participaron en la revuelta. Los datos más actualizados cifran ya en 34 los parlamentarios que son perseguidos por Maduro para neutralizar a Guaidó y el Parlamento que preside. A ellos se les ha arrebatado la inminudad parlamentaria o están siendo perseguidos. Algunos han preferido irse al exilio, otros se encuentran como huéspedes en embajadas en Caracas y hay quienes prefieren la clandestinidad. Además, los diputados Edgar Zambrano y Juan Requesens continúan presos en las mazmorras del Sebin.
Falta de quórum
El reglamento de interior y debate de la Asamblea Nacional establece que el quórum requerido para iniciar la sesión es de 84 diputados. La oposición cuenta con 112 escaños. Sin embargo, 7 de ellos están totalmente perdidos ya que el diputado principal y el suplente han sido perseguidos y no tienen representación parlamentaria que pueda asistir a los debates. Estos casos ocurren en las representaciones de Miranda, Táchira, Distrito Capital y Bolívar.
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Quedan entonces 105 escaños que en 26 de ellos solo queda una persona en funciones. Si la oposición no consigue el quórum estarían totalmente maniatados para continuar enfrentado constitucionalmente a la dictadura. Cabello se propone eliminar a estos 26 diputados que ya no tienen suplentes. Ayer anunció que el Supremo y la Constituyente que él preside, dejó por fuera a cuatro diputados opositores: José Guerra, Tomás Guanipa, Juan Pablo García y Rafael Guzmán, a quienes le despojaron la inmunidad parlamentaria por estar acusados de siete delitos como la traición a la patria entre otros que se pagan con 20 a 30 años de prisión. Cabello amenaza a los 25 diputados sin suplente con lo que Guaidó perdería su mayoría califica parlamentaria «les voy a hacer la vida imposible en estos 30 días de vacaciones. No se vayan», les aconsejó.
Reacciones
«La amenaza de disolver el Parlamento queda latente», dice el analista John Magdaleno. «Lo ocurrido el lunes en el Supremo y en la ANC forma parte de las tensiones de doble vía que seguirán acompañando un proceso de negociaciones que pareciera estar enseriándose, porque finalmente se están desnudando los intereses de ambos actores». Guaidó por su lado desestimó la pretensión de Maduro y Cabello de disolver el Parlamento y en su defecto anunció la designación de nuevos cargos del futuro Gobierno de transición con el ingeniero químico Carlos Jorda como CEO de CITGO.
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Por otro lado, el eurodiputado del PPE Leopoldo López Gil, padre del líder opositor venezolano Leopoldo López, consider++a que Maduro «está tratando de anular la legalidad de la Asamblea y justificar un adelanto electoral sin asegurar las condiciones» necesarias. En condiciones «respetables», señaló a ABC, «ganaría la oposición con el 80 o el 100%. El problema es que los sátrapas tienen secuestrado desde 2015 el sistema judicial y el poder electoral y tratan de eliminar la competencia», informó Manuel Trillo.
Con información de ABC